La penumbra domina una enorme sala con forma de claustro,
las enormes columnas que rodean el perímetro, están talladas en un estilo
sobrecargado de figuras demoníacas y terribles batallas. Una imponente criatura
con forma gargoide golpea con fuerza a diferentes criaturas, entre gritos de
dolor. Está totalmente cubierta de sangre. Una puerta se abre y una delgada
forma se escurre en la sala, sus dos penetrantes ojos observan atentamente,
hasta que el castigador se calma tras su décima víctima.
- Ejem, Milord.-
- ¿Qué haces aquí secretario? Te dije que no me interrumpieras.-
- Lo lamento Milord, pero es importante, me temo que tenéis
una reunión urgente…-
La cabeza de chacal del secretario esboza una ligerísima
sonrisa, a penas perceptible, abre la
puerta al tiempo que tiende un lujoso trapo al Lord para que se limpie la
sangre.
- Sala del Espejo Negro Milord.-
El enorme Nycaloth se estremece, se limpia la sangre
siguiendo al secretario. Ambos siguen un gran pasillo custodiado en los flancos
por grandes guardias Mezzoloth, quietos como estatuas. El secretario va
abriendo y cerrando diferentes puertas, hasta que deja a su Señor ante una gran
puerta negra, tallada con forma de cara demoníaca sonriente. El secretario
busca en un abultado llavero, hasta dar con la llave adecuada, al abrir la puerta
varios brillos verdosos escapan por todas las rendijas. Deja paso a su amo:
- Milord.-
Tras abrir la puerta el secretario desaparece discretamente.
El enorme Nycaloth parece titubear antes de entrar, finalmente entra. Es una
pequeña sala, sin a penas decoración, las paredes parecen enormemente gruesas,
destaca al fondo un gran óvalo pulido de color absolutamente negro. Con cierto
disgusto hinca una rodilla ante el óvalo, que al instante da un ligero brillo
de color verdoso, enfermizo. La sala se oscurece aún más y se enfría hasta el
punto de aparecer escarcha por las paredes. Una voz neutra, surge del óvalo.
- LORD GARGUS, AL FIN OS DIGNÁIS A ATENDERME.-
- Disculpad mi Señor, estaba…-
- ¡SILENCIO!-
El enorme Nycaloth tiene que apoyar sus
fuertes manos en el suelo, su negra sangre brota por todas partes de su cuerpo,
como si cientos de cuchillas lo hubieran rozado.
- VUESTRO SECRETARIO YA ME HA DADO LOS INFORMES DEL
DESASTROSO PLAN QUE LLEVÁSTEIS A CABO EN EL PLANO DE PANDORA, AHORA ESPERO UNA
EXPLICACIÓN RAZONABLE ANTES DE QUE DECIDA VUESTRO DESTINO, ESE PLANO ES
IMPORTANTE.-
- Milord…- Escupe sangre- todo marchaba bien, uno de los
portales estaba casi listo para la invasión, los otros dos avanzaban en su
construcción, pero irrumpieron tres mortales de gran poder, creo que eran
‘primos’ por la manera de hablar y actuar. Lograron destruir el portal casi
terminado y entretuvieron a mis fuerzas. No sé cómo, lograron atraer hasta
nuestro fuerte un enorme ejército de Navis, que destrozaron nuestra
avanzadilla.-
Lord Gargus se estremece de dolor con cada palabra que surge
del enorme óvalo negro y no deja de sangrar, su sangre humea en el suelo debido
al frío de la sala.
-GARGUS NO ME GUSTAN LOS FRACASOS, PERO ERES UNO DE MIS
MEJORES LUGARTENIENTES, Y POR LO QUE DICES PARECE ALGO TOTALMENTE IMPREVISTO,
CONTINÚA.-
-Mi…Señor…era una humana con una espada sagrada, partía a
mis soldados como mantequilla, había una elfa muy hábil con la espada y con la
magia, una guerrero/mago de esos que ‘cantan con la espada’ diría yo. Y
finalmente había un elfo de piel dorada y prominente mandíbula, ese dijo su
nombre, no parecía temernos en absoluto, yo diría que ese ha visto las guerras de la sangre, porque
tenía mirada de loco…dijo que se llamaba Hook.-
- ¿HOOK?... ESE RIDÍCULO NOMBRE LO HE ESCUCHADO EN ALGUNA
PARTE, ESTOY SEGURO. ¿PERO QUÉ NARICES HACÍAN TRES PRIMOS EN UN PLANO TAN
ALEJADO DEL SUYO?-
Se hace un largo silencio, en el qué el óvalo continúa
brillando, y el Nycaloth sigue sangrando.
- BUENO, PUEDES CONTINUAR CON TU MISERABLE EXISTENCIA UN
POCO MÁS, PERO NO MÁS FALLOS. DEBO CONSULTAR MIS ARCHIVOS, ESE NOMBRE ME SUENA,
AUNQUE NO RECUERDO DE QUÉ. EN CUANTO ENCUENTRE ALGUNA INFORMACIÓN OS MANDARÉ UN
MENSAJE, QUIERO INVESTIGAR MÁS SOBRE ESTE ASUNTO, YA OS DARÉ MÁS INSTRUCCIONES.-
La luz verdosa se apaga lentamente en el gran óvalo que
retoma su color negro. Toda la estancia está cubierta de escarcha que comienza
a derretirse. Lord Gargus vomita sangre y se incorpora con un gran dolor, aún
sangra por todas partes, aunque las pequeñas heridas se cierran rápidamente.
Varios guardias Mezzoloth al otro lado de la puerta salen corriendo cuando
escuchan los alaridos de su Señor, saben que si se quedan ahí cuando salga, alguno
de ellos perecerá.
- Mortaless, me habéis causado muchas molestias y me las
pagaréis, me debéis un plano y me lo voy a cobrar. Lord Hook
¿eh?...!Secretario!-
El Arcanaloth surge a su espalda como una sombra:
- Milord.-
- Búscame toda la información que puedas de ese tal Hook,
todo lo que encuentres aunque te parezca nimio quiero saberlo. A partir de él
busca a las otras dos, la hembra humana y la hembra elfo, tengo la sensación de
que encontrarás algo pronto, si a nuestro Señor le sonaba ese nombre es que
deben ser conocidos por algo. Quiero información y la quiero pronto.-
La cabeza de chacal esboza una sonrisa terrorífica:
- Descuidad Milord, ya estoy con ello, creo que tengo
algunas pistas, tan sólo necesito un poco de tiempo.-
- Bien, pues date prisa, esos miserables mortales se han
atrevido a ofendernos y dejarnos en ridículo, y Lord Gargus no hace el ridículo
nunca, quiero enseñarles lo que significa ofender a un Yugoloth.-
- Por supuesto Milord, deben pagar por sus execrables
crímenes.-
- Vuelvo a la sala de recreo, aún necesito machacar algunos
cuerpos con mis propias manos, envíame algunos esclavos, y de los que sangren
mucho.-
- En seguida Milord.-