jueves, 20 de marzo de 2014

UNA EXTRAÑA REUNIÓN

Una bella puesta de sol al atardecer, se escucha el suave batir de las olas golpeando la costa. Una ligera niebla cubre una enorme playa, un grupo de pescadores retira sus pequeñas barcas hacia la playa.

- Vamos Rufus, empuja, ya sabes que cuando las nieblas se acercan a la costa, la mala suerte viene con ellas.-

- Ya, ya, ya, primo, lo sé, pero tampoco hace falta correr tanto, no tiene pinta de tormenta ni nada por el estilo, el mar está en calma.-

- Si, precisamente, cuando el mar está en calma es cuando más hay que temer a los demonios del agua. Vamos, ¿a qué esperas? empuja, o no tendremos la barca en lugar seguro antes de que caiga la noche por completo.-

La luz del día se va apagando poco a poco, una parte de la niebla parece mucho más negra, y parece moverse rápidamente en dirección paralela a la playa.

- Primo ¿has visto eso? hay una mancha de niebla negra que parece moverse, y...¿oyes? parece como si grandes piedras cayeran al mar.-

- Si Rufus, ya veo y oigo, mal asunto, ¡vamos! empuja un poco más, amarremos la barca y vámonos de aquí cuanto antes, puede que sea una tormenta próxima.-

Los dos hombres atan con rapidez la barca y desaparecen rápidamente de la playa. La oscura nube avanza rápidamente, se escucha como un fuerte chapoteo. La noche cae rápidamente, la oscura nube se va condensando, hasta formar dos enormes figuras equinas, que por su oscuro color a penas se distinguen de la oscuridad, salvo por sus brillantes y llameantes ojos de color rojo intenso. Galopan a gran velocidad sobre el aire, dando ocasionalmente fuertes golpes sobre la superficie del agua. En poco tiempo alcanzan unos grandes acantilados, entre los que se dibujan gran número de cuevas, paran su rápido trote sobre una gran cueva a mitad del enorme acantilado.

- Hermano, ¿es aquí verdad?-

- Si, entremos, aunque...-

- No nos gustan los agujeros.-

- Así es hermano, pero el Lord dijo que debíamos dialogar con las criaturas del mar.-

- Vamos entonces.-

Ambas oscuras figuras se adentran con cautela en la enorme cueva, a pesar de su tamaño a penas hacen el más ligero ruido al avanzar. La enorme cueva desciende durante un largo trecho, del que parten y se retuercen multitud de pasadizos, las dos enormes criaturas parecen seguir un camino concreto, perfectamente orientados. Tras un largo paseo alcanzan una enorme caverna, en gran medida inundada por el mar. Se paran ante una enorme roca, y ambas golpean con fuerza la piedra con sus poderosos cascos, haciendo un fuerte sonido, seco. Golpean con tal fuerza, que el agua vibra y pequeñas rocas caen del techo de la caverna. Paran, y esperan con calma. Pasa el tiempo, hasta que varias siluetas surgen del agua, son criaturas de aspecto terrible, humanoides, pero con pies y manos palmeados, tienen escamas por todo el cuerpo, y crestas surgen de su cabeza y espalda. Sus caras recuerdan a peces, con enormes ojos, y bocas llenas de finos dientes como agujas, uno de ellos, armado con un gran tridente avanza y habla con las dos grandes criaturas en un mal común:

- Ssshhh, vosotros querer reunión con gran príncipe, gran príncipe no estúpido, el enviar mi, para asegurar no trampas. ¿qué querer?-

- Hemos solicitado una audiencia con el príncipe Saerileth, y sólo hablaremos con él. Venimos en son de paz, y en representación de un Ser al que deberíais temer y respetar.-

- ¿Está el Gran Saerileth o debemos proclamar que es un cobarde ante sus siervos?-

- Si hermano, no sé cuanto tiempo el Gran Tiburón dejará vivir a un cobarde...-

El agua salta como una enorme fuente ante la enorme piedra, una enorme bestia surge, se parece a las anteriores aunque es mucho más grande y tiene cuatro fuertes brazos, de un manotazo aparta a su siervo y se encara con las dos grandes bestias.

- El Príncipe no es un cobarde, y no os teme Bestias. Aquí estoy, y os advierto que más de cincuenta guerreros me acompañan, y varios de ellos os apuntan con fuertes ballestas, de hecho estoy muy tentado de mataros y devorar vuestros restos aquí mismo.-

- Ja, ja, ja, sin duda hermano este es el Príncipe. Mis Respetos Milord.-

- Y los míos.- Añade el hermano.

- Saerileth no ha venido aquí a escuchar bonitas palabras. ¿Qué es lo que queréis y por qué queríais hablar conmigo, insignificantes?-

- Venimos a daros unas buenas noticias, para vos y para los vuestros.-

- Si, para vos y para los vuestros.-

La enorme bestia de cuatro brazos, no baja la guardia, pero parece algo interesado.

- Bien, Saerileth escucha, si no me gusta lo que me contáis siempre os podré devorar.-

- Príncipe no nos subestiméis, sabemos defendernos.-

- Si, sabemos, pero no hemos venido a pelear ¿verdad hermano?-

- No, hemos venido a decirte que la costa está débil, un fuerte invierno azotó la región, hay hambre, y las costas están poco vigiladas.-

- Si príncipe, y la gran ciudad de la superficie está débil, seguro que algún pequeño ataque en el puerto y por la región, tardaría mucho en tener respuestas.-

- Vuestros siervos podrían saquear y devorar a placer, si quisieran, Príncipe.-

- Si, si quisieran.-

La enorme criatura de cuatro brazos esboza una enorme sonrisa, lo cual no es una visión agradable, parece la boca de un tiburón pero con más dientes.

- Saerileth está contento, puede que no os mate. Estas noticias son buenas de verdad, espero que no estéis tratando de engañarme o...-

- Mi príncipe, sólo tenéis que mandar algunos exploradores por la costa y veréis.-

- Veréis que no mentimos Milord.-

Uno de los cuatro brazos acaricia la enorme barbilla del príncipe mientras medita y evalúa a las criaturas que tiene delante.

- Bien, mandaré unos exploradores, puede que sea cierto lo que decís y puede que no, pero creo que ahora os mataré de todas formas.-

Hace un rápido gesto y una lluvia de virotes cae sobre las dos grandes figuras de obsidiana. Todos los virotes caen al suelo, o rebotan contra una barrera invisible. Las dos criaturas sonríen, se miran y miran al príncipe con odio.-

- Ja, ja, ja, mira hermano intenta matarnos con 'flechitas'.-

- Je, je, je, si, es divertido.-

Ambas figuras miran al príncipe, y sueltan un ligero y rápido susurro, de pronto ambas están envueltas en llamas.

- Príncipe, dad gracias a que venimos en son de paz.-

- Sí príncipe, nuestro señor insistió en que no matáramos a ninguno de los vuestros.-

Todas las criaturas con rasgos de peces parecen aterradas ante la visión del fuego, algunas de ellas se sumergen con rapidez en las aguas. Pero no el príncipe, aunque se refleja un ligero respeto en sus grandes ojos ante el fuego.

- Ssshh, sucia hechicería. Bien criaturas, habrá paz entre nosotros hoy, pero si os vuelvo a ver os mataré con mis propias armas. Podéis iros, decid al que servís que Saerileth echará un vistazo a las costas, y puede que ataque o puede que no, según vea y según convenga.-

- Bien, como el príncipe quiera, nosotros...-

-...sólo traíamos el mensaje.-

Las dos enormes criaturas se desvanecen en dos grandes nubes negras, que se adentran de nuevo en los pasadizos por los que vinieron. El gran príncipe se gira hacia sus siervos, habla en su sibilante idioma:

- Reunid grupos pequeños, quiero que vigiléis las costas, por toda la zona, y acercaos a la gran ciudad de la superficie también, quiero noticias en pocas horas, o seréis los siguientes en el altar del Gran Tiburón.-

Todos los siervos se sumergen con rapidez en las oscuras aguas sin decir palabra.

Mientras las dos oscuras nubes se condensan en la entrada de la gran caverna, hasta tomar sus formas respectivas.

- Bueno hermano ¿cómo lo ves? ¿no fue mal del todo no?-

- Estas bestias del agua son traicioneras hermano, pero seguro que han mordido el anzuelo.-

- Si hermano, el cebo está echado, ahora es cuestión de esperar un poco.-

- ¿Qué graciosos con las flechitas eh?-

- Si, ja, ja, ja, ha sido divertido, lástima que no hayamos dado una lección.-

- Descuida, que ya se la daremos, a su debido tiempo, a su debido tiempo.-

- Claro hermano, claro, pero ahora debemos hablar con el Lord, ¿no crees?-

- Si hermano, tienes razón, vamos, cuanto antes, hay que informarle de esta reunión.-


Las dos enormes criaturas comienzan a galopar por el aire, sus figuras se pierden con la oscuridad de la noche, pronto se levanta un gran viento, parece como si la niebla los siguiera. 

martes, 18 de marzo de 2014

LOS NOBLES TAMBIÉN SE DIVIERTEN

Noche, se escucha música y varias voces, un tipo gordito, bajo y entrado en años, camina por un sendero empedrado, se acerca lentamente a una enorme mansión. Alcanza unas puertas enrejadas, detrás de ellas unos enormes jardines. Dos guardias enfundados en impolutas armaduras le miran con caras de indiferencia.

- Me temo que he olvidado la invitación señores, pero si son tan amables de avisar al Señor Vega de que estoy aquí...-

- Milord, la fiesta ya lleva unas horas, y no tenemos noticias de invitados retrasados, me temo que no podéis pasar.-

El tipo gordo mira suavemente en los ojos del guardia:

- ¡Ahhh!, Molor, hijo de Arunsun, cómo no te he reconocido antes, ¿no me recuerdas? estuve aquí hace unos meses. Por favor sólo entrégale esto al Señor...-

El Gordo se acerca despacio al guardia y le deja algo en las manos a través de las rejas.

- Bueno, espero que no esté demasiado indispuesto, veré qué puedo hacer, disculpad Milord pero no recuerdo vuestro nombre. ¿A quién debo anunciar?-

- Entrégale lo que te he dado, lo reconocerá enseguida, no te preocupes por los nombres, ya sabes, en estas fiestas la discreción...-

- Claro Milord, ahora mismo.-

El guardia se da la vuelta y comienza a caminar hacia la gran mansión. El tipo gordo espera con tranquilidad, mira a las estrellas pensativo.

- Dime Marcus, ¿qué piensas de ese Sol Negro del que tanta gente habla?-

- ¿Cómo sabéis mi nombre Milord? Juraría que es la primera vez que os veo.-

- Oh, ¿eso crees? nos cruzamos en mi última visita al Señor Vega, te recuerdo bien, creo que acababas de conseguir el puesto. No pasa nada, no te preocupes, no me ofendo, con tantas visitas es normal que no recuerdes una cara común...y gorda.-

- Mi Señor, no estáis gordo, más bien con algo de peso nada más. Disculpad, me fijo poco en los rostros, con tantas visitas como decís, cuesta acordarse de todo el mundo. ¿El culto ese nuevo? Bueno, se escuchan muchas cosas, parece que en el puerto de la noble Selgaunt está arraigando con fuerza el culto al Sol Negro, y tengo un primo en Suzail que me contó que por allí también hay numerosos seguidores del Sol Negro. No sé mi Señor, yo sólo soy un guardia, no entiendo de esas cosas religiosas...-

- Mmm, ya veo, interesante, por mi parte te diré que sigo a ese culto con interés de cronista, vamos que voy relatando la historia de los Reinos en libros, y me parece interesante. A parte, ¿crees que será otro grupo de locos, o será un culto serio? he oído que ese Sol Negro escucha todas las plegarias, y que concede fuertes Dones a aquellos que lo siguen.-

- Si mi señor, he escuchado a algunos profetas en la ciudad, y la verdad es que lo que dicen me parece bien. Creo que ese Sol Negro, sea quién sea, sólo quiere velar por los más necesitados, y cuidar de aquellos que realmente lo necesitan. Si queréis mi opinión, es lo que deberían ser los Dioses, en general.-

El Gordo esboza una ligerísima sonrisa, a penas perceptible, justo en ese momento el guardia que partió hacia la mansión alcanza la puerta enrejada de nuevo:

- Milord, disculpas en nombre del Señor Vega, me dijo que por supuesto tenéis paso libre cuando queráis. Os aviso de que la fiesta está en su apogeo, os podéis encontrar con alguna escena...bueno...algo extraña.-

- No te preocupes Molor, a mi edad he visto casi todo.-

Los guardias abren las puertas.

- ¿Necesitáis que os acompañemos Milord?-

- No muchachos, conozco el camino no os preocupéis.-

El tipo gordo sigue el camino empedrado, despacio, apoyado en un pequeño bastón. Finalmente pasa varias piscinas en las que hay hombres y mujeres de todo tipo, hablan, beben, fornican, se pelean, hay todo tipo de escenas, pero con algo en común, todos están desnudos y enmascarados. El robusto hombre continúa con su cansado paso, pasa por unas grandes puertas a la enorme mansión, las escenas se degradan a medida que avanza, un hombre atado y con collar de perro es azotado por una bella mujer. Una mujer muy gorda, atada a una mesa, desnuda, dos enormes mulatos le queman sus partes más íntimas con la cera derretida de velas, la obesa mujer gime con cierto placer. En un pequeño salón dos bellas mujeres luchan en un cuadrilátero lleno de barro, multitud de hombres y mujeres tan sólo ataviados con máscaras hacen fuertes apuestas, cuchichean y ríen alrededor. Las escenas de depravación, lujuria y excesos se continúan. Finalmente el grueso hombre abre unas grandes puertas dobles, para encontrarse con un hombre atractivo, con un extraño peinado, sonríe y parece que ha bebido mucho, mira a través de unas extrañas gafas al recién llegado. Inmediatamente hinca una rodilla en el suelo:

- Mi Señor. Es un honor veros de nuevo. Me alegra que estéis bien y de una pieza. ¿Cómo marcha todo?-

- Hola muchacho, yo también me alegro de verte, y de ver que has montado aquí un buen tinglado. Todo va bien. He recuperado mis 'cosas' y eso facilitará el camino. Todo está marchando bien por la Costa de la Espada, parece que las autoridades de la Ciudad de los Esplendores han estado muy ocupadas con un Invierno algo extraño, lo que nos ha favorecido enormemente. Pronto les encargaré a Megalos y Gigalos que agiten un avispero, cuando las avispas salgan a picar, mis seguidores acudirán raudos al rescate, espero que con eso gane algún que otro seguidor. Dime, ¿cómo van las cosas por aquí?-

El humano atractivo de extraño peinado sonríe al tiempo que fuma de una larga pipa.

- Bueno Mi señor, por el momento las cosas marchan, unos cuantos 'profetas' hacen una correcta labor por todas estas tierras que llaman Sembia ahora, y buena parte de la vecina Cormyr. Poco a poco mi Señor el culto al Sol Negro se extiende, todo marcha.-

- Perfecto, sabía que no me defraudarías, siempre has sido como mi brazo derecho.-

- Mi señor me honráis, je, je, je.-

- Aunque, creo que deberías controlar un poco tus ansias de experimentar, sobre todo con tanto alucinógeno, no creo que eso ayude a ser discreto.-

- Mi Señor, es todo parte de mi actuación, no tenéis de qué preocuparos. Mantengo mis pequeñas debilidades bajo control, no pierdo la consciencia y no hablo más de lo necesario. Por cierto, hace unas semanas tuve la visita de ese No-muerto que me mencionasteis un tipo curioso, de gran poder, no me gustó demasiado, pero como me dijisteis que no discutiera, pues le dí lo que me pidió. Espero que esté todo correcto.-

- Si, si, lo sé. Fue perfecto, ese ser me hizo un pequeño favor sin saberlo. El caso es que necesitaba distraer a ese al que llaman Hook, ya sabes ese elfo descerebrado que tan conocido es por todos los Reinos. El caso es que recientemente adquirió un feudo, casualmente donde se encontraban las ruinas de la antigua ciudad enana, Minas Morûl ¿recuerdas? Bueno da igual, el caso es que ese Lich tenía algo pendiente con el tal Hook, y me vino de perlas, le distrajo a él y a algunos invitados en una fiesta que había organizado, mientras Yo, logré entrar en la antigua ciudad enana y recuperar lo que me quitaron hace tanto tiempo.-

- Ohhh, ja, ja, ja. Ahora comprendo Milord, claro, claro. Bueno imagino que 'Lord' Hook y sus compañeros, ¿cómo les llaman? Ahhh, si, 'Los Destructores de la Bestia', si un grupo de mortales formidable Milord, no debemos menospreciarlos, he escuchado varias de sus hazañas por los Reinos, creo que entre ellos figura una mujer, una descendiente de uno de los guardianes del Monasterio de St. Edemar...una tal Aura Stronghand, su compañera una elfa de formidables dotes en la lucha y la magia, una tal Eliara Moonfist, y otros que los acompañaban, un tal Elion Everlove y un caballero humano de renombre en Cormyr, de la familia Wyvernspur, un tal Sir Percivale.-

- ¿Stronghand dices?-

El hombre gordito parece crecer por un momento, sus ojos brillan con intensidad con un brillo plateado, duro y frío a la vez, después vuelve a su enjuta forma.

- Si Milord, Stronghand, suponía que os interesaría ese nombre familiar, por lo que...-

- Me interesa si, ese pequeño clan de humanos, si uno de sus ancestros fue uno de los guardianes de mi prisión. Le advertí que lo lamentaría, y si no él, los hijos de sus hijos, malditos sean. Bueno ahora no tenemos tiempo de ocuparnos de viejas rencillas, ya nos ocuparemos de esos Stronghand cuando proceda, ahora debemos centrarnos en nuestros pequeños asuntos. Continúa con tu labor aquí muchacho, necesito afianzar mi Poder antes de...bueno, continúa como hasta ahora, pero intenta no llamar demasiado la atención, sobre todo de sacerdotes, y de fanáticos de cualquier culto. Quizás algún accidente ocasional en los templos con la 'casual' ayuda en momentos críticos de algunos seguidores del Sol Negro, podría incentivar un poco a las almas descarriadas a seguirnos. ¿Qué te parece?-

- Me parece una excelente idea Milord, como no podía ser de otra forma. Había pensado en dar algún incentivo a esa gran comunidad de elfos acuáticos que viven cercanos a las costas de esta zona para iniciar, digamos algún conflicto, en el momento álgido, enviar a algunos diplomáticos seguidores del Sol Negro para que negocien una paz duradera y equilibrada. Creo que eso correría la voz rápidamente de que los seguidores del Sol Negro son gentes de fiar, que velan por el bien de todos y por la paz. ¿Os parece bien?-

- Claro, claro que si muchacho, me parece un plan excelente, ponte a ello cuanto antes, debemos extender la Palabra. En menos tiempo del que esperas volveremos a casa, esta vez en triunfo, y...te aseguro que recuperaremos lo que nos arrebataron.-

El hombre de extraño peinado hace una reverencia, y esboza una enorme sonrisa:

- Milord, siempre con Vos.-

- No pierdas el tiempo, o no demasiado, ya sabes, lento pero seguro. Y no descuides las protecciones, no queremos que el Viejo nos encuentre. Debo partir, vuelvo a la Costa de la Espada, si hay algo importante no dudes en ponerte en contacto conmigo.-

- Por Supuesto Milord, descuidad, aquí todo irá como la seda, centraros en el Oeste, y si me necesitáis para cualquier cosa, avisadme.-

El hombre gordito, se gira y se marcha caminando despacio, por donde a venido, pasa por un salón en el que se desarrolla una gran orgía, mira con cierta indiferencia. Y se para ante tres bellezas, una semielfa morena, una humana rubia y otra castaña, se encuentran en plena escena de amor, pero repentinamente se paran y miran al hombre gordito con curiosidad, la semielfa habla con un tono sensual:

- Debéis poneros la máscara Mi Señor, ya sabéis las reglas-

- Disculpad, la he perdido.-

Habla la bella mujer de pelo castaño:

- Venid aquí Mi Señor, creo que nos queda alguna máscara de sobra, y...necesitamos algo de compañía masculina.-

El hombre parece dudar un momento, después habla con un tono suave, al que las tres mujeres sonríen:


- ¿Por qué no?-

lunes, 10 de marzo de 2014

ENTRE LAS COLINAS ROCOSAS

Una extensa pradera, atardece, una figura solitaria camina por un estrecho sendero entre las altas hierbas, es un anciano apoyándose en un decorado callado. Alcanza una enorme pared justo frente a un pequeño lago de aguas estancadas, oscurece, la luna se alza en todo su esplendor, y una serie de runas comienzan a brillar por toda la enorme pared.

- Si, si aquí es, esta runa...-

Toca cuidadosamente una serie de bloques pequeños de piedra en la pared, de pronto suenan fuertes crujidos y unas enormes losas de piedra se desplazan lentamente, se abre una enorme puerta de piedra, su contorno brilla a la luz de la luna, se crea una nube de polvo y aire enrarecido, el anciano baja con pasos tranquilos por una enorme escalera, pronto se encuentra ante unos enormes subterráneos. Multitud de estatuas, runas y otros ornamentos adornan grandes salas y pasillos. Comienza a escucharse un rumor, primero lejano, se va acercando poco a poco al anciano, que se para en el sitio en el que está, tranquilamente, como quien espera a comprar el pan de cada día. Por todas partes surgen orcos, goblins y varias bestias que llevan encadenadas, rodean rápidamente a su presa, son cientos. Un enorme orog enfundado en armadura completa se adelanta sonriente:

- Ugh, viejo humano, ¿qué haces en nuestros dominios?, sabes, pronto te reunirás con tus ancestros.-

El anciano mira con brevedad a los ojos de la enorme bestia, sonríe y habla:

- Oglûk, hijo de Aglâk, has destruido muchas vidas, has gozado de muchos vicios, has matado, has fornicado, y has creado tu pequeño reino, pero ¿de verdad crees que eso me puede asustar?-

El enorme orco mira a su alrededor algo confuso, después centra sus crueles ojos en el anciano:

- ¿Cómo sabes mi nombre vejestorio? Nunca te vi antes, ¿quién eres?-

- Eso no te importa Oglûk, sólo estoy de paso, y tus huestes me dejaran paso ahora, con o sin tu consentimiento.-

Una luz surge del anciano, poco a poco gana en intensidad, toda la chusma que lo rodea se tapa los ojos doloridos. Al bajar sus manos, sus caras cambian, el anciano ya no es un anciano, es un gigantesco orco, enfundado en una enorme armadura y provisto de una espada y una maza, una en cada mano. Todos caen de rodillas. Oglûk tiene los ojos como platos, hinca una rodilla en el suelo:

- Disculpad Mi Señor, sois, sois...-

- Basta. Tan sólo quiero paso, voy a cierta cámara que tenéis sellada si no me equivoco, seguro que algo terrible la guarda, ¿sabes de cuál te hablo verdad?-

- Mi Señor, claro, la cámara de las galerías inferiores, os guiaré personalmente, pero allí hay fuertes protecciones de aquellos malditos enanos. No podréis pasar.-

- Guíame Oglûk, y tu pequeño reino se convertirá en un Imperio.-

El enorme Orog se gira y comienza a caminar, al tiempo que toda criatura cercana abre un pasillo mirando con admiración al 'Gran Orco'. Tras un largo paseo se topan con unas grandes puertas de bronce cuajadas de runas enanas. A sus pies hay multitud de esqueletos y cuerpos de goblinoides muertos o a medio pudrir.

- Aquí Mi Señor, aquí no se puede pasar, mis hombres intentar más de una vez, pero ya ver...-

- Bien Oglûk, con esto me basta, ahora toma esto y he de pedirte otro pequeño favor, ordena a tus hombres que se pongan a trabajar, que unan todos estos cuerpos dando forma de un gigante, cosed con cuero, grapas o lo que haga falta, quiero que formen un cuerpo grande, ¿entendido?.-

Se aprecia cierto miedo en la mirada del gran Orog:

- Claro, ahora mismo, pero puede llevarles un tiempo, ¿para qué querer unir tantos cuerpos?-

- Te dejaré un guardián, no quiero visitas, sobre todo en esta zona, ponte a ello, tengo algo de prisa.-

El 'Gran Orco' le da una enorme espada al Orog, junto con una pequeña bolsa de cuero.

- ¡Ahh!, confío en que a mi regreso algunos de los tuyos me escolten a la superficie.-

- Mi señor, claro, aquí esperar, no hacía falta decir. ¿Dejar camino a superficie abierto?-

- ¿Eso te place amigo mío? Te aviso que no tendréis gran cosa para llevaros a la boca o al bolsillo, más que cuatro granjas pobres.-

- Querer respirar un poco de aire Señor, y algunas granjas calmar a mis hombres...-

- Bien, si es lo que quieres, me es indiferente, espera aquí entonces.-


El enorme orco mira las gigantescas puertas con atención, parece estar leyendo. Cierra sus ojos, de nuevo surge luz de su cuerpo, con suma rapidez golpea las puertas con ambos puños, hay una gran explosión, humo. La escena se aclara poco a poco, Oglûk se frota los ojos para ver como la silueta del 'Gran Orco' se adentra entre el humo, pisando las enormes puertas, que ahora están en el suelo...

domingo, 9 de marzo de 2014

Carta a Hook


Hola Hook

¿Disfrutaste en los Brazos de Mystra, maldito perro? Espero que te hiciesen sudar y te pusiesen sanguijuelas en tobillos y muñecas, como hicieron conmigo. Casi seguro que chillaste y lloraste como la nenaza que eres.
Lastima no haberme podido quedar por allí para oír tus gritos cuando te metiesen de golpe en agua helada, o haberte visto tragar las miserables gachas aguadas que te hacen pasar allí por comida, pero comprenderás que no me iba a quedar allí para que me acabasen identificando e ingresando de nuevo en ese infierno.
Además, tenía muchas cosas que hacer relacionadas con tu inmediato futuro…

Disfruta mientras puedas de tus triunfos y tus jueguecitos descerebrados con esos fantoches de caballeros en ese ridículo torneo, porque no me olvido de ti ni de los tuyos. Vigílalos bien, Hook, porque te voy a hacer sufrir a través de todo lo que quieres y amas.
Ya te lo adverti, te voy a ver reventar, y cuando estés acabado y creas que no te puede pasar nada más, entonces encontraré algo más con que torturarte. Solo cuando me deje de divertir este juego o mi patrón se canse y me corte el grifo, me dignare a matarte, y no será una muerte agradable, créeme. El mata-elfos que esa mema de paladina se llevó en tu lugar te parecerá una caricia comparada con lo que tengo pensado para ti.

Duerme bien, Hook, y sueña conmigo…

Bertrand Pies-Belludos

P.S. Puedes intentar rastrear con tu magia esta carta todo lo que quieras. La está redactando un escriba a punta de daga, y yo ni siquiera la he tocado.


P.S.S. Ah, me olvidaba de comentarlo. Me he informado sobre tus locales favoritos. La próxima vez que te tomes una cerveza o un guiso, acuérdate de mí y de mi pericia con los venenos…

jueves, 6 de marzo de 2014

UNA VISITA EN PLENA NOCHE

Unos enormes jardines bien cuidados, destacan setos podados con formas sinuosas, algunos representan fuertes escenas eróticas. Una oscura figura avanza por ellos, parece no tocar el suelo, no hace ningún ruido, despacio como un fantasma. Pronto alcanza a ver una enorme mansión, no se ven luces, y tan sólo se escuchan algunos grillos en la profunda noche. Continúa su silencioso avance, pasando por una serie de grandes piscinas, ricamente decoradas con mosaicos y estatuas de gran belleza, entorno a ellas hay un buen número de divanes, multitud de bellas mujeres duermen plácidamente, la mayoría semidesnudas, hay botellas vacías por todas partes y largas pipas humean aún en el suelo. La figura mira a su alrededor y sigue su camino, tranquilamente. Entra en la mansión, parece buscar algo concreto, entra en un pequeño salón. Un hombre alto de fuerte complexión, a penas lleva ropa salvo una bata ricamente decorada y multicolor y unos calzoncillos blancos con corazones rojos bordados, una enorme cadena de oro a su cuello con un broche de obsidiana que representa un sol. Está en un enorme diván con una bella mujer dormida a cada lado, desnudas, las retira con suavidad, toma una enorme copa y una larga pipa que rápidamente enciende, todo con una enorme calma. Lleva unas extrañas gafas semitintadas y un curioso peinado, algo revuelto. Mira con curiosidad al recién llegado:

- Vaya, ¡que sorpresa!, creí que todos dormían, ¿quién eres?, no te recuerdo de la fiesta de hoy.-

Una voz cavernosa surge bajo la oscura capucha, habla despacio, con claridad:

- ¿Viiiinceeeennnt Veeegaaa?, el Lord me dijo que podríais conseguirme algunas cosas que necesito..., cosas complicadas.-

- ¿El Lord? ¿qué Lord? Conozco a muchos que ostentan ese título.-

El alto humano se sienta en un confortable sillón, tranquilamente da un sorbo a su copa y mira a su visita de nuevo:

- Licor de Wyvern, algo fuerte y sobrevalorado, pero no está mal, imagino que dado vuestro estatus no querréis una copa ¿verdad?-

La oscura figura parece emanar tinieblas, las mujeres dormidas tiemblan, parece que toda la sala se enfría. Su voz se agrava ligeramente, aunque mantiene ese tono cavernoso:

- No estoy aquí para hablar de la cata de licores maldito gusano, he venido por otros asuntos. ¿Podéis o no podéis conseguirme ciertos componentes?-

- Bueno, bueno, calmaos, no hace falta faltar al respeto Milord. Si estáis dispuesto a pagar yo puedo conseguir lo que necesitéis. Eso si, cobro por adelantado, al contado y el total, no debéis preocuparos yo mantengo mi palabra, sólo si el pago es correcto claro está.-

Da una profunda calada a su pipa entornando los ojos.

- Mmm, prefiero el loto negro, pero no está mal...-

La oscura figura parece cada vez más irritada. Aún así comienza a hablar con tranquilidad:

- Bien, necesito para empezar un hechicero humano de cierto poder, inocente o estúpido, cualquiera de las dos opciones me servirá, cristal de roca de gran pureza, velas negras que den llama azul, polvo de diamante, tiza negra de alta calidad,...-

La cadavérica voz sigue unos minutos enumerando extraños componentes y sustancias. El humano parece hacer más caso a su pipa que a su interlocutor, mira a las mujeres de reojo sonriendo, cuando termina, toma la palabra con su tono lánguido, despreocupado:

- Curiosa lista Milord, ¿qué pretendéis dar una fiesta dura? ¿iniciar vuestra guerrita particular? ¿crear algo? Bueno no tiene importancia, puedo conseguiros esa lista, por una módica suma ya que venís recomendado, digamos unas 30.000?-

La voz cadavérica responde con tono neutro:

- Supongo que os referís a oro, no hay problema.-

Hace un ligero gesto con una huesuda mano, un enorme cofre de marfil bellamente tallado con escenas de no-muertos, demonios y diablos surge ante él. Lo abre y comienza a sacar delicados paños de terciopelo negro.

- Lingotes de oro puro, ¿os parece bien?-

El humano mira despreocupadamente, no se advierte mucha emoción en su mirada, a pesar de la enorme suma que tiene delante.

- Bastará.-

- Volved en una semana y tendré lo que habéis pedido. En cuanto a lo del hechicero, hay un tipo gordito dormido junto a la piscina grande, es hechicero, y el muy estúpido me debe una gran suma. Lleváoslo como muestra de mi buena voluntad, está K.O. lleva toda la noche bebiendo como si se fuera acabar el mundo, pues que ironía, parece que su mundo termina hoy, je, je, je. Espero que os sirva para vuestras necesidades.-

La oscura figura se gira, sin el más mínimo ruido en dirección a la gran piscina, orientado por el corpulento humano, que se ha dignado a levantar la mano que sostiene la copa para indicarle la dirección. La voz cavernosa se pierde en la noche:

- Bieeennn señor Vega, estaré aquí en una semana, procurad no engañarme, o pasaréis a formar parte mis siervos...-

El humano sonríe:

- Milord, sois una figura imponente que sin duda puede asustar a muchos, pero no a mi. No tenéis que amenazarme, el pago es adecuado, y como os he dicho yo mantengo mi palabra, tendréis lo que habéis pedido.-

La oscura figura se pierde en la noche. El humano se levanta las gafas, pasa un dedo por los lingotes con suavidad.

- Bueno un poco más de oro nunca viene mal. Será mejor que duerma un poco, ese no-muerto emana un fuerte poder, me pregunto por qué me lo habrá enviado y por qué me insistió en que no discutiera con él. Bueno tendrá lo que ha pedido, ya que Él lo pide con tanta amabilidad...-

Sube unas enormes escaleras de mármol blanco con ornamentos de plata, alfombra roja, sigue un gran pasillo, hasta abrir unas grandes puertas dobles. Es un lujoso dormitorio, en el centro hay una enorme cama redonda, hay espejos por todas partes. Sobre la cama tres bellas mujeres duermen.

- Pequeñasss, se acabó el descanso, vuestro amigo Vincent necesita algunas caricias, y mucho cariño...-

Las mujeres abren los ojos despacio, adormiladas, sonríen y retiran las sábanas rojas, mostrando sus bellos cuerpos desnudos. Una pelirroja habla:


- Ven aquí cariño, tenemos frío...-

lunes, 3 de marzo de 2014

EL PROFETA ES CONTACTADO

Un hombre mayor, de barba y pelo canos sale de una modesta taberna, un cartel se balancea con un ligero chirrido, en él un simple dibujo de un búho. Se apoya en un cayado y avanza con tranquilidad por callejuelas sucias, desoladas. La calle se oscurece, el anciano se para.

- ¿Mi Señor sois vos?-

Una voz suave, grave y dulce a la vez surge de la oscuridad:

- Sólo soy un mensajero Valerius, pero debemos hablar, sígueme hacia el puerto, te guiaré.-

Una niebla negra precede al anciano, que la sigue sin dudar, es tarde y no hay nadie por las estrechas calles por las que camina, tan sólo se oyen los periódicos golpes de su cayado sobre la piedra. Atraviesa varias pequeñas calles en cuesta abajo, el olor a mar se va acentuando, finalmente alcanza el enorme puerto, la oscura neblina se mete tras una vieja puerta de un pequeño y cochambroso almacén a pie de mar, el anciano abre la puerta y entra. Dos óvalos rojos de color intenso se iluminan en la oscuridad, la neutra voz surge de todas partes, parece hablar la misma oscuridad de la sala:

- Valerius, sirves bien al Sol Negro, y él te lo agradece.-

- Mi señor, el me salvó, debo servirle lo mejor que pueda...-

- Bien, continúa, necesitamos salvar a más almas descarriadas, no podemos tolerar que toda esa gente siga sufriendo, pasando penurias y hambre, debemos cambiar la situación, no puede ser que unos pocos se queden con toda la riqueza, mientras los más humildes siguen sufriendo.-

- Mi señor, sabias palabras, pero son demasiados, cada vez se unen más al camino del Sol Negro, no sé cómo podré alimentar y guiar a tantos.-

- No te preocupes Valerius, ten fe, el Sol Negro provee y proveerá.-

La oscuridad se adelanta hacia el anciano, dejando una gran saca de cuero a sus pies.

- Con esto salvarás algunas almas más, dales de comer y explícales la verdadera fe, el Sol Negro los protegerá allí donde los otros Dioses no han sabido o no han querido o no han podido, los viejos Dioses no escuchan a los mortales como deberían.-

El anciano ojea la bolsa, abre mucho los ojos.

- Mi señor, esto es una enorme cantidad.-

- Nada es suficiente para los desafortunados, protégelos, aliméntalos en nombre del Sol Negro, sabes que él no descuida a los suyos, tus plegarias y tu devoción han sido escuchadas, por eso estoy aquí. Por otro lado, algunas de esas almas se han vuelto muy violentas, explícales que ese no es el camino del Sol Negro, Él no quiere ni fomenta la violencia, debes hacerte con las armas que porten esas almas descarriadas, intercámbialas por oro o comida si es necesario, deben comprender...-

- Pero mi señor no puedo controlar a todos, muchos creen que las otras religiones son blasfemas, no sé si podré convencerles Milord.-

- Cree Valerius, sólo cree, el Sol Negro te dará su guía, guía a esas pobres almas por el buen camino, recuerda que él no quiere violencia, él nos guía hacia un mundo mejor, más justo, más cuerdo, lo que los otros Dioses parecen haber olvidado.-

- El Sol Negro me guiará milord, haré todo lo que esté en mi mano.-

- Bien Valerius, sigue el camino y juntos salvaremos muchas almas perdidas.-

El anciano toma la bolsa de cuero y se retira por la maltrecha puerta del pequeño almacén. La oscuridad se condensa, hasta formar una enorme figura equina, hinca las patas delanteras en el suelo.

- Mi señor ¿estáis ahí?-

Una voz suave, autoritaria surge por todas partes, una enorme figura humanoide se materializa ante la figura equina.

- GIGALOS, VIEJO AMIGO, ME ALEGRO DE VERTE, ESTÁS HACIENDO UNA EXCELENTE LABOR POR MI, COMO SIEMPRE, TE LO AGRADEZCO.-

- Milord tu eres mi guía, mi amigo y mi Señor, todo es poco para serviros.-

Se escucha una suave risa, ligera.

- MMMMM, GRACIAS GIGALOS, ES UN HONOR TENER TU AMISTAD, SIGUE ENDULZANDO LA MENTE DE ESTOS MORTALES, DEBEMOS EMPEZAR PRONTO CON LA SIGUIENTE PARTE, YA SABES, HEMOS COMENZADO A SOCAVAR LIGERAMENTE LA FE EN MUCHAS DEIDADES, DEBEMOS EMPEZAR CON LOS CORRECTIVOS.-

- Entonces Milord, ¿debemos comenzar con los incendios y saqueos? ¿No será un poco prematuro?-

- NO, HA LLEGADO EL MOMENTO, PERO CON CAUTELA, NO SE DEBE RELACIONAR A LOS SEGUIDORES DEL SOL NEGRO CON ESTOS SABOTAJES, QUIERO QUE SE COMIENCE CON LOS SEGUIDORES DE LA JUSTICIA, ES A ESA FÉ A LA QUE DEBEMOS TODAS NUESTRAS PENURIAS ¿RECUERDAS?.-

- Si mi Señor, por fin comenzará nuestro advenimiento, es y seguirá siendo un honor serviros.-

- VAMOS, VAMOS, GIGALOS SIEMPRE TE HE CONSIDERADO TANTO A TI COMO A TU HERMANO MIS COMPAÑEROS Y AMIGOS, NO TIENES QUE DORARME LA PÍLDORA, JA, JA, JA. CÉNTRATE EN EXPANDIR EL CULTO, NECESITO MÁS SEGUIDORES, CUANTOS MÁS MEJOR.-

- Por supuesto Milord, pronto recuperaremos el Reino que en justicia nos pertenece ¿Tenéis ya vuestras benditas armas?-

- BUENO, FALTA UN PEQUEÑO DETALLE, A PUNTO DE SOLUCIONARSE, PRONTO MI VIEJA AMIGA ESTARÁ EN MIS MANOS, Y ENTONCES LA SITUACIÓN CAMBIARÁ, TE LO ASEGURO VIEJO AMIGO. MANTÉN LOS OJOS SOBRE ESTAS ALMAS DESCARRIADAS EN ESTA CIUDAD, NO DESCUIDES NI AL MÁS INSIGNIFICANTE, PRONTO LOS TEMPLOS ARDERÁN Y YO RECOBRARÉ LO QUE NO SE ME DEBIÓ ARREBATAR.-

- Mi Señor, se hará como decís.-

Las oscuras sombras se diluyen en el almacén, la enorme figura equina parece disolverse en la oscuridad hasta desaparecer, su poderosa mente se centra en una idea:


- Bueno sigamos a Valerius, el profeta no debe descarriarse, veamos como difunde la palabra del Sol Negro. Nuestro momento se acerca, pronto la balanza comenzará a inclinarse hacia nosotros, como debió ser en la Caída, mi señor Legnarion pronto recuperará su trono.-