martes, 22 de enero de 2008

La historia de Rintrah

Ésta es la historia de Rintrah, el minotauro. Me está gustando bastante el personaje, sólo con escribirlo. Lo primero es lo primero: Es un guerrero/mago de alineamiento Legal Bueno. ¿Por qué? Lo veréis si leéis la historia (un poco densa, sí, pero bueno...)

Rintrah nació y se crió entre sus "compañeros" en los criaderos de Shaum, un enclave minotauro en los primeros niveles de la Infraoscuridad. Shaum está perpetuamente en guerra con sus varios enemigos, entre los que se cuentan Drow, Kuo-Toa y svirfneblin. Cuando Rintrah tuvo estatura y fuerza para sostener un arma, fue seleccionado por los criadores. En lugar de llevarle a los pozos de lucha a entrenar como guerrero, el Maestro Criador le seleccionó para educarse en la Torre de la Locura, el centro mágico del enclave. Allí, Rintrah aprendería los rudimentos de la magia y la estrategia mágica de combate, pues allí se educaba a los futuros magos de combate minotauros.

La vida no había sido fácil para Rintrah en el criadero, pero descubrió que en la Torre era aún peor. Sus compañeros y maestros se dividían en dos categorías principalmente: los advenedizos traicioneros (de los que no se podía fiar, pues a poco que destacase se dedicarían a atormentarlo) y los crueles taimados (de los que tampoco se podía fiar, pero que además disfrutaban enormente atormentando a cualquiera sin necesitar una excusa).

Rintrah aprendió a leer y a combatir, a utilizar objetos mágicos y a dirigirlos a los oponentes, a escudriñar las propiedades de los pergaminos encantados y a apreciar el mejor momento para desatar su poder del modo más eficiente. En todo esto, Rintrah se sentía bastante desamparado. Sabía que no le gustaba lo que hacían sus compañeros y de hecho le miraban con desconfianza porque él no utilizaba las mismas tretas que los demás. Hasta que el gran defecto de Rintrah se mostró ante todos para vergüenza suya y de todos sus conocidos:

Rintrah y su grupo (del que ya sólo quedaban 5 contándole a él) trabajaba en un experiemento en el que dos esencias mágicas debían mezclarse. El día anterior, Rintrah había oído como un compañero le decía a otro que iba a cambiar el frasco de "moho verde" por el de "limo verde", de modo que el experimento de los demás se arruinase (a poder ser en medio de una fenomenal explosión tóxica que los ahogase) y quedasen ellos como únicos magos del grupo inicial, demostrando así ser los más aptos y astutos.

Rintrah se las apañó para deshacer el cambio durante la noche, dejando los frascos como estaban. A la hora del experimento, los viales de los dos estudiantes estallaron (pues habían usado el "limo verde" creyendo que sería "moho verde") llenando la estancia con un sofocante y tóxico humo. Los otros estudiantes salieron corriendo, pero Rintrah se quedó inmovilizado en el sitio. Él era el responsable de aquello. Tenía que haberse dado cuenta. Hubiese bastado con reponer el moho verde y esconder la otra botella, por ejemplo, o derramarla y así evitar la explosión. Conteniendo la respiración, Rintrah gateó hasta llegar a sus compañeros. A uno de ellos, el que tuvo la idea original de cambiar los frascos, la explosión le había dado de lleno y había poco que hacer por él. El otro gemía y tosía en el suelo con un ojo reventado, pero vivo. Rintrah le arrastró hasta el exterior del laboratorio donde ya se agrupaba el resto del personal de la Torre.

Al cabo de unas horas, Rintrah estaba delante de las autoridades de la Torre relatando todo lo que había pasado con pelos y señales: cómo había oído los planes que tramaban, el cambio de frascos de nuevo por la noche y cómo había arrastrado a su compañero asfixiado hasta el exterior. Rintrah fue por ello condendado por los crímenes de "Piedad" y "Remordimientos", dos sentimientos prohibidos entre su gente y menos aún entre los magos de la Torre. Rintrah fue encerrado en una celda, seguro de su muerte o su eterna condena.

Dos días después, recibió una visita inesperada: Ky'r, el minotauro cuya vida había salvado en el laboratorio. Por lo visto, Ky'r había visitado la Torre, recogido las pertenencias de Rintrah y sobornado a los guardias para que Rintrah escapase.

- "¿Por qué, Ky'r?"
- "Porque me salvaste la vida"
- "Pero no tienes que hacer esto"
- "No te equivoques, débil Rintrah. No hago esto movido por la piedad ni por el agradecimiento. Hago esto porque las Autoridades te han condenado a morir en el foso de pelea. Y eso no me interesa."
- "No te entiendo, Ky'r"
- "Hasta ahora, mi vida era tuya por haberme salvado. Y eso es un destino peor que la muerte, para mí. Ahora estamos en paz. Huye de Shaum y no vuelvas. La próxima vez que te vea podré matarte yo mismo con mis manos, pues con esto pago mi deuda."

Tras esto, Ky'r empujó a Rintrah escaleras abajo y, embozados y semiocultos, llegaron a los límites de Shaum. Tras esto, Ky'r se dió media vuelta y volvió a la población sin decir ni una palabra. Inmerso en sus pensamientos Rintrah se adentró en los pasadizos y se aventuró a lo desconocido, ya que Shaum era lo único que hasta ahora había conocido. Aún así, sabía que no estaría a salvo en la Infraoscuridad. Un deseo le impulsaba a seguir en una dirección concreta: hacia arriba.

Tres años después de su fuga, Rintrah aún tenía pesadillas en las que veía cómo sus congéneres le perseguían para ejecutar aquella sentencia de muerte tanto tiempo retrasada. Cuando ya casi le tenían, oía una voz que le dejaba perplejo. Una voz femenina que le llamaba, aunque no sabía su nombre...

- "No temas tus sueños, Rintrah. Mira a través de ellos. Compréndelos y dejarán de atormentarte"

Pero aquellas eran las palabras de su actual maestro, Pynt. El fenomenal centauro estaba delante de él con el semblante serio como siempre. Parecía preocupado...

Cuando Rintrah le preguntó por sus preocupaciones, Pynt respondió que más tarde hablarían, pero no si Rintrah no era capaz de discernir los distintos tipos de hierbas que tenía delante, encima de un tocón de árbol. Hasta el momento había identificado tres de ellas, pero la cuarta era inquietante para él. Podría ser una raíz de belladona. Y la verdad, estaba casi seguro de que lo era. Olía como debía, tenía el aspecto que debía... y teniendo en cuenta que las otras hierbas tenían propiedades relajantes similares, Rintrah estuvo tentado de responder directamente. En su lugar, siguió reflexionando y examinando aquella planta con detenimiento.

- "¿Qué pasa, Rintrah? ¿Tanto te cuesta identificar la adormidera?"
Era la voz impaciente de Pynt.
- "No maestro, porque tengo la sensación de que no lo es. Esta planta no es lo que parece, pese a que mis sentidos me dicen lo contrario"
- "¿Y qué te dice que es otra cosa?"
- "Mi instinto, Maestro. El contexto de todo. Si realmente fuera belladona, este ejercicio no tendría razón de ser. Hace mucho que me hablaste de las propiedades de esa planta. Sin embargo..."
- "Continúa"
- "Al principio estaba fijándome tanto en la planta que no lo he visto... pero hay polvo de pixie en ese tocón, al lado de la planta de adormidera. No sé qué es, ni siquiera si es una planta, pero si hay polvo pixie cerca significa que puede ser cualquier cosa. ¡Eh! ¡Podría ser el propio pixie!"
- "Excelente, Rintrah. Xynx, por favor, levanta el velo ilusorio que cubre la planta".

Con un tintineo de cascabeles, un duende pixie se hizo visible delante de Rintrah y con un divertido gesto con la nariz, levantó su hechizo y Rintrah pudo ver que la "mandrágora" era realmente una "luxos rathina", una planta venenosa tan potente que su manejo era ya de por sí peligroso.

Tras disculparse por la treta, Pynt caminó un poco con Rintrah por el bosque antes de girarse y comunicarle las malas noticias: No podía enseñarle más. Rintrah preguntó angustiado por qué, y Pynt le contó la conversación que había mantenido la noche anterior con la hermandad de Saúco, en la arboleda sagrada. Pynt le había estado enseñando las vías de los bosques a un Minotauro, y eso era motivo de preocupación en la orden. Cuando empezó a educarle, Rintrah era realmente temible a la vista. Un minotauro que huía al bosque tras un desafortunado encuentro con los habitantes de un pueblo cercano. Realmente, Pynt iba a avisar a la criatura de que el bosque no le ofrecería refugio, pues tal era el acuerdo al que había llegado con los humanos. Pero el instinto del centauro había sabido ver a tiempo que un minotauro en la superficie y sin más armas que un pequeño morral tenía que tener una historia fascinante que contar. Tras oirla, Pynt calmó a la muchedumbre asegurándoles que el minotauro no volvería a importunarles. De aquello hacía ya mucho tiempo, y desde entones Pynt le había mostrado a Rintrah cómo moverse en el bosque y aprovechar sus recovecos. Había una sinergia muy especial entre ambas criaturas, mirad hombre y mitad bestia. Sólo que la hermandad no lo veía con buenos ojos. No se oponían a que Rintrah residiera en el bosque, pero nunca lo aceptarían como uno de ellos. Y eso Pynt sabía que era cierto, pues a los druidas humanos ya les costaba trabajo acostumbrarse a su presencia, no quería ni imaginarse su impresión ante Rintrah, que pese a ser una persona delicada en el trato, podía devorar un venado crudo en una sola comida.

- "¿Dónde iré, Pynt? ¿Qué más puedo aprender?"
- "El mundo es mucho más grande que este bosque. Es más grande que las cuevas de las que me has hablado. Es inmenso, vasto... y creo que deberías conocerlo. Las golondrinas me han hablado de un gran asentamiento de humanos hacia el este. Podrías ir allí y ver dónde puedes ser últil. Tienes un montón de recursos, Rintrah. Tu aspecto inspira temor, tienes fuerza y eres diestro con las armas. Y está tu magia. No es que me haga mucha gracia, pero reconozco su utilidad fuera del bosque. No reniegues de ella sólo porque te la enseñaron maestros crueles."
- "Pero... es sucia, maligna. Y me recuerda tanto a aquellos tiempos..."
- "Sí, y aun así vuelves a estudiar ese libro que tienes de vez en cuando. ¿O crees que no te veo?. ¿Sabes? Las hembras de los pájaros empujan a sus hijos del nido para que aprendan a volar. Es cruel, pero no puedes negar que es una habilidad muy útil. No pierdas la perspectiva, Rintrah. Y acuérdate de nuestro bosque, de vez en cuando. Si ves el modo, hazme llegar un mensaje diciéndome que estás bien."
- "Lo intentaré, Maes... Pynt. Pero antes debo hacer algo en el pueblo"

Rintrah recogió sus exiguas pertenencias y se encaminó hacia el pueblo que antaño le recibiera con horcas y antorchas. Y esta vez todo parecía indicar que la reacción sería parecida. Rintrah intentaba explicar a aquella gente que sentía haberles asustado cuando llegó por primera vez, y que por favor aceptasen sus disculpas. Nadie escuchó, aunque tampoco le persiguieron con antorchas. La gente se encerró en su casa y los únicos que se veían eran el herrero (un enano, por lo que se veía) y sus ayudantes, un fornido humano y su joven hija, cuyo divertido rostro le resultaba extrañamente familiar.

- "Ven, déjame afilar tu hacha. Es un magnífico ejemplar..." - Dijo el enano.
- "Sí, aunque no es la primera vez que la afilamos, ¿verdad Brogg?"

Rintrah les miró desconcertado.

- "Vamos, hombre. ¿De dónde crees que saca un hacha un centauro? ¿De dentro de un roble? Plynt nos ha hablado mucho de ti".

Reunido con ellos en la herrería, el grupo de extraños le relató a Rintrah como, un año después de que empezase a vivir en el bosque, Plynt había acudido a ellos en busca de armas apropiadas para el minotauro. Además, en un par de ocasiones había vuelto para afilar algunas de ellas. Al parecer, los herreros no le tenían miedo. Parecían entenderle.

- "A Waterdeep es a donde debes ir, Rin"
- "Deja de decir tonterías, Magda. Y no le llames, Rin. Su nombre es Rintrah" - Reprendió el padre a su hija. Aunque a ella le dió lo mismo, ya que siguió citando poblaciones de las que sólo había oído hablar, ya que jamás se había alejado demasiado del pueblo. - "Scornubel, Arabel, Evereska"...

- "¿Cómo puedo pagaros? No tengo dinero, ni nada que trocar... Podría trabajar para vostros..."- sugirió Rintrah dubditativo.
- "Ni se te ocurra. Bastante mala reputación tenemos ya con dirigirte la palabra" - bromeó el enano.
- "No hace falta, Rintrah. Quédate con nosotros el tiempo que necesites, y luego emprende camino."- Adam parecía estar algo inquieto. Una cosa era hablar con el minotauro y tratar con él y otra muy distinta era alojar a uno en su casa, o en su establo...

Rintrah se quedó con ellos el tiempo justo de reunir comida suficiente para el viaje y se despidió. La vida entera le esperaba fuera de aquel pueblo. Lamentaba dejar el único lugar donde se había sentido a gusto, pero Plynt tenía razón cuando hablaba de lo grande que era el mundo y de las cosas que había que ver.

- "Te echaremos de menos, Rin" - dijo Magda entre sollozos.
- "Yo a vosotros también. Me habéis tratado muy bien y eso no lo olvidaré mientras viva".
- "No dejaré de ir al bosque a buscarte. Sé que volverás, Rin. Y ya no te despertarás entre pesadillas, sino entre sueños de aventuras, de magia, de... de... ¡dríadas! ¡elfos! ¡dragones!..."- Magda empezó a enumerar sin ton ni son las criaturas legendarias que supuestamente Rintrah encontraría en sus aventuras, pero las lágrimas no le dejaban continuar."
- "Así que por eso me resultabas familiar. ¡Tú ibas al bosque a verme! ¡Tú eras la voz que me llamaba en mis sueños!"
- "Sí, pero nunca te ví tan de cerca, Rin. Plynt no me dejaba. Dice que me enseñará las hierbas, Rin. Y que hará de mí su alumna. ¿Aprenderé mucho?"
- "Espero que aprendas al menos la mitad de lo que me has enseñado tú a mí, Magda. Adios y hasta siempre... y cuidado con la belladona". Rintrah no dijo más. Notaba que su voz se quebraría si seguía hablando, y más por mantener sus apariencias de fiero minotauro que otra cosa, decició coger simplemente su hatillo y caminar hacia la salida del pueblo, hacia su nueva vida de aventuras.

En cada puerta que le cerraran en lo sucesivo. En cada mueca, cada gesto de asco o de miedo... vería la cara de Magda y pensaría: "Es por la gente como ella por la que lucho. Es por la gente como ella por lo que esta vida hay que hacer lo correcto".


7 comentarios:

DSR dijo...

Ya la había leído en algún correo, mu currada si. Hasta me ofrezco a hacerle un estreno si te apetece. Finalmente Guerrero/Mago LG? Bien suena bien. Será una mala bestia, eso seguro.

Jota dijo...

Je... Tienen FUE y CON 19 (lo de 20 me pareció una exageración). INT 14 (glubs), SAB 10, DES 9 y CAR 8.

Dependiendo del nivel en que empiece, le pondré armas: hacha de batalla, espada bastarda (con el estilo de dos manos puedo llevar una en cada mano, guao!).

La nueva y mejorada picadora BapiTAURUS a su servicio...

DSR dijo...

Pos si, si te sobra ficha ponle al menos CON 20 que regeneras y mola mucho. El hacha es igualito que una alabarda. Pica carnes, que tenga buen rol o te aburrirás del bichu pronto!

Titoki dijo...

¡Muy currada la historia!, si señor.
Afortunadamente para el pj, los minotauros no son tan raros como uno podría pensarse: muchos tios ricos tienen guardias minotauros. Eso si, son temidos porque aparte de sus tendencias violentas, son bichos favoritos de gentes poco recomendables, como tiranos varios, magos chungos, el culto del dragón, el trono de hierro, y gentes así de amables. Pero verse, se ven en la superficie de cuando en cuando.
Eso si, no lo llames BapiTaurus, que el Baphitauro es un bicho que YA existe, y es gente mu chunga. ¡Más aún que los minotauros!

Jota dijo...

¿En serio hay un bicho llamado Bapthitaurus? Juasjuasjuasjuas... Pues nada, será un "Moulinex" o un "Braun Minipimer". Jejejejeje

Titoki dijo...

Pues si, si que hay un bicho que se llama Baphitaur. Y tampoco es tan sorprendente, teniendo en cuenta que el dios-demoniaco (es un lord Tanar'ri) que intenta patrocinar a los minotauros se llama Baphomet...
Creo recordar que los baphitauros eran unas especies de hibridos chungos entre minotauro y tiefling...

DSR dijo...

La verdad es que el nombre suena a coña, Bapitaurus? Y si, un minotauro es raro, pero tampoco es tan extraño verlo por ejemplo en las calles de Waterdeep, o alguna otra city del estilo...
¿Te apetece ir a Hillsfar de turismo? Ja,ja,ja!!!