jueves, 29 de mayo de 2014

Visión y previsión

Timothy activó el glifo que le permitiría volver a su templo en La Gran Carretera, bordeando las Marismas de los Trols.  Murmuró una oración y el mundo se distorsionó a su alrededor mientras sentía el familiar tirón de la teleportación.  Un instante después estaba en las puertas del Templo del Ojo Vigía, una pequeña fortaleza a medio camino entre un puesto de avanzada y un monasterio.  La luz del atardecer incidía de en los tejados, de modo que la claraboya de cristal arrancaba reflejos de sol y los proyectaba hacia el patio y la entrada.

Con un suspiro hondo, se acercó a los guardias que custodiaban la entrada que se cuadraron al instante.  Tim se dispuso a franquear el umbral del templo cuando los guardias entrecruzaron sus alabardas, bloqueando el paso.

-En este momento hay una reunión de claustro, señor.  Me temo que no puedo dejaros pasar.  Sólo los miembros del templo pueden estar ahora en el recinto.
-¡Por el Vigía, muchacho! ¿Es que no sabes quién soy?
-Sé quién parece ser, señor, pero las órdenes son muy claras: no puede pasar nadie que no conozca el santo y seña.  Lo lamento.
-¿No dejarás entrar entonces al fundador de esta bendita casa?  ¿A Timothy Lander, el azote de La Bestia, el exterminador de Bebilith?
-No, salvo que el señor Lander conozca el santo y seña -la voz le tembló un poco al guardia que, sin embargo, se mantuvo firme en su posición.
-Por el Abismo, ésta sí que es buena -Timothy miró de hito en hito al guardia y reparó en las gotas de sudor que perlaban su frente.
-La contraseña de hoy es "meñique", joven Aarón.  Mis felicitaciones por tu celo en cumplir las órdenes.  Cuando digo que nadie entra cuando hay claustro, es que nadie entra.  Ni siquiera yo mismo.  Hablaré bien de ti y de tu compañero al Vigilante James. 

Con el paso libre, el cansado sacerdote enfundado en una armadura completa avanzo hacia el atrio donde se estaba preparando el ritual.  Había dejado órdenes expresas de elevar una plegaria especial y usarla como foco devocional para una reunión muy especial.  Con un simple movimiento de cabeza hizo notar su presencia en la nave central del templo y, con la armadura resonando al moverse, se retiró al pequeño despacho lateral que donde atendía normalmente las consultas y quehaceres del templo.

Una vez allí, sin quitarse la armadura, se sentó en la silla frente a la mesa, llena de papeles y colocó con cuidado un objeto esférico en un pequeño soporte.  La esfera cristalina comenzó a brillar con luz propia, quedando el resto de la austera sala a oscuras.  Timothy escudriñó la bola de cristal y, notando el efecto de la magia cooperativa, se dejó arrastrar hasta la reunión que mentalmente estaba conectando los templos más importantes de la fe de Helm.

-Bienvenido, Sumo Vigía Lander.
-Bienhallados todos, que nada escape nunca de nuestra vista -respondió el recién llegado con la fórmula habitual.

El paisaje mental incluía la representación de cada uno de los sumos sacerdotes convocados y cada uno aparecía sentado en una silla o trono, según la austeridad o extravagancia del templo.  Cada vez que hablaban, una luz iluminaba el rostro del orador y así había un orden en el diálogo.

-¿Y bien? ¿Qué has averiguado?
-El culto es inquietante.  Se basan en una premisa bastante populista y algo revolucionaria.  Su concepto de justicia dista mucho del que a mí me gusta.
-No se discuten aquí tus gustos, Vigilante, sino los efectos que puedan causar -la voz mental procedía del Lord Vigía Rhesis de Athkatla, uno de los sumos sacerdotes de Helm mejor considerados y el líder de facto de aquel culto, al menos en Amn. -¿Son peligrosos?
-Como cualquiera que lleve un concepto al extremo.  Si queréis medir el efecto del culto sobre el mundo, volved vuestra vista a Waterdeep. -Timothy decidió emplear la fórmula de cortesía en "vos" ya que así su comentario podía interpretarse como una interpelación directa a Lord Rhesis o como una pregunta al aire a todos los asistentes al concilio.
-¿Insinúas que El Sol Negro está detrás del ataque Sahuagin a Waterdeep?  La colaboración de esa secta fue vital para controlar el daño causado a la ciudad.  Sin ellos, los templos habrían ardido...
-Lo tenéis delante de los ojos.: ardido.  ¿Desde cuándo una raza anfibia que aprecia vivir sumergida utiliza el fuego?  ¿No os resulta sospechoso que los adeptos del Sol Negro hayan sido tan oportunos?
-Especulaciones, Lander.
-Sólo comunico lo que vi y oí, milores.  Deberíamos seguir vigilando.
-Me parece prudente, pero no deberías involucrarte personalmente.  Envía a alguien...
-No pondré en riesgo a mis acólitos, Milord -interrumpió Timothy-. Como mucho puedo pedir voluntarios entre los más avezados.  Tengo algunos aventureros en el templo que entran y salen y pueden servirme de ojos si se lo pido.  Y yo mismo tengo contactos en los Reinos que nos pueden servir.
-¿Discutes las órdenes de tus superiores a menudo, sacerdote? -la impertinencia del tono de Lord Rhesis era palpable.
-Nunca, milord.  Obedezco al Ojo Vigilante y jamás se me ocurriría contravenir sus preceptos.

El desafío estaba lanzado.  Lord Rhesis había dado a entender con su comentario que él era su superior y, con su respuesta, Timothy había dejado claro que no era así.  Las consecuencias de este desafío se dejarían notar en el futuro, pero aun así ¿qué era lo peor que le podía pasar?  ¿Que perdiera el control de su propio templo en beneficio de otro sacerdote menos problemático?  Tampoco le preocupaba demasiado.  James, su segundo en la jerarquía, era un gran gestor y un admirable documentalista.  De hecho ejercía de sumo sacerdote "en funciones" en las numerosas ausencias de Timothy, de modo que llegado el momento él mismo lo recomendaría para sustituirle.

La reunión mental derivó hacia temas menos importantes y, al terminar, no se habían tomado demasiadas decisiones.  Timothy haría lo que hacía siempre: observar, obtener información y defender a quien lo necesitase.  Ése era el credo de Helm: vigilar y proteger.

-Una reunión interesante, vigilante.  ¿No tenías ya suficientes enemigos fuera que has tenido que buscar nuevos en tu propio culto? -la voz mental provenía de una inquietante criatura que flotaba por encima de la mesa, descendiendo desde el techo.
-Myrco, ¿has estado escuchando? -Timothy se dirigió hacia el glóbulo lechoso con un ojo central y varios tentáculos.
-Por supuesto, señor.  Mi trabajo es vigilar todo lo que ocurre en el templo.
-Bien, no quiero sorpresas.  ¿Crees que al hacer valer mi autoridad en mi propio templo me he granjeado un enemigo en Lord Rhesis?
-¿Granjeado?  No.  Lord Rhesis era vuestro oponente desde mucho antes de esta reunión.  El desafío que le habéis hecho, y delante del resto de sacerdotes ni más ni menos, no ha hecho sino acelerar un proceso que ya estaba en marcha.  ¿Qué vais a hacer?
-De momento, ayudar a Aura Stronghand.  Se lo debemos.  Di mi palabra de que la ayudaría en la medida de mis posibilidades, y sabes que detesto no cumplir mis promesas.
-Sí, pero tened en cuenta que este conflicto parece afectar únicamente a los dominios de Tyr.  ¿En qué medida nos afectaría a nosotros?
-Son muchas las implicaciones, Myrco.  Y las vamos a estudiar todas.  Para empezar, si el concepto de justicia cambiase y se tornase en lo que el Sol Negro pretende, nuestra propia tarea se complicaría.  Y surgiría un conflicto patente entre "lo que debe hacerse" y "lo que es justo".  Es un conflicto religioso y filosófico en el que preferiría no involucrarnos, pero no creo que tengamos alternativa.
-Pero Tyr no es necesariamente nuestro aliado.
-Pero Torm sí que lo es.  El Señor del Deber se ha aliado con El Vigilante en más de una ocasión.
-Touché.  Torm es aliado de Helm, y Aura es vuestra aliada.  Qué irónico...
-El sarcasmo no te sienta bien, Myrco.
-Pues es una pena, estoy lleno de él -respondió el glóbulo espectador mientras se elevaba de nuevo hacia el techo de la sala.

El sacerdote se levantó de la silla y se dirigió al atrio que sus seguidores ya estaban abandonando de camino al refectorio unos y a sus puestos de guardia otros.  Eran una buena comunidad, organizada y eficiente.  Aplazó para más tarde sus pensamientos sobre la misión encomendada y se centró en los informes y el trabajo burocrático.

-Milord, los informes del trabajo de guardia.  Este mes hemos tenido más encargos de caravanas.  Me alegra comunicar que las arcas del templo están hoy un poco más llenas y que las caravanas de Scornubel tienen más seguridad gracias a nuestro trabajo.
-Bien hecho, James.  ¿Qué asuntos son los más urgentes?
-Como sabéis, el sargento Arenses falleció hace tres semanas defendiendo la hacienda Parker.  No le hemos encontrado sustituto.
-¿Qué te parece Aarón?  ¿Crees que estará a la altura?
-Buena elección, milord -dijo James con una voz quizás algo obsequiosa. -Es un hombre devoto y fiel.  Quizás algo joven, pero creo que lo compensará con su tesón.
-Lo dejo en tus capaces manos entonces, buen James.
-¿Nos dejáis de nuevo?
-Pronto, James.  Pronto partiré de nuevo.

Si el Vigía Lander se hubiese girado mientras se dirigía a sus aposentos habría podido ver como las últimas luces del ocaso dejaban ver una expresión inquietante en el rostro del que consideraba su mano derecha.

-Pronto -pensó también James -Todo le llega al que sabe esperar.

miércoles, 28 de mayo de 2014

INFORMES

Un espeso bosque, la luna llena ilumina un gran claro, en el que destacan unas enormes rocas, sobre las rocas una enorme figura espera, parece meditar con tranquilidad. Su imponente voz surge como un trueno:

- ¿PUÑO NEGRO? ¿ERES TU? ACÉRCATE MUCHACHO, Y CUÉNTAME. ¿CÓMO TE FUE EN EL MONASTERIO DEL FIEL?-

Una imponente armadura del color de la obsidiana parece salir de la oscuridad, entre los árboles, no hace ruido, y pronto está ante las enormes rocas. Mira un momento a la enorme figura haciendo una ligera reverencia, tan sólo inclina ligeramente la cabeza. Acto seguido extiende un brazo hacia las rocas. Se escucha un fuerte crujido, chirriante, y surgen grandes chispas. La oscura armadura traza complicadas runas sobre la roca viva con un dedo, como si escribiera sobre arcilla. La enorme figura se sitúa tras él con suma atención recorre las runas grabadas por el rápido brazo. Sus ojos brillan con cierta intensidad en ciertos momentos de la lectura, su boca se abre, su cara empalidece ligeramente, da algunos pasos hacia atrás.
Dos enormes figuras parecen surgir de las sombras también, a su espalda, sus cascos se posan ligeramente en el suelo, parecen nerviosos ante las reacciones de su Señor. Aguardan a que termine la chirriante escritura, después preguntan:

- ¿Mi señor va todo bien? Parecéis algo preocupado.-

- Preocupado parecéis, ¿todo bien va?-

La enorme figura se gira hacia sus interlocutores, su expresión se relaja algo:

- GIGALOS, MEGALOS, MIS QUERIDOS AMIGOS, HICISTEIS UNA EXCELENTE LABOR EN WATERDEEP, DISCRETA, DESTRUCTIVA, ATINADA, MUY CORRECTO, AUNQUE EL EMPLEO DE FUEGO EN LOS TEMPLOS FUE UNA ESTUPIDEZ MAYÚSCULA, LOS ATACANTES TEMEN AL FUEGO, PERO EN FIN, ESPERO QUE EN LA CONFUSIÓN DEL MOMENTO NO HAYA LLAMADO DEMASIADO LA ATENCIÓN.-

- Mi Señor, era complicado, los templos tienen unas defensas muy fuertes, y lo más sencillo es prenderles fuego, contra eso pocas defensas hay.-

- Si mi señor, un poco de aceite aquí, un poco de brea allá, ¡cómo corrían buscando agua! ja, ja, ja, hasta vimos a un alto sacerdote que...-

- BASTA. POR EL MOMENTO HA IDO BIEN, Y MIS SEGUIDORES AUMENTAN, SU REPUTACIÓN MEJORA, LO CUÁL ES BUENO, ESO PUEDE PERMITIRNOS ALCANZAR LO QUE BUSCAMOS, PERO AQUÍ PUÑO NEGRO ME HA TRAÍDO UNAS NOTICIAS MUY INQUIETANTES, ME TEMO QUE TENDREMOS QUE ACELERAR UN POCO LOS PLANES.-

Las dos oscuras figuras parecen inquietarse, sus ojos estallan en llamas rojas.

- ¿Qué ocurre Milord? ¿Qué noticias son esas que os inquietan?-

- ¿Milord qué ocurre? Armaduras negras, noticias oscuras.-

- POR LO VISTO ALGUIEN FUE CAPAZ DE DETENER A PUÑO NEGRO, Y PARA LOGRAR ESO ESE ALGUIEN TIENE QUE SER UN RIVAL AL QUE NO DEBEMOS MENOSPRECIAR EN ABSOLUTO. PUÑO NEGRO FUE AL MONASTERIO COMO OS COMENTÉ, QUERÍA ASEGURARME DE ELIMINAR POSIBLES PISTAS, Y LE PEDÍ QUE BUSCARA EN LA BIBLIOTECA POR SI ENCONTRABA ALGO, AL NO ENCONTRAR NADA, SIGUIÓ EL PLAN B, UN BUEN FUEGO PURIFICADOR. PERO CUANDO INICIÓ EL FUEGO LLEGÓ UNA VISITA INESPERADA, UN GRUPO DE PERSONAJES FAMOSOS EN LOS REINOS, POR SU DESCRIPCIÓN, ASUMO QUE SON ESOS QUE LLAMAN 'LOS DESTRUCTORES DE LA BESTIA', PERO NO ESTOY SEGURO DEL TODO. SE ESTÁN ACERCANDO, Y YA SE HAN CRUZADO EN MI CAMINO UN PAR DE VECES, PARECE QUE SON BUENOS SABUESOS. LO QUE TEMO MIS QUERIDOS AMIGOS, ES QUE HAYAN PODIDO ENCONTRAR ALGUNA INFORMACIÓN QUE PUDIERA GUIARLOS HACIA NOSOTROS, Y SI LO HAN HECHO, CABE LA POSIBILIDAD DE QUE HAYAN LEVANTADO LA LIEBRE, Y EL VIEJO ESTÉ INFORMADO. ESTO SI QUE ES UN PROBLEMA. ASÍ QUE POR EL MOMENTO RELAJAD LAS ACCIONES, NO DEJÉIS PISTAS FÁCILES DE SEGUIR, MEJOR DICHO NO DEJÉIS PISTAS Y SI LAS DEJÁIS QUE SEAN PARA CONFUNDIR. NO OS ACERQUÉIS A NINGÚN TEMPLO, Y SOBRE TODO A NINGUNO DEL VIEJO NI A SUS SEGUIDORES, NO ESTOY SEGURO PERO PODRÍAN ESTAR PREVENIDOS. MALDITOS AVENTUREROS, ESTÁN EMPEZANDO A MOLESTARME.-

- Mi señor, mi hermano y yo podemos encargarnos de ellos si lo deseáis.-

- Encargarnos de ellos podemos, si, sería un honor y un placer.-

- NO SEÁIS SIMPLES MIS QUERIDOS AMIGOS, OS RECUERDO QUE HAN DETENIDO A PUÑO NEGRO. NO SON SIMPLES MORTALES A LOS QUE PODÁIS ASUSTAR CON UN POCO DE MAGIA, ESTOS SON DE OTRA PASTA, Y SON PODEROSOS, AUNQUE A LO MEJOR SI PODRÍAIS MANDARLES UN AVISO...DEJADME QUE LO PIENSE UN POCO. PERO EN PRINCIPIO NO OS ACERQUÉIS A ELLOS, SON PELIGROSOS, RECORDAD QUEREMOS DISCRECIÓN, AUNQUE YA NO SÉ SI SERVIRÁ DE MUCHO.
DEJAD QUE LOS PREDICADORES Y LAS ACCIONES DE MIS SEGUIDORES SIGAN SU CURSO, NOSOTROS NOS MANTENDREMOS EN LAS SOMBRAS, Y ESPERAREMOS A VER QUÉ OCURRE, VIGILAD DE CERCA LOS TEMPLOS DEL VIEJO, SI HAY NERVIOSISMO O MÁS MOVIMIENTO DEL NORMAL QUIERO SABERLO ENSEGUIDA. YO DEBO REFORZAR LAS PROTECCIONES CONTRA LOS QUE VIGILAN, CREO QUE CON ESTO BASTARÁ POR AHORA.-

Las dos enormes figuras equinas se acercan hacia los árboles de nuevo, cuando una gira la cabeza:

- Milord, un detalle creo que sin mucha importancia, pero que a lo mejor os interesa, uno de los profetas sobre los que mantengo ojo, ha ido con un pequeño grupo de seguidores al feudo de ese tal Hook, parece que les prometió techo y comida a cambio de trabajo justo, y decidieron aceptar, ahora están en la fortaleza.-

- BIEN, MUY INTERESANTE GIGALOS. ¿Y POR QUÉ ME TIENE QUE INTERESAR ESO? ESE ELFO LOCO NO ME INTERESA EN ABSOLUTO, DE HECHO PREFIERO TENERLO LEJOS DE MI PERSONA.-

- Si Milord, pero ese elfo loco, por lo que he leído en la mente de ese profeta, está totalmente de acuerdo con el credo del Sol Negro, parece muy interesado por la fe, por lo visto interrogó al predicador intensamente, con un montón de preguntas.-

- ¿A SI?-

- Si Milord, pero hubo algo que me hizo sospechar, estaba con él un sacerdote de Helm bastante reputado por lo que he investigado, es conocido como 'Bebilithslayer' parece que ha eliminado algunas de esas asquerosas arañas de los infiernos, el solito.-

- ¿UN SIERVO DE HELM? ESTO NO HUELE NADA BIEN, NO ME GUSTA, HELM, SIEMPRE METIÉNDOSE EN TODO, EL VIGILANTE, ESPERO QUE NO SEA ALGÚN TIPO DE ACUERDO CON LA IGLESIA DEL VIEJO, SI FUERA ASÍ, SE NOS HABRÍAN ADELANTADO. VIGILA A ESE PROFETA CON ATENCIÓN, NUNCA AL ELFO DIRECTAMENTE, DEMASIADO ARRIESGADO. EN CUANTO A ESE SACERDOTE, DEBEMOS AVERIGUAR QUÉ MISIÓN TIENE, Y SI LA IGLESIA DE HELM ESTÁ INVOLUCRADA, MALDITA SEA, ESO SERÍA OTRO PROBLEMA MÁS.-

- Milord ¿y si el sacerdote está solo? puede que sea un curioso tras la pista del nuevo culto, al fin y al cabo en su ethos está el vigilar...-

- Le vigilareis, si está sOlo y no ha informado, es mejor que se reúna con su Dios cuanto antes, pero por el momento sólo observaremos que os quede claro.-

- ¿Y el elfo Milord?-

- ¿QUÉ PASA CON ESE ELFO? NO HAGO MÁS QUE OÍR HABLAR DE ÉL, YA TE HE DICHO QUE NO ME INTERESA. EL QUE HAGA MUCHAS PREGUNTAS SOBRE EL CULTO PUEDE TENER VARIAS EXPLICACIONES, LA MÁS ESTÚPIDA SERÍA PENSAR QUE ES CURIOSO POR SER ELFO, OTRA QUE ANDE TRAS NUESTRA PISTA POR ALGO EN CONCRETO, O QUE ESTÉ INTENTANDO AYUDAR A ESOS REPUTADOS AVENTUREROS A ENCONTRARNOS. SEA LO QUE SEA NO HAY QUE AYUDARLE, MANTENEROS ALEJADOS DE ÉL Y DE ESE GRUPO POR EL MOMENTO, AUNQUE...ESTOY PENSANDO QUE A LO MEJOR PODRÍAMOS MANDARLES UN MENSAJE, PARA QUE SE ESTÉN QUIETECITOS...-

Las dos figuras equinas sonríen, lo cuál es un espectáculo algo desagradable, ya que sus dentaduras son afiladas como puñales:

- Mi hermano y yo podemos dar buenos mensajes Milord.-

- Buenos mensajes daremos mi hermano y yo, Milord.-

- NO. YA OS HE DICHO QUE OS MANTENGÁIS ALEJADOS, NECESITAMOS DISCRECIÓN, DEJADME UN TIEMPO PARA PENSAR SOBRE ESTE ASUNTO, POR EL MOMENTO HACED LO QUE OS HE DICHO, VIGILAD, ESPERAD, PODEMOS SER PACIENTES COMO TODO ESTE TIEMPO, NO VAMOS A ESTROPEARLO TODO POR UNAS PRISAS DE ÚLTIMA HORA. TENEMOS QUE AVERIGUAR SI HAN SACADO ALGUNA INFORMACIÓN DEL MONASTERIO, A QUIÉN HAN INFORMADO Y DE QUÉ.-

- Siempre sabio Milord, tenéis razón como siempre.-

- Como siempre tenéis razón, sabio siempre Milord.-

Las dos figuras equinas se desvanecen en la oscuridad de los bosques, la enorme armadura negra se gira, a un gesto de su Señor, se desvanece en una espesa nube negra. La enorme figura se queda observando las runas inscritas profundamente en la roca, su mente funciona como un torbellino, elaborando y sopesando todas las posibilidades.

- MALDITOS, HAN SIDO RÁPIDOS, PERO BUENO, AÚN HAY OPCIONES, MI PODER SE HA RECUPERADO MUCHO, PERO NO PUEDO ARRIESGARME A UN ENFRENTAMIENTO DIRECTO, TENGO QUE PENSAR...-

La figura se queda unos minutos observando detenidamente las runas, hasta que surge un resplandor a su alrededor, se forma un enorme óvalo plateado a su lado, antes de entrar se gira, mira la roca, que parece derretirse, borrando todo lo escrito.

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Una diminuta figura se mueve finalmente junto a una corteza, de un enorme árbol cercano a la escena, su piel está más blanca que la enorme luna que ilumina el claro, despliega sus pequeñas alas, y da un trago a una pequeña botella.

- Vaya, vaya, que escena más alucinante, no sé quién sería esa gente con tantas palabras encriptadas, y ese idioma tan gutural. creo que me he pasado otra vez con el licor...-

Tira la pequeña botella y echa a volar por el inmenso bosque.


- Bueno habrá que buscar más, a ver si me entero de cómo acaba la historia de estos seres tan extraños. ¿Lo habré soñado?-

domingo, 18 de mayo de 2014

EL PRÍNCIPE HUMILLADO

Una gigantesca caverna, parcialmente inundada por el mar, hay una pequeña playa en la caverna de arena negra. La erosión del mar a cincelado las paredes con caprichosas formas, de gran belleza. En la pequeña playa tres figuras esperan, dos enormes formas vagamente equinas, junto a un anciano humano que se apoya en un largo cayado.

- Bueno, viejos amigos, ¿creéis que vendrán esas malditas bestias?-

- Sin duda Mi señor-

- Mi Señor, sin duda-

Responden ambas a su lado, con sus graves voces.

Las tres figuras esperan, el anciano parece algo impaciente, dando paseos de ida y vuelta por la playa de arena negra, hasta que al cabo de unas horas, el agua de la caverna parece moverse, y de ella surgen un montón de figuras de aspecto terrible, son humanoides pero sus caras recuerdan a enormes peces, tienen escamas por todo el cuerpo, grandes ojos y dedos palmeados. Miran con curiosidad a las tres figuras que los esperan. Forman dos grandes columnas, dejando un pasillo central, del que pronto surge otra figura, esta es enorme, y tiene cuatro brazos, lo acompañan varias más, sin duda cargos de importancia, por el respeto que los otros les profesan. Pronto las tres figuras se ven rodeadas de demonios del mar por todas partes.

- ¿Mmm, así qué tu eres el señor de éstos dos? No imaginé que fueras un débil anciano humano, pensé que serías algo o alguien de más poder, no sé si perder más el tiempo con esto, procura que mi viaje no haya sido en vano, humano.-

- Príncipe, Saerileth es un honor conoceros al fin, y no os dejéis engañar por las apariencias, como sospecháis yo no soy un simple 'humano', pero es mejor que viaje con cierto disimulo, para no llamar la atención de mis enemigos. Imagino que mandaríais patrullas por la zona y por la ciudad, ¿os gustó lo que os contaron?-

La enorme boca de tiburón esboza una terrible sonrisa:

- Si, me gustó lo que me contaron, y estoy pensando en dar una lección a esa insignificante ciudad de la superficie, pero dime pequeño humano, ¿por qué esta reunión? y ¿para qué te puede necesitar el Gran Príncipe Saerileth? ¿por qué no debo mandar que os maten aquí y ahora a los tres?-

El anciano mira con sus profundos ojos azules sobre los ojos de la terrible bestia, la cuál para desconcierto de sus hombres da un paso atrás, y casi cae al agua de espaldas.

- Joven Saerileth, no cometas la imprudencia de menospreciarme, tu, hijo del Gran Sumillath, sobre el que urdiste un bonito plan para deshacerte de él, tu que has sacrificado muchas vidas en el altar de Sekolah, siempre de aquellos que casualmente se entrometían en tu Reinado o causaban problemas, ¿quieres que siga?-

- ¿Qué o quién eres tu? y ¿cómo sabes cosas que ni los consejeros más cercanos a mi conocen? Muéstrate y dime ¿qué quieres del pueblo Sahuagin?-

La enorme cueva se ilumina con una enorme luz, potentísima, las dos figuras equinas hincan rodillas en la playa, los guerreros del príncipe quedan aturdidos mirando a todos lados, como embobados, hasta las sacerdotisas de Sekolah están aturdidas, sólo el príncipe mira lo que tiene delante, sus enormes ojos de pez se abren mucho más de lo normal, su lengua sale, su piel empalidece, es la viva imagen de una sola cosa, el más profundo de los miedos.
La gran figura de luz habla con una profunda e imponente voz:

- BIEN SAERILETH TU LO HAS PEDIDO, ASÍ QUE YA ME PUEDES VER, MI MODESTO PODER VA RECUPERÁNDOSE POCO A POCO, COMO TE HE DICHO ANTES, NO COMETAS EL ERROR DE MENOSPRECIARME NI A MI, NI A MIS VIEJOS AMIGOS AQUÍ PRESENTES, O TE REDUCIRÉ A CENIZAS, ¿TE HA QUEDADO CLARO?-

La enorme bestia parece temblar ligeramente, murmura un 'Sekolah me protege' y habla, su tono ha cambiado, es mucho más respetuoso:

- Milor, disculpas, pero entended que ante un simple sangre caliente un príncipe Sahuagin se sienta muy por encima. Si, mis patrullas han estado oteando toda la zona, y como dijisteis la ciudad parece en un momento de gran debilidad, atacaremos, y lo haremos pronto. ¿Eso os complace?-

- ME COMPLACE PRÍNCIPE, ESPERO QUE TUS GUERREROS DEN LA TALLA, AUNQUE DÉBIL LA CIUDAD TODAVÍA ES MUY CAPAZ DE DEFENDERSE, ¿QUÉ TE PARECE SI TUVIERAS UNA QUINTA COLUMNA?-

Viendo la cara del Príncipe, continúa:

- UN GRUPO DENTRO, QUE HICIERAN ALGÚN ATAQUE DESDE DENTRO DE LA CIUDAD, PODRÍA AYUDAR A TU ATAQUE, ¿NO CREES?-

-Eso sería bueno Milor, en honor de Sekolah, atacaremos, mataremos y saquearemos, no dejaremos más que restos para los pequeños peces.-

- BIEN, PRÍNCIPE, TOMA ESTO, CUANDO DECIDAS EL MOMENTO ADECUADO DEL ATAQUE TÓMALO EN TUS MANOS Y PRONUNCIA 'SOL NEGRO', ASÍ SABREMOS QUE EMPEZÁIS.-

- ¿Cómo sé que no tratas de meter a mi pueblo en una trampa? Si sabes el momento del ataque podrías avisar a los guerreros de la ciudad y a sus sucios hechiceros, ¿Por qué he de avisarte?...Gggghhaaaagggghhh-

El enorme príncipe no puede seguir hablando, un enorme brazo lo ha atrapado por el cuello con una fuerza tan descomunal que lo ha levantado del suelo, el príncipe patalea e intenta defenderse con sus seis extremidades, hasta que comprende, y se queda quieto.

- PRÍNCIPE HARÁS LO QUE TE DIGO, NO ES UNA PETICIÓN, NI UN FAVOR, NI ES MOMENTO DE PENSAR EN CONSPIRACIONES. LO HARÁS PORQUE YO TE LO PIDO CON AMABILIDAD ¿COMPRENDES? SI NO HACES LO QUE TE PIDO IRÉ A TU CIUDAD, Y TE PROMETO QUE NO DEJARÉ NADA, EMPEZARÉ POR TU ADORADO HARÉN Y POR TUS MISERABLES CRÍAS, ¿COMPRENDES BIEN?-

El príncipe cae con un golpe sordo sobre la arena negra, sentado dos de sus brazos se agarran la garganta mientras respira con dificultad. Al tiempo una oscura figura salta a la espalda de la gran figura de luz, es un valiente guerrero Sahuagin con un afilado cuchillo. Se ve un rápido destello, con un suave sonido, como de un viento ligero, el valiente Sahuagin cae en dos trozos sobre la arena.

- PRÍNCIPE, DI A TUS GUERREROS QUE DEJEN DE HACER TONTERÍAS, O ME VERÉ OBLIGADO A DARLES UNA PEQUEÑA LECCIÓN. ¿TENEMOS UN ACUERDO?-

El enorme príncipe mira con sus grandes ojos llenos de ira y odio, pero es consciente de que no tiene nada que hacer con un rival semejante. Quizás en otra ocasión...

- Tenemosss acuerdo mi Señor, se hará como decís.-

Se escucha un fuerte golpe, el príncipe vuelve a caer sobre la arena, esta vez sangra copiosamente por la boca.

- PRÍNCIPE, YA TE HE DICHO QUE NO ME MENOSPRECIES, SE CUANDO MIENTES, LO SÉ CONTINUAMENTE. AHORA JURA POR SEKOLAH QUE CUMPLIRÁS EL TRATO.-

- Juro por el Gran tiburón que cumpliré el trato, se os avisará en el momento del ataque.-

- ¡BIEN PRÍNCIPE ESO ESTÁ MUCHO MEJOR, AHORA PODÉIS IROS, TENÉIS MUCHO QUE PREPARAR, UNA GRAN BATALLA AMIGO MÍO!-

El príncipe y sus guerreros se retiran por donde han venido sin dar la espalda en ningún momento a su interlocutor, hasta que no queda rastro de ellos. La enorme silueta de luz espera unos momentos hasta girarse hacia sus dos acompañantes:

- VAMOS, VAMOS, VIEJOS AMIGOS, LEVANTAOS, VOSOTROS NO TENÉIS POR QUÉ HACER GENUFLEXIONES ANTE MI, YA ME CONOCÉIS.-

- Mi señor, es la costumbre, después de tanto tiempo sin veros en forma real, creo que nos habéis impresionado.-

- Impresionado nos habéis mi Señor. ¿Cumplirán esas bestias?-


- CUMPLIRÁN, SIN DUDA, A PESAR DE QUE ME MIENTA, EL PRÍNCIPE ESTÁ DESEANDO UNA BUENA BATALLA, Y SAQUEAR UNA GRAN CIUDAD DE LA SUPERFICIE ES UNA GRAN ASPIRACIÓN. MIENTRAS VOSOTROS DOS, YA SABÉIS LO QUE OS TOCA, APROVECHAD LA BATALLA, DEBE HABER NUMEROSOS ACCIDENTES EN LA DEFENSA DE LA CIUDAD, Y MIS SEGUIDORES DEBEN PARECER HÉROES, YA SABÉIS. MIS VIEJOS AMIGOS, GIGALOS, MEGALOS, POCO A POCO NOS ESTAMOS ACERCANDO.-

martes, 13 de mayo de 2014

GOLPEANDO EL AVISPERO

Un pequeño salón, las paredes y suelo de piedra denotan antigüedad, así como los raídos tapices que cuelgan por todas las paredes de la sala. Una larga mesa central con algunos candelabros de bronce, al final de ésta un gran ventanal que se abre a una oscura noche. En un lateral una gran chimenea con un buen fuego. Al lado de la chimenea dos figuras hablan:

- Mi Señor-

- Tulio, eres tu el que ha insistido en verme, así que habla de una vez, ya tengo suficientes problemas como para que uno de mis siervos me pida audiencia continuamente.-

Se trata de dos humanos, uno alto, imponente, con una voz grave, poco pelo, y cara afilada, va enfundado en una elegante armadura completa. El otro es un tipo regordete, con tonsura, nariz gorda y roja, y una simple túnica marrón algo raída, atada por una cuerda gris.

- Mi señor he tenido otra visión, esta ha sido más clara que otras veces, estoy seguro.-

El humano alto, se gira, pues no le estaba mirando, dando la espalda a la chimenea.

- Maldita sea Tulio, ¿otra vez?, espero que no hayas vuelto a beber, te tengo aprecio porque siempre has servido bien a mi familia, pero como ya te he dicho no tengo tiempo que perder en chorradas.-

- Lo sé mi señor, y no habría osado molestaros, si esta visión no hubiera sido tan clara, y os aseguro que no había bebido cuando la sufrí. Ví dos óvalos azules, de un azul sobrenatural, mi Señor, después sentí calor, un calor agradable, y se me transmitió el siguiente mensaje: 'En el día de la luna creciente de este mes, avisa a tu señor que tendrá una importante visita, que no la desprecie. El Sol Negro te avisa de ello pequeño Tulio, sigue tu labor.' Y eso fue todo.-

- Muy interesante Tulio, ¿qué tal si agarras esa botella que está a medias y te vas a la cama?-

El hombre regordete parece algo ofendido, pero no dice nada, no le da tiempo, pues una gran puerta se abre al fondo de la estancia, por la que entra un guardia fuertemente armado.

- Mi Señor, perdonad la interrupción, pero...hay una persona a las puertas de la fortaleza que insiste en hablar con vos, dice que es un asunto de vida o muerte, ¿deseáis recibirla?-

- Bueno, es algo tarde, pero hace tiempo que no tengo visitas, registradle, y traedlo aquí, veremos que es ese asunto 'de vida o muerte'.-

Tulio sonríe, al tiempo que agarra una copa y se acerca a la botella antes mencionada por su Señor:

- Milord, ¿lo veis? hoy es el día indicado por mi visión, seguro que es esta la visita a la que se refería...-

- Ya veremos, quédate aquí, y procura beber despacio.-

Tulio se sienta a la mesa y se sirve vino con cierta ansiedad, después de haber servido una copa a su Señor. Al poco tiempo se abren las puertas, entran cuatro guardias, tienen caras de cansancio, acompañan a una pequeña figura envuelta en una capa llena de polvo.

- Mi Señor, esta es Rowina dice venir de Zazaesspur, y dice tener algunas noticias que os pueden ser de interés.-

Los guardias se retiran, la pequeña figura se retira la capa, dejando ver una bella mujer de pelo negro y ojos azules, un azul intenso, como el mar en una gran tormenta. Tulio da un respingo al ver esos ojos, después hace un gesto como diciendo 'nooo', y da un largo trago a su copa. Habla el Lord:

- Rowina, ¿de Zazaesspur?, un largo viaje sólo para hablar con un pobre noble tan al sur.-

Una voz dulce y agradable surge de la bella mujer:

- Milord, es un honor conoceros, veréis en estos tiempos convulsos para nuestra tierra, cada uno se gana la vida como mejor puede, y en mi caso es el transporte de información Milord. No me andaré con rodeos, pues sé que no os gustan. Mi Señor el Monasterio que tantos problemas os causa por la zona, ha enviado patrullas por toda la provincia, con la intención de restaurar el orden para los nuevos regentes, como sin duda sabéis.-

- Si, lo sé, esos estirados metomentodo, siempre se han creído con el derecho a decidir sobre nuestra noble nación, en vez de dejar a los nobles que decidamos por el futuro, y arreglemos nuestros asuntos por nuestra cuenta. Esto que me cuentas no es nada nuevo, ya sé que envían patrullas periódicamente, ¿y?-

- Pero lo que no sabéis, Milord, es que varias de esas fuertes patrullas tienen intención de arrestar a una lista de nobles, por ser, digamos problemáticos, y para evitar posibles focos de guerra de nuevo, una tarea muy noble, y por el bien de la nación...-

La mujer se queda mirando con atención al hombre, esperando una reacción, que no llega, el hombre la mira con cierto desprecio y da un sorbo a su copa.

- Mi señor, por pura casualidad, cayó en mis manos una lista, digamos unos nombres 'problemáticos' para las nuevas autoridades...-

- Y ¿por qué narices me iba a interesar eso mujer? yo me limito a poner orden en mis tierras y mantener a mis hombres lo mejor que puedo, es cierto que no me llevo bien con todos mis vecinos, pero no me meto en líos.-

- Bueno Milord, en la lista se habla de posibles conspiradores contra el nuevo orden, o de instigadores al caos por convenir a sus bolsillos, y otros cargos muy desagradables, sin duda calumnias de todo tipo, porque vuestro nombre figura en ella.-

El hombre deja caer su copa que restalla en el suelo con un fuerte tintineo, y empalidece. Tulio se atraganta y comienza a toser.

-E..e...eso son calumnias, yo no he...-

- Milord, yo no creo nada de todas estas cosas, estoy segura de que son mentiras, el monasterio sin duda quiere afianzar su poder, y ya de paso hacerse con algunas tierras vecinas, y si esas tierras tienen unos buenos viñedos, siempre serán más apetecibles.-

- ¿Insinúas que esos estirados de la balanza pretenden hacerse con mis tierras? No es su estilo, pero claro aprovechando la situación podría ser factible. No sé, tengo que pensar en todo esto. ¿Tienes esa lista o simplemente debo creerte por ser bella y tener una dulce voz?.-

- Milord, me honráis, por supuesto aquí la tenéis, y si permitís una sugerencia de alguien acostumbrado a no dejarse ver mucho, yo en vuestro lugar mudaría la residencia habitual.-

El hombre alto toma con brusquedad un pergamino que la mujer le tiende, lee con atención, empalidece aún más, y su mirada se llena de odio.

- Bien mujer, esto lleva el sello del Monasterio, y por orden Real, es auténtico, reconozco la heráldica. Pregunta por Sommer al irte, ¿te parecería bien la suma de 500 monedas por tus molestias?-

- Muy generoso Milord, pero ya que he arriesgado la vida dejémoslo en 1.000, y estaré a vuestra disposición para otras ocasiones, y soy una persona muy discreta Milord.-

- Mil entonces, y ahora lárgate. ¡Guardias! La señorita ya se marcha.-

La mujer hace una reverencia y se va hacia la puerta donde la esperan los cuatro guardias que la acompañaron.

-¡Tulio! ¡Mira esta maldita lista, están mis hermanos, algunos primos, y mi viejo amigo Sir Jonnas!-

- Mi...mi...mi Señor ¿qué vais a hacer?-

- ¿Que qué voy a hacer? ¿pero no se supone que eres mi consejero maldito borracho? Bueno es igual, haz el equipaje, nos vamos de inmediato, voy a hablar con todos los de esta lista ahora mismo, manda mensajeros, nos reuniremos bajo el viejo roble y tiene que ser al amanecer como tarde ¿comprendes?.-

- Si mi Señor, me pongo a escribir ya mismo.-

- Convénceles de que no es ninguna trampa, usa mi sello y dí que estaré en persona, sólo con dos escoltas. Tengo que ponerles de acuerdo a todos y pronto, esos malditos clérigos se van a enterar, ya hemos aguantado bastante su dictadura, creo que va siendo hora de darles una lección.-

- Pero mi señor...-

- ¡Silencio! Haz lo que te he dicho y para ayer.-

Las dos figuras se retiran con rapidez de la sala, mientras por unas escaleras los guardias acompañan a la mujer, que parece contenta, esboza una ligera sonrisa.

- Y dime moza ¿quieres pasar un buen rato con nosotros? nos toca descanso y...-

- ¡Oh! Caballero que atrevido, jajajaja, muchas gracias, me siento muy honrada, pero tengo algo de prisa Señores, quizás en otra ocasión.-

El guardia parece algo decepcionado, pero no insiste, al fin y al cabo ha estado con el Lord hablando un largo rato, y se le ha pagado una fuerte suma, mejor no meterse en líos.

La bella mujer monta en un ligero caballo de carrera y sale a todo galope de la pequeña fortaleza, pronto se adentra en una espesa niebla, se deja de ver su silueta al trote, pero en la oscuridad de la noche se escucha su voz y otra voz que le pregunta:

- ¿Cómo ha ido Mi Señor? y si no os importa, preferiría que bajarais de mi lomo, no soy una bestia de carga y como se entere mi hermano voy a tener cachondeíto para años...-

La voz de la mujer se transforma repentinamente, es más grave, masculina, aunque con cierto tono similar:

- Ja, ja, ja, disculpa Megalos, te necesitaba cerca por si hubiera problemas, no pretendía ofenderte viejo amigo, y descuida que ni una palabra a tu hermano de este asunto. Ha ido perfecto, como esperaba, ese estúpido a mordido el anzuelo, la verdad es que no era una tarea demasiado complicada, todos los nobles de por aquí sólo necesitan una chispa, y nosotros les hemos dado la chispa, para que su ira se oriente donde queremos, hay que facilitarle un poco las cosas a mi viejo amigo.-

- Milord, ¿viejo amigo? no habréis llamado a...-

- Si Megalos, he llamado a mi viejo amigo, es una misión importante en la que no quiero fallos y el se encargará perfectamente, no te preocupes.-

- No me gusta ese ser, es demasiado, ¿cómo decirlo? ¿aséptico? ¿no sintiente? no sé mi señor me pone nervioso, y hacía mucho que no lo empleabais. Mi hermano y yo podríamos habernos encargado de este asunto con rapidez.-

- Lo sé, pero os necesito en Waterdeep, vuestra tarea es más importante allí, deja que 'Puño Negro' se encargue de esto, con lo que van a liar estos nobles por la zona, no le costará mucho.-


Las dos voces continúan hablando amigablemente, hasta que se van perdiendo en un suave susurro en la oscura noche.

jueves, 1 de mayo de 2014

Un elemento imprescindible


La sala estaba en penumbras. Hacía tiempo la sala había estado iluminada con elegantes globos de luz mágica, pero siglos de abandono habían supuesto la muerte de muchos de los conjuros de los globos, y los pocos que quedaban estaban degradados y apenas iluminaban una serie de mesas cubiertas por viejos complejos de alambiques. Buena parte de las paredes estaban ocupadas por extensas estanterías que contenían cientos de tarros de loza y cristal en los cuales se podían discernir diversos ejemplares conservados en líquidos embalsamadores. En algunos rincones inquietantes esqueletos colgaban de sólidos arneses.
El polvo cubría ecuánimemente todo el conjunto, y la sólida puerta de bronce que cerraba a cal y canto la amplia habitación estaba verde por la oxidación; el conjunto daba una total sensación de abandono y de que nadie hubiese pisado la sala desde tiempos inmemoriales.
Lo que no estaba muy lejos de la realidad. Aunque no del todo.

El sutil ruido de unas ganzúas manipulando la vieja cerradura de la puerta comenzó a ser audible. La operación duró un buen rato, y finalizo con una sarta de maldiciones que el grosor de la puerta hizo irreconocibles. Le siguieron una serie de fuertes golpes, que hicieron crujir los goznes hasta que, debilitados por la corrosión, cedieron a la par que la cerradura, con lo que la puerta cayó cuan larga era con gran estrépito. Una fuerte corriente de aire levantó una tormenta de polvo que oscureció por completo la sala.

Condenación! – tosió alguien en el umbral.

-Dejad que el aire de la habitación se renueve. Lleva mucho tiempo ahí encerrado con los dioses saben qué. Apartémonos y esperemos un poco.

El aire viciado de la habitación se mezclo lentamente con el procedente del corredor, y el polvo fue asentándose lentamente. Al cabo de un rato largo, varias figuras entraron lentamente en la sala.
Eran seis, y si alguien hubiese solicitado el retrato de un grupo de aventureros genéricos de dudosa reputación, sin ninguna el artista hubiese solicitado a estos cinco que posasen para él.

Lideraban el grupo dos hermanos gemelos, en apariencia procedentes de las tribus ganaderas que surcaban las amplias sabanas del Shaar, ya que además de sus distintivos rasgos raciales, iban cubiertos por amplias túnicas de cuero endurecido reforzadas con remaches de bronce que le daban una apariencia barbárica. Uno de ellos iba armado con una enorme alabarda, y el otro con un igualmente enorme mazo de doble cabeza. Los dos entraron enarbolando las armas, como esperando un ataque, y tomaron posiciones a los lados de la puerta. Se trataba de los hermanos Oblei, de nombre Kus y Alfiq, famosos y violentos mercenarios.

A continuación entró, de forma más sosegada un individuo vestido con una liviana túnica multicolor, con un rostro que en otros tiempos hubiese tenido aspecto patricio y regio, pero que años de abusos de alcoholes y exóticas drogas habían chupado toda la carne del rostro y dado un aire siniestro, huidizo y esquivo. Toda su imagen gritaba “hechicero” a voz en grito, y si no llevaba el famoso gorro puntiagudo favorecido por muchos magos en el norte es porque prefería el tocado de su tierra natal, Calimshan: un amplio turbante de seda negra; sin embargo, como concesión a la moda de sombreros puntiagudos, un prominente pincho de reluciente plata coronaba su tocado, dándole un notorio aire de visir malvado de los relatos de posada, que por otro lado le gustaba cultibar. Era el hechicero Al’Qiram, según sus propios discursos famoso maestro de las artes arcanas y próximo candidato a archi-mago; según muchos de sus colegas de profesión, un necio pomposo y solo marginalmente competente.

Cerraban el grupo tres sujetos de peor apariencia aún, si eso era posible. Vestidos con desgastadas y mugrientas ropas y armaduras de cuero reforzadas, eran casi una loa a la diversidad nacional de esas tierras: el primero era un sólido Amnita de pelo negro, rostro ancho y ligeramente paposo, de mirada fría, inteligente y calculadora. Estaba armado con una pesada ballesta y una ornamentada espada larga. Era Brucal el Rojo, ex soldado del ejército Amnita, ex desertor, ex convicto, ex salteador de caminos y un montón de exes más. Actualmente aventurero y espada de fortuna. Un tipo realmente encantador.

A su vera se encontraba un enorme calimshita procedente sin duda de los áridos desiertos de la zona centro de su país. De rostro impávido y brutal, sus agudos ojos inspeccionaban la sala atentamente, mientras la flecha del letal arco compuesto que portaba buscaba un posible objetivo hacia la cual volar. De su espalda colgaba una enorme cimitarra como las que usaban los verdugos para decapitar a sus víctimas. Era Ja-Queres, un notorio bandido de caravanas y torturador y verdugo ocasional a sueldo, que se había unido a “El Rojo” hacía tiempo, cuando habían hecho trabajitos en la frontera entre Tethyr y Calimshan, antes de que su banda fuese apresada por las autoridades y ellos dos lograsen huir con las cabezas sobre su hombros.

El último del trío, que se escondía detrás de sus más imponentes compañeros, era un escuchimizado y nervioso Tethyriano de pelo castaño y ropas aún más mugrientas y descuidadas, con un largo rostro y apariencia no muy despierta. De unas gastadas correas colgaban todo un elenco de gastadas llaves y cerraduras, así como numerosas dagas y cuchillos. Blandía, sin mucha confianza, tres dardos, listos para ser lanzados desde la seguridad de su barricada humana. Se trataba de Spive, un ladrón de poca monta que viajaba junto a “El Rojo” y Ja-Queres.
Aunque contaba gloriosas anécdotas de cómo se había unido a sus compañeros salvándoles de una legión de guardias que les tenían rodeados, la realidad era más triste: Spive era un sencillo corta-bolsas que había visto como se reunía la guardia para asaltar el burdel donde un peligroso grupo de bandoleros estaba festejando su último golpe. Oliéndose una jugosa recompensa por el chivatazo, había ido a avisarles, pero calculó mal cuanto tardaría la guardia en asaltar el lupanar. Solo había encontrado a “El Rojo” y a Ja-Queres en la cocina del sórdido local, beneficiándose a las camareras, cuando la guardia entró a las bravas por la puerta principal. El trío había huido a toda prisa por la puerta trasera, mientras los soldados apaleaban a los sorprendidos bandoleros. Tomando al corta-bolsas (frustrado soplón) como un talismán de buena suerte, el supersticioso Ja-Queres había convencido a “El Rojo” para que se les uniese, aduciendo que las habilidades que un buen ladrón siempre eran útiles.
Lo cierto es que Spive no era para nada un ladrón competente, pero los dos bandoleros se habían acostumbrado a su presencia y toleraban sus torpezas, así como sus increíbles historias de huidas imposibles a través de legiones de guardias. Después de todo, era menos humillante que confesar haber huido subiéndose los calzones a través de las oscuras callejuelas de una miserable población fronteriza, dejando a sus compañeros a su suerte para salvar el pellejo vilmente.
Este encantador grupito de gente se había unido recientemente, hacía apenas dos meses, para formar una banda de aventureros que operaba en las tierras fronterizas entre Tethyr y Calimshan. Se hacían llamar “El sexto poder” para gran hilaridad de otros grupos de aventureros más asentados, y además de la caza del ocasional monstruo itinerante y la búsqueda de tesoros perdidos, aceptaban trabajillos por encargo sin demasiadas preguntas para pagar las facturas del día a día. Era precisamente uno de estos encargos el que les había llevado a los subterráneos bajo una vieja fortaleza fronteriza del imperio Shoon, al norte de Saradush. Un encargo que, de llevarse a efecto, supondría una jugosa recompensa.

-Vaya sitio más siniestro – comentó temeroso Spive, el ladrón fracasado.

-Sin ninguna duda esta maldito por los dioses – confirmó el supersticioso Ja-Queres.

-Tonterías, esto no es mas que un maldito almacén olvidado hasta por el demonio – gruñó “El Rojo”

-Callaos los tres, necios. – afirmo pomposo Al’Qiram – Esto es mucho más que un almacén ¿No lo veis? Es un laboratorio. Si lo que buscamos está en esta ruina de fortaleza, sin ninguna duda lo podremos encontrar aquí. ¡Poneos a buscar! Recordad que sin ninguna duda estará marcado bien visible en la botella con el símbolo que os enseñe.

-Vamos ¡Nos espera una fortuna! – exclamó “El Rojo”.

-¿No habrá trampas? – preguntó Spive

-¿Trampas? ¿Pondrías trampas en tu biblioteca, donde pasas todo el día? – preguntó el hechicero. Miró fijamente el rostro caballuno de Spive – Bueno, olvídalo. Ha sido un mal ejemplo. Digamos que ¿tu pondrías trampas en el antro donde te dedicas a empinar el codo todo el día?

-¡Pues claro que no!

-Pues exactamente lo mismo pasa con los magos – afirmo condescendiente Al Qiram – Nadie quiere estar concentrado en su trabajo y volar por los aires en un descuido.

-Pero yo había oído que estos laboratorios estaban muy protegidos – repuso “El Rojo”

-¿Acaso eres mago?

-Pues no. Pero

-En ese caso haz caso de los expertos. Ningún hechicero en su sano juicio llenaría su laboratorio de trampas, mágicas o no. Yo no lo haría, desde luego. Únicamente tened cuidado al abrir cerraduras o libros y avisadme antes.

Los aventureros comenzaron a registrar el lugar sin demasiado cuidado. Uno de los hermanos Oblei, Kus, señaló a uno de los esqueletos que adornaban la sala, un enorme esperpento con forma humanoide.

-Vaya tío feo. Tiene unas espadas de hueso en lugar de brazos. Jamás había visto nada igual. – Comentó jocoso el hombretón. El mago miró un instante al bárbaro con cierta molestia, pero continuó registrando una estantería. Alfiq acudió junto a su hermano.

-Tienes razón hermano. Es horrible, y muy grande. No me gustaría encontrarme con uno de estos cara a cara. ¿Qué será?

-Será un Oseogarfio, una criatura de los mundos subterráneos – contestó distraído Al-Qiram.
En ese momento sus ojos brillaron triunfantes: ¡había encontrado lo que buscaba! ¡Y había varios! Comenzó a guardar el vial en una caja acolchada. Lastima no poder llevárselos todos, pero eran peligrosos para ser acarreados sin la seguridad de la caja estanca y acolchada. Aunque tal vez, si los llevasen sus compañeros…

-Pues esos Osegarfios parecen estar hechos por trozos de diversos seres. Su cráneo es de carnero, pero las costillas son humanas, y sus pies de búfalo o algo así. Si lo sabré yo… Este bicho esta hecho de cachos diversos, como si alguien lo hubiese montado.

El hechicero empalideció y comenzó a temblar.

-¿Cómo has dicho? – Susurró con voz agitada. Alfiq se giró para mirarle con curiosidad.

-Pues que este esperpento está hecho de piezas y ¡Argggghhhhh! – Chilló agónico cuando una hoja de hueso le atravesó el torax y lo levantó el vilo.

Con una serie de siniestros chasquidos el esqueleto bajó de su pedestal y contempló impasible a sus víctimas, como un matarife al ganado sobre el cual iba a trabajar.

-¡Un esqueleto! – Chilló aterrado Spive

-Eso… Eso no parece un esqueleto – Balbuceo “El Rojo”

-¡Hermano! – Rugió furioso Kus atacando al esperpento con su alabarda, pero la hoja de hacha del arma sencillamente resbaló en las costillas de la criatura. El bárbaro desvió a duras penas el tajo de respuesta con un giro desesperado de su arma.

Alfiq gritó e intentó liberarse de la hoja que le empalaba, el bárbaro poseía un vigor asombroso, y el golpe que hubiese acabado con cualquier otro hombre solo lo había herido de gravedad.  La criatura percibió que su primer objetivo seguía vivo y con un desdeñoso movimiento liberó su otra hoja, lanzando al desafortunado Alfiq contra la estantería que el hechicero había estado saqueando. Los viales estallaron en mil pedazos y toda la estantería se derrumbó sobre bárbaro.

Oh, no! – Gimió el hechicero, viendo su fortuna desaparecer. Instantes después, salió corriendo de la sala, abrazando con fuerza la caja acolchada.

Condenado cobarde! Vosotros, vamos a por este bicho… - gritó Kus, redoblando sus ataques contra su atacante.

Spive, Ja-Queres y “El Rojo” se miraron dubitativos.

-Bueeenoo

En ese momento, el caído Alfiq comenzó a agitarse bajo las ruinas de la estantería. Fuertes convulsiones sacudieron su cuerpo, y comenzó a generar horribles espumarajos, mientras gemía lastimeramente.

Esta maldito! – Chilló horrorizado Ja-Queres

Es veneno! – Aulló Spive

Larguemonos! – Gritó “El Rojo”

Los tres mercenarios huyeron precipitadamente, dejando a su suerte a  los hermanos Oblei. Corrieron por los corredores y escaleras de la fortaleza, oyendo a lo lejos el sonido del combate, y al poco percibieron la luz de la salida. La figura del hechicero Al Qiram se perfilaba en el quicio del portal.

-Estamos salvados – suspiró Spive

-Lo lamento, compañeros, – gritó Al Qiram – necesito que entretengais a ese golem para garantizar mi huida. ¡Adiós!

Con un gesto y unas entonaciones, todo el corredor quedó cubierto por una tupida red de gruesas telarañas.

Maldito traidor! ¡Nos las pagaras Al Qiram!

El hechicero huyó por el patio de armas, hacia los caballos que esperaban junto a la entrada de las murallas, con los gritos desesperados de los mercenarios que intentaban cortar en vano los pegajosos filamentos. El hechicero sonrió fríamente; no lo conseguirían antes de que el golem de hueso les diese alcance. Montó en su corcel, espantó a los caballos de sus antiguos compañeros, e instantes después, cabalgaba en dirección a Saradush.

Una fortuna le esperaba.

*     *    *

La taberna de la Jarra y El Arbol era uno de los mejores locales de la ciudad de Saradush. Famosa por la calidad de sus alcoholes y comidas, también ofrecía habitaciones privadas donde influyentes comerciantes podían agasajar a sus potenciales clientes de forma privada, o donde se podían llevar a efecto oscuras transacciones sin testigo alguno.
En una de estas habitaciones, delante de una estrecha mesilla bien surtida de exquisitos manjares y bebidas, esperaba el cliente de Al Qiram, comiendo y bebiendo con gran apetito, sentado sobre un mullido almohadón, al estilo calimshita.

Ah! Al-Qiram… – comentó el individuo entre bocado y bocado – Entiendo que has tenido suerte en tu empresa. ¡Enhorabuena! Has sido el único en volver por el momento. De todos los grupos de aventureros que aceptaron el trabajo, por el momento habéis debido ser los únicos en encontrar mi encargo. ¿Por qué lo habéis encontrado, no?

-Si, así es.

-Magnifico, magnifico. Siéntate y comparte la cena conmigo. Que menos… Pero ¿Dónde están el resto de tus compañeros?

-Lamentablemente no lograron sobrevivir a la adquisición… El lugar estaba bien protegido. De hecho, nos atacó un peligroso guardia mágico. Solo yo logré escapar con esta botella, dejando atrás los cadáveres de mis compañeros y el resto del lote de viales – Contestó fríamente el hechicero, sin poder evitar un tono sarcástico. Su cliente le observo por entre las botellas y jarras, pensativo.

-Hmmmm. Una lástima. Una lástima. Pero bueno, la recompensa merece la pena, aunque sea solo por una botella. ¿Puedo verlo?

Al Qiram colocó encima de la mesa la caja acolchada y la abrió. En su interior había una pequeña botella de vidrio, con un líquido de color verde enfermizo. Runas de advertencia en antiguo Alzhedo se percibían en la superficie de la botella.

Por fin…! La solución a un problema, jejeje.

-Un momento, amiguito. Me temo que habremos de renegociar el precio de esta… curiosidad.

-¿Renegociar? ¿Qué quieres decir? ¡Te estoy pagando una fortuna por esta miserable botella!

-Claro, claro, pequeño. Pero eso era antes de saber de qué se trataba. Verás, antes de reunirme contigo hice algunas averiguaciones. Resulta que el contenido de esta botella es un, hmmmm, producto bastante exótico y que en determinadas manos alcanzaría precios muy altos. Conozco a los de tu raza, amiguito, y se que si me pagas tanto por esto, es que tienes un cliente que te va a pagar cinco o seis veces más por ello. Después de los peligros que he afrontado para conseguir el vial y de perder a mis queridos compañeros en el camino, creo que aceptaré un pago más alto. ¡El triple de lo acordado para ser exactos! Jajajaja.

Maldito perjuro!

-Calma, chiquitin – continuó sardónico el hechicero – No creo que estés en posición de oponerte. Los matones que tenías fuera están durmiendo a pierna suelta, cortesía de mi poderosa magia y de su falta de fuerza de voluntad. Y no creas poder intentar atacarme y apoderarte de la botella; estoy bien escudado por unos sortilegios protectores, y además, francamente, tu raza nunca ha sido famosa por su agresividad o temeridad, y no eres rival para mi magia.
Sabes que pagarás, porque aún así sacarás algún beneficio de a quien quiera que le vayas a vender este abominable fluido. Sencillamente, tu margen de beneficios será menor

El cliente se dejó caer sobre el almohadón, con aspecto derrotado. Sacó unas bolsas de sus amplios bolsillos, y vertió sobre la mesa una cascada de lingotes de comercio de alto valor y de diversas gemas.

-Esto es todo lo que tengo encima – murmuró cariacontecido.

Los ojos del hechicero brillaron de codicia ¡Que fortuna! Extendió ávido sus manos y comenzó a recolectar las gemas.

-Es un principio, pero quiero más

Y lo tendrás, necio! – susurró fríamente el cliente.

Con una rapidez increíble, su pequeña mano se precipitó, armada con una daga, sobre la mano derecha del mago. Hubo un chisporroteó y un aullido de dolor. Al Qiram, lívido, contempló su mano ensartada por la daga y clavada a la mesa con una fuerza prodigiosa.
El pequeño sujeto que tenía enfrente se puso de pie tranquilamente y procedió a guardar la caja con el vial en sus alforjas, junto con sus gemas y lingotes.

-¿Cómo… Como es posible? – balbució el hechicero, cubierto de sudores. La cabeza le palpitaba y fuertes temblores le sacudían. No sabía que le pasaba.

-¿El qué? Ah ¿Tus defensas? Jejeje. Verás, estás equivocado, el vial no es para ningún comprador, es para mi uso personal. Pienso utilizarlo contra un colega de profesión tuyo, tan rastrero, cobarde y vil como tu, Al Qiram, de modo que me he procurado diverso equipo para llegar hasta el. Por cierto, gracias por la prueba de que el rupturador arcano funciona, no estaba seguro de ello. Me habían asegurado que si, pero tenia mis dudas. Pero ahora ya veo que me será muy útil.

-¿Qué… Que me.. pasa? – murmuró Al Qiram

-Ah, eso debe ser el veneno de la hacedora de viudas, circulando por tu sangre. No te preocupes, en breve tus pulmones se encharcarán de sangre, el hígado fallara y tu corazón se detendrá. Pero antes sentirás todo tu cuerpo en llamas y tendrás una muerte horriblemente agónica, naturalmente. No es tan letal como lo que me has traído, pero hace bien su papel con estúpidos pretenciosos como tu, que intentan extorsionar a un pobre e indefenso halfling como yo – comentó jovialmente el hombrecillo mientras le daba palmaditas en el hombro.

-¿Qui… Quien… eres? – logró balbucir el hechicero con sus últimos alientos.

-Bueeeno. Como te vas al infierno por el camino corto, creo que tienes derecho a saberlo. Mi nombre es Bertrand. Bertrand Pies-Belludos, también conocido como “El Horrible”. Asesino de profesión, a vuestro servicio, jejeje. Tengo que agradeceros que me procuraseís este líquido, es un elemento imprescindible en mis objetivos. Verás, planeo utilizarlo contra un objetivo muuuuuy escurridizo, y creo que con él aseguraré un trabajo que ya se ha demorado demasiado. Muchas gracias.

Pero el hechicero Calimshita ya no oía nada. Supurando sangre por la boca, la nariz y los ojos, sufría sus últimas convulsiones sobre la mesilla, tirando manjares y botellas por el suelo en sus estertores.

-Lastima de cena – comentó ligeramente el halfling mientras abandonaba la habitación.


En su bolsa, brillando malignamente, el nefasto líquido verde comenzó su largo periplo hacia el norte. 
Las runas en el antiguo Alzhedo avisaban el producto de la mas refinada nigromancia de los dementes magos oscuros Shoon: el semi-legendario veneno conocido como “El Mata-Elfos”.