Un cómodo y elegante salón, una gran chimenea arde en un
lateral. En una pequeña mesa, dos figuras se sientan en cómodas butacas, ante
ellos unas copas y una partida de ajedrez a medias. Ambas son grandes y emanan
fuertes auras de poder, la más grande de las dos observa al recién llegado con
mucha atención, con sus penetrantes ojos azules, tiene un enorme vendaje
entorno a un hombro, parece una herida reciente y profunda. El recién llegado
parece algo incómodo, tiene el aspecto de un enorme hombre lobo albino, aunque
varios tatuajes por su cuerpo, los colmillos tallados con extrañas runas y una
manera de comportarse que denota que es otro tipo de criatura.
- Kashiir, agradezco que hayas venido tan rápido como te ha
sido posible, por favor dame detalles de lo sucedido.-
- Milord, siempre me agradan estas partidas. En fin, no sé
cómo pero cuatro mortales de gran poder alcanzaron el almacén, imagino que
seguirían a esos estúpidos caballeros que capturé hará un mes. El caso es que
logré defender la estancia por un tiempo, pues no fueron capaces de entrar en
mis dependencias que había fortificado a conciencia, pero a pesar de mis
esfuerzos liberaron todas las cunas y no entiendo cómo, lograron destruir el
pilar. Toda esa zona de la caverna se vino abajo. Me enfrenté a ellos pero me
temo que eran demasiado poderosos para mi solo, así que decidí venir a
informaros lo antes posible.-
El gran hombre lobo parece algo nervioso, tenso como si
estuviera a punto de recibir algo desagradable, de hecho, sus grandes garras no
paran de moverse, siempre cerca de una temible cimitarra de hoja negra que
lleva a la cintura.
La enorme figura de Legnarion tiene la barbilla sobre un
puño y mira con atención el tablero de ajedrez. Tras una larga pausa habla:
- Malditos sean, ¿cómo habrán logrado encontrarlo? Y además
de causarme un duro dolor con esta herida, seguro que han liquidado a la mayor
parte de los guardianes que dejamos, una fortuna. Aunque el oro no me interesa,
cumple una función. Este hombro me está matando, ¡Gigalos, Megalos! Por favor
traedme un poco más de ese zumo de amapolas.-
Dos enormes figuras negras como la obsidiana se mueven por
al habitación, pronto hay una bandeja de plata ante Legnarion con un gran vaso
con un líquido blanquecino. Da algunos tragos, y su expresión parece relajarse
un poco.
- Continúa Kashiir, descríbeme a esos mortales, por favor
con todo el detalle que seas capaz.-
- Milord, eran cuatro, dos elfos y dos humanos. En parejas,
dos machos y dos hembras. Los humanos, uno parecía un hechicero, aunque luchaba
bien con las espadas, causó serios problemas a varios guardianes. La humana es
una sierva de la luz, sin duda, por lo que escuché cuando hablaban entre ellos,
la llamaban Aura creo, y era una guerrera temible, además de tener varios
recursos...potente magia. Después la elfa, rubia, con una llamativa armadura
sobrecargada y una espada que emanaba una potentísima aura, yo diría que una
reliquia de esos orejas picudas. Esa perra acabó prácticamente ella sola con
mis dos concubinas preferidas. Y después había un elfo, desgarbado, con cara de
loco o de haber tomado muchos alucinógenos, pero muy peligroso a mi parecer,
otro diablo con las espadas, y un hechicero de bastante poder, moreno, de piel
broncínea clara...-
Las dos figuras que deambulan por la habitación hablan por
fin:
- Milord, no hacen falta más detalles.-
- Detalles no falta hacen, Milord.-
- ¿A qué os referís?-
- Está claro que son los mismos, parece que vuestros últimos
avisos a pesar del envío de los cuatro no han surtido efecto, yo diría que se
trata de Lady Stronghand, su compañera Eliara la elfa, y el elfo colocado sin
duda es Lord Hook. Lo que no tengo claro quién es ese cuarto humano, ese es
nuevo en la ecuación.-
Una potente luz ilumina toda la estancia, todas las figuras
empalidecen y retroceden con una clara expresión de temor en sus ojos. Una
imponente voz rodea toda la estancia.
- STRONGHAND, STRONGHAND, STRONGHAND, DE NUEVO, ESE MALDITO
CLAN NO HA HECHO MÁS QUE INTERPONERSE EN MI CAMINO, PRIMERO COMO UNO DE MIS
CARCELEROS, AHORA INTENTANDO DESBARATAR MIS MODESTOS PLANES.-
La potente luz que ha iluminado todo el salón baja su
intensidad poco a poco, el tono de voz de Legnarion se calma.
- Kashiir, ¿qué información pudieron sacar de allí? ¿de lo que
no te dio tiempo a eliminar o llevarte?-
- No estoy seguro del todo Milord, pero eran mortales de
recursos, no puedo responder a esa pregunta.-
- Dada su competencia para olisquear mis asuntos, no me
extrañaría que pronto los tuviéramos aquí como invitados, y lo peor que puede
pasar es que den el aviso a otros...-
- Mi Señor, ¿qué tal una mudanza?-
- ¿Una mudanza? Mi Señor-
- Es demasiado precipitado, y mudanza ¿a dónde? este lugar
está protegido de miradas indiscretas, y muy pocos conocen su ubicación, además
el resto de los almacenes están enfocados aquí. No, no podemos mudarnos. Habrá
que prepararse para recibir a los invitados como es debido. Kashiir, vigila el
resto de almacenes, y si cualquier cosa más grande que un ratón se acerca
fulmínala y avísame de inmediato.-
- Como gustéis Milord, y por cierto 'jaque'.-
- Vosotros dos, quiero que sigáis a esa Stronghand y su
grupo, empiezan a suponer una amenaza grave.-
- Mi Señor, mi hermano y yo que a menudo estamos por la
Ciudad, tenemos algo interesante...-
- Interesante tenemos, información de la Ciudad.-
Leganrion los mira con atención.
-¿Y bien?-
- Esa Stronghand, parece que está siendo cortejada con
grandes hazañas públicas por un caballero Cormyta, y por todos los rumores,
parece ser que a ella le agrada.-
- Le agrada a ella mis Señor, creemos que ese caballero la
acompañó en una larga aventura por tierras de Rashemen, Tahy y Aglarond entre
otros sitios. En esas últimas tierras ayudaron a la poderosa Symbul contra un
enorme ataque a sus tierras por parte de siervos del Destructor.-
Leganrion esboza una ligerísima sonrisa.
- Qué interesante muchachos, por fin dais con algo que nos
pueda servir. Bien, bien, bien. Parece ser que no podemos parar la insistencia
de Lady Stronghand con ataques directos, lo más prudente será intentar pararla
por métodos sutiles. Estudiad al resto del grupo con rapidez, mirad si la elfa
tiene algún amor, o algo por lo que daría la vida, lo mismo con los otros dos,
tengo que pensar...-
- Lo haremos, Mi Señor-
- Mi Señor, harémoslo.-
El gran lobo insiste, como si todo lo que se hablara le
importara más bien poco:
- Milord, 'Jaque'.-
- Creo que tengo cosas más importantes entre manos ahora que
nuestra partida Kashiir, mmm.- Hace una rápida jugada.- Pero ya que insistes,
'mate'.-
Kashiir tuerce el gesto con disgusto, y se levanta:
-Bien Milord, veo que no perdéis facultades, partiré ahora a
asegurar los almacenes.-
- Kashiir, agradezco tus esfuerzos, pero si me vuelves a
fallar, haré una visita a tu pequeño Reino, que te aseguro no olvidarás, y allí
los tuyos no sois inmortales.-
Estas últimas palabras se pronuncian en un tono
absolutamente neutro, como si avisaran de que van a aplastar una mosca. Kashiir
se que queda muy serio.
- No os fallaré de nuevo Milord, os lo aseguro.-
Una vez que el gran lobo deja la estancia, Legnarion se gira
hacia sus queridos aliados:
- Gigalos, Megalos, a pesar de todos nuestros esfuerzos
siento que nuestra pequeña empresa tiene serios problemas. Encontrad a ese
caballero que persigue el corazón de Lady Stronghand, y traédmelo vivo, de una
pieza, y que pueda hablar, y otra cosa más, enviad un mensaje al Destructor,
quiero una entrevista en privado.-
- Lo del caballero bien Mi Señor, pero ¿El Destructor? esa
bestia sólo piensa en combate, sangre, destrucción, está loco.-
- Calma Gigalos, hablaré con él, le tantearé, y veremos si
nos puede ser útil. Daos prisa, no creo que nos quede demasiado tiempo, a estas
alturas seguro que el viejo está al corriente.-
Las dos figuras de obsidiana desaparecen con rapidez de la
estancia. Legnarion apoya sus enormes brazos sobre el marco de la chimenea.
- Bien Lady Stronghand, ya hemos visto que tenéis recursos,
y que sois una oponente formidable, ahora pondremos a prueba vuestras dotes
diplomáticas, y vuestras elecciones en situaciones más complicadas. Sea como
sea, me pagaréis todo el daño que me habéis causado.-
----------------------------------------------------------------------------------
Se escuchan unos suaves golpes en la elegante puerta del
amplio salón.
- ¿Mi señor?-
- Pasa viejo amigo, ¿qué quieres?-
Una figura envuelta en una elegante bata de seda de colores
chillones entra despacio, con una gran botella, dos copas y una sonrisa.
- Milord he estado investigando un poco por mi cuenta,
espero que no os moleste, y creo que tengo algunas informaciones interesantes.-
Sin esperar una invitación Vincent se sienta frente a la
chimenea, sirve dos generosas copas, y enciende una larga pipa.
- Muchacho, deberías controlar un poco esos vicios, o algún
día te causarán estragos...-
- Lo sé, pero necesito sentir cosas, a saber el tiempo que
nos queda si las cosas se tuercen, que espero que no. Bueno el caso es que me
he informado sobre ese curioso personaje al que llaman 'Hook'.-
- ¿Y? ¿Por qué ha de interesarme ese mequetrefe
pseudo-élfico con ínfulas de grandeza?-
- Bueno Milord, recientemente perdió un feudo grande, con la
muerte de muchos de sus seguidores, y decidió trasladarse a las inmediaciones
de Waterdeep, donde se hizo con otro feudo, arrastrando consigo a casi todos
sus hombres, la mayoría le son leales, otros no tienen a dónde ir, y muchos son
mercenarios que le siguen por la paga y creo que no anda muy bien de fondos, o eso dice él. Todo esto no tiene mucha importancia, lo
interesante es que uno de vuestros 'sacerdotes' pasó por allí, predicando
claro. Ese Lord Hook le escuchó con atención y pareció gustarle el discurso,
claro que le cosió a preguntas, aunque parece siempre algo ido, por la cantidad
de alucinógenos que consume (esta parte me gusta mucho) está claro que no se
debe infravalorar a este tipo, es mucho más inteligente de lo que parece, y
tiene un gran poder. También debéis saber que es un gran amigo de esa Lady
Stronghand, y fue pareja de Lady Eliara, con la que me he enterado que tiene
dos hijos, secuestrados por la madre y puestos a buen recaudo en Evereska,
donde ese Hook tiene vetada la entrada. Con Lady Eliara aunque aliados, siempre
hay mucha tensión por el tema de los críos, y con Lady Stronghand se han creado
ciertas desavenencias, por vuestro culto.-
- Bien, problemas internos dentro de un grupo de notables
mortales, ¿a dónde quieres llegar?-
Se escucha el suave roce de la seda, cuando Vincent da una
gran calada a su pipa.
- Milord, creo que ese Hook puede ser una llave importante
para alcanzar algún punto débil en ese grupo, creo que puede ser corrompible,
tan sólo hay que ofrecerle una fuerte tentación, sospecho que dentro de su
oscuro corazón se ocultan muchos secretos y muchos deseos, y creo que uno de
los más fuertes es el alcanzar el estatus de Dios. Le pierde la fama y el
reconocimiento, y por todo lo que he recopilado creo que su cabeza no rige bien
del todo. Su lista de enemigos conocidos es impresionante, gente de gran poder
a la que le encantaría disponer del cuerpo de ese elfo durante unos minutos.
Creo que su gran interés por vuestro culto se debe principalmente a esta razón,
busca la manera de ascender...-
La enorme figura medita unos instantes mientras da sorbos a
su copa. Finalmente esboza una ligera sonrisa.
- Muy interesante Vincent, muy interesante, había oído
muchas historias de ese 'Hook', pero esto que me acabas de contar me parece un
gran punto de partida. Esas perras mortales viajaron a Asgard, y se
entrevistaron con el chambelán Uriel, estoy totalmente seguro de que les
encargó una misión y seguro que esa misión nos concierne.-
Vincent empalidece y tose.
- Tranquilo muchacho, aún no han dado con nosotros, y creo
que todavía tenemos posibilidades. Debo hablar con ese 'Lord Hook' cuanto
antes, concertaremos una entrevista a solas, y veremos cuan fuertes son esos
deseos de ascender.-
- Cof, cof, Milord no sabía que hubieran ido a Asgard,
entonces el Viejo ya sabe que estáis libre...bueno..., si, creo que es buena
idea esa entrevista, ¿cómo lo haremos? siempre o casi siempre está rodeado de
gente, ¿y si da una respuesta negativa? o peor, ¿da una positiva tratando de
engañaros para luego avisar a sus viejos aliados?-
- Te preocupas demasiado viejo amigo, tan sólo hablaremos
con calma y educación, y sabré perfectamente si me está mintiendo. Tengo
curiosidad por conocer a ese mequetrefe.-
La cara de Vincent recupera su coloración y su sonrisa, da
un gran trago a su copa, esnifa algo y continúa fumando:
- La verdad Milord es que yo también, creo que tengo mucho
en común con ese elfo, ¿permitiréis que os acompañe? puede ser traicionero e
intentar alguna mala pasada...-
- Ja, ja, ja, seguro que si, pero dudo mucho que tenga algo
con lo que hacerme algún rasguño. Si quieres acompañarme ven, pero no lo
disfraces de escolta, sabes que no la necesito.-
-Por supuesto Milord. Permitidme una sugerencia...-
Las dos figuras continúan una amigable conversación con un
brindis final.