miércoles, 29 de abril de 2015

Nidos de Iniquidad del Mar Interior II: Portus Novus, el puerto de Empirea


PORTUS NOVUS

El puerto de Empirea

Gobierno: Democracia restictiva: los ciudadanos de la ciudad elijen a un concejo municipal de varios representantes dirigido por dos Dumvirii (alcaldes), que ejercen el cargo durante un año. Sin embargo el gobierno del Puerto y la costa en si depende del Pretor Portuario, un gobernador con Imperio y categoría de Pretor elegido en la Ciudad de Empirea. El Pretor suele mantenerse en el cargo durante un año (extensible a otro en algunas circunstancias) y en teoría su principal cometido es supervisar el correcto funcionamiento del puerto y garantizar el suministro de grano a la Ciudad de Empirea. En la práctica, el Pretor se ocupa principalmente de quedar bien ante el Senado y el electorado de Empirea y en llenarse los bolsillos con todo tipo de exacciones y actividades de dudosa legalidad.

Quien realmente gobierna: El Pretor Portuario y las diversas familias nobles y casas comerciales capaces de influenciar en el Pretor o el Senado de Empirea.

Población: Unas 20.000 personas censadas, entre ciudadanos, Peregrinii (residentes sin ciudadanía Empireana) y esclavos. En realidad la población es muy superior si se cuentan los visitantes y las tripulaciones de los barcos, pudiendo alcanzar fácilmente las 40.000 personas en temporada alta.

Idioma: El idioma oficial es, naturalmente el Empireano, pero dada la elevada cantidad de visitantes y comerciantes, la Lengua Comercial (o Común) es el idioma mas utilizado, seguido de cerca por el Helénico.

Economía: La principal fuente de ingresos de Portus Novus es el comercio que arriba a puerto y sube río arriba (bien mediante trafico fluvial o mediante las calzadas) en dirección a la Ciudad de Empirea. Por lo demás, Portus Novus también tiene  una importante actividad pesquera, acabando la mayor parte de la pesca en las mesas de la Ciudad de Empirea. También hay una industria de salazones, y en los últimos tiempos se han establecido varias factorías de Garum, que fabrican la infame salmuera de pescado que es tan apreciada en las mesas del Imperio como salsa. Aunque el Garum de Portus Novus es mediocre o directamente de baja calidad, se exporta bastante. Sin embargo, la principal actividad industrial de la ciudad son las antiguas salinas situadas en las cercanías, y que son explotadas por gran cantidad de esclavos y trabajadores.
Los astilleros del puerto son grandes, pero están destinados principalmente a reparaciones, más que a la construcción de nuevos navíos.

Fuerzas Armadas: Portus Novus es una importante ciudad comercial, vital para el comercio de Empirea y como tal está bien defendida con varias guarniciones de tropas de diversa procedencia. Sin embargo hay que señalar que, muy a la manera Empireana, estas tropas están más para vigilar a los otros contingentes que para defender la ciudad en si, y que cada una de las guarniciones está bajo las ordenes de un magistrado u organismo que se suele ser rival del otro, de modo que la colaboración suele ser inexistente y muy a menudo en realidad se sabotean unos a otros, según los dictados políticos de sus amos.

Portus Novus no esta amurallado, si bien hay unos muros de apenas metro y medio o dos metros que delimitan el casco urbano, y puertas custodiadas por vigilantes. El puerto nuevo cuenta con bastiones defensivos dotados de artillería en la forma de ballistas y escorpiones, y el Palacio del Pretor y los almacenes estatales de grano, así como la Ceca de Portus Novus, son edificios fortificados. Muchas domus y sedes de casas comerciales también están someramente fortificadas y cuentan con altos muros y puertas reforzadas.

 La ciudad posee una guarnición de aproximadamente dos cohortes de Custodes (tropas locales), en total unos 960 hombres. Los Custodes de Portus Novus están entrenados pero no son veteranos ni mucho menos (en su mayor parte son guerreros de nivel 1, con algunos de nivel 2); están generalmente equipados con armaduras de cuero o lorica hamaca (una cota de malla ligera), escudo, espada corta y Pilum, aunque también tienen arqueros. Los Custodes están al cargo de la defensa de la ciudad, y también de la lucha contra la delincuencia. Los Custodes poseen una centuria especializada en investigación criminal y tareas policiales y cuya principal tarea es el control de la delincuencia.
Existe una guardia de dos centurias (160 hombres) de Vigiles, es decir, policías urbanos/bomberos. Aunque no son muchos, se encargan del control de los delitos menores, la vigilancia de edificios públicos, y en caso necesario también combaten incendios y otros desastres. Son asistidos en sus trabajos por los Custodes, que les dotan de la fuerza armada. Los Vigiles suelen ir equipados con justillos de cuero y armados con espadas y porras, aunque muchos también pueden ir con ropas civiles.
Los Vigiles y los Custodes responden ante el concejo municipal y los Dumvirii, si bien el Pretor Portuario también tiene competencias sobre los Custodes en materia de protección del puerto.

En el puerto se ubica una guardia de aduanas, compuesta por un Manipulo – dos centurias (160 hombres) – de guardias aduaneros, que están bajo el control exclusivo del Pretor Portuario. Estos son tropas con alguna experiencia (nivel 2 usualmente)
Además, las fortalezas portuarias cuentan con 80 artilleros e ingenieros encargados del manejo y mantenimiento de la artillería, también bajo el control del Pretor Portuario.

En las inmediaciones de la ciudad existe una guarnición compuesta por un manipulo – dos centurias (160 hombres) – de la II Legion Limitarii, una unidad de defensa fronteriza encargada del control y patrulla de la costa (y que como todas las “legiones limitarii” cuenta con dos cohortes de infantería y una turma de caballería, es decir, 30 soldados de caballería y 960 soldados de infantería); esta legión se encuentra repartida en distintas torres de vigilancia y acuartelamientos a lo largo de la costa. Estas tropas están bajo el control directo del Senado de Empirea, pero tampoco son especialmente experimentadas (guerreros de nivel 1-2).

La ciudad cuenta con una milicia voluntaria no muy organizada pero con algún entrenamiento de fin de semana y compuesta por ciudadanos. En materia de una hora puede reunir fácilmente a una cohorte de soldados de infantería (480 hombres) y una Turma de caballeria (30 hombres). Dado que es una milicia, cada soldado aporta su equipo y por tanto no es uniforme; generalmente están equipados con armaduras ligeras tales como justillos de cuero, pectorales parciales, escudos, jabalinas o pilum y espadas cortas. Los soldados de caballería, dado que pertenecen a la clase ecuestre, generalmente poseen un equipo más vistoso, pero son caballería ligera.

El Pretor Urbano cuenta con la escolta de sus 6 lictores senatoriales (normalmente guerreros de nivel 2-4) y, generalmente, con un buen número de guardaespaldas de diversa procedencia. Cuanto más sucia tiene la conciencia el pretor de turno o más enemigos se ha hecho en su carrera política, más guardaespaldas suele contratar y tanto mejor armados estarán. Muy a menudo son mercenarios extranjeros, que son más fiables en materia de protección contra asesinatos políticos.
Muchas de las familias patricias y equites de la ciudad también poseen sus propios guardaespaldas, que pueden variar desde desdichados esclavos armados con un palo a veteranos exlegionarios o mercenarios extranjeros.
La Ceca de Portus Novus posee un cuerpo de guardia de aproximadamente una centuria de Guardias del Tesoro, excelentemente equipados (con esplendorosas armaduras de escamas, escudos, lanzas y/o pilum y espadas cortas) y muy bien entrenados (generalmente son guerreros de nivel 3-4); sin embargo estos guardias solo se preocupan de la custodia de la fabrica de monedas, sus dependencias, de los fondos allí guardados y de los traslados de moneda a la cercana Ciudad de Empirea.

En caso de emergencia, grandes cantidades de obreros, pescadores y esclavos pueden ser armados con los excedentes de armas y armaduras de los arsenales, o incluso con herramientas de pesca o agrarias. Sin embargo esta turbamulta no está ni entrenada ni organizada.

Portus Novus sirve como base permanente para 4 galeras ligeras del tipo Liburna, que se utilizan para patrullar la costa a la caza de contrabandistas o piratas, y suelen embarcar como tropas a los Guardias Aduaneros.
El senado suele disponer en Portus Novus de varias galeras rápidas y galeras de carga para servir de buques-correo o transportes para dignatarios o embajadores.
Además, normalmente suelen amarrar en el puerto entre 2-8 galeras de las que protegen las rutas comerciales o los convoyes de grano. Estas galeras pueden variar en el tipo de buque, y pueden variar desde las ligeras Liburnas, los medianos tirremes, los inmensos quinquerremes o las colosales galeras teseraconteras. Estas galeras suelen acarrear tropas embarcadas pertenecientes a la Legion VI Navalis.

Iglesias: Portus Novus es un importante puerto comercial, y como tal en él se pueden encontrar viajeros de muchas tierras, que suelen adorar a sus própios dioses. Como los Empireanos suelen ser tolerantes en materias religiosas, no tienen problemas en permitir la construcción de templos a dioses extranjeros, siempre y cuando se respeten las leyes Empireanas, de modo que en Portus Novus hay muchos templos y altares a multitud de dioses. Los templos más importantes o notorios son:

-El mausoleo de Neptuno, situado en uno de los espolones del puerto. Este enorme templo es muy frecuentado por marineros y comerciantes que acuden a presentar sus ofrendas antes de partir de viaje. Dirigido por el alto sacerdote Appius Atilus Nasica (N, varón humano, Sacerdote 11)

-Altar del comercio, templo de Mercurio. Es probablemente el mayor y más popular templo de Portus Novus y se encuentra situado en el foro comercial anexo al puerto. Cientos de comerciantes y viajeros acuden diariamente a este templo a solicitar el favor del dios del comercio y los viajes. Dirigido por el sacerdote Cneus Antistius Manlius (CB, varón humano, Sacerdote de 12)

-La casa del destino, templo de Fortuna. Situado en el Gran Foro de Portus Novus, es un pequeño y sobrio templo dedicado a la diosa de la suerte. Dirigido por el alto sacerdote Didius Mareinus Felix (CB, varón humano, Sacerdote de 9)

-Templo de Juno Moneta. Situado adyacente a la Ceca de Portus Novus, el templo de Juno “del dinero” no es si no una extensión de los edificios del Tesoro, construido en imitación a la Ceca de Empirea y su colosal templo anexo de Juno. Esta dirigido por el sacerdote Quintus Aurelius Fabius Dives (LN, varón humano, sacerdote de 7), un estirado patricio con fuertes vínculos con la administración del Tesoro.

-La casa de los Misterios, templo de la tríada Isis/Osiris/Horus. Los misteriosos cultos del lejano sur siempre han atraído a los Empireanos, y probablemente ninguno sea tan popular como los misterios de Isis. La casa de los misterios es un pequeño templo semi-secreto construido en una antigua domus en la entrada de Portus Antica. Esta dirigido por la sacerdotisa conocida como Madre Enmascarada (LB, hembra semi-elfa?, Sacerdotisa 11/Mago 9?)

Además de estos templos, existen decenas de altares y pequeñas capillas dedicadas a diversos dioses tales como Magna Mater (Gea), Bellona, Hércules, Mitra, Trishina y muchos otros.

Tiendas de Equipamiento: Portus Novus es un inmenso emporio comercial, y virtualmente todo tipo de mercancías y equipo pueden ser encontrados en un comercio u otro.

Posadas: Existe todo un elenco de posadas, tabernas, fondas y casas de huéspedes en Portus Novus, que van desde calidades excelentes a nidos infectos plagados de ratas y chinches, y con una amplia gama de precios. Algunas de las más notorias son:

-El remo y el delfín (calidad aceptable, precio moderado) es una posada situada en las cercanías del Foro Portuario y favorecida por visitantes y viajeros respetables. Se trata de un edificio de tres plantas con numerosos cuartos de alquiler y una buena taberna y casa de comidas en la planta baja.

-El viejo cónsul (calidad alta, precios altos) es una lujosa posada situada junto al Foro Gubernativo y que favorecen los visitantes de posibles que no han logrado alojamiento en la domus de algún conocido o socio. Sus dependencias son de primera, pero sus precios son astronómicos para el bolsillo común. Su personal (incluidos los esclavos) es servil con los poderosos y arrogante o condescendiente con los que perciben como “inferiores”; en otras palabras, hasta el más bajo de los esclavos en esa posada es un nov clasista en potencia.

-La mesa de Neptuno (calidad excelente, precios astronómicos) es una lujosa taberna y casa de comidas situada en el Foro Portuario, famosa en toda Empirea por la calidad de su mesa, y muy especialmente por sus pescados y su carta de vinos. Epicureos de la Ciudad de Empirea y otras ciudades cercanas acuden regularmente a comer a este lujoso local, cuyos banquetes están a menudo amenizados por hábiles músicos y hermosas camareras. El local posee algunas lujosas habitaciones, disponibles para los amantes de la buena mesa que han comido (o bebido) demasiado como para volver a casa.

-El ánfora en el camino (calidad buena, precio aceptable) es una posada situada fuera de la ciudad, en el camino a Empirea. Como posada de camino, posee establos para las monturas, almacenes y un buen muro provisto de sólidas puertas que se cierran al anochecer. Ofrece buen alojamiento a precio razonable, pero la principal pega es que está a una caminata de las puertas de la ciudad.

-El asno de Baco (calidad baja, precio bajo) Es una taberna situada en el Puerto Viejo, famosa por las juergas y francachelas que se montan en ella, y por servir como base extraoficial para el culto de los bacantes. Ofrece algunas habitaciones de alquiler, pero en realidad están ideadas para otras actividades más allá del sueño, y el ruido que reina en el edificio hace imposible el dormirse de todas maneras. Además hay numerosas peleas, y rara es la noche en que los custodes no entran a saco y repartiendo porrazos para calmar los ánimos.

-El candil en la niebla (calidad aceptable, precio moderado) Es una taberna y posada situada en el Puerto Viejo, entre varios canales y con el río a un costado. Se trata de un caserón viejo, húmedo y semi-ruinoso, con múltiples salidas a varias neblinosas calles y canales y con multitud de recovecos y salas semi-olvidadas u ocultas. No es de sorprender que sea una posada favorecida por contrabandistas y para reuniones que intentan pasar desapercibidas.

Gremios de Ladrones:
Al igual que muchas ciudades Empireanas, Portus Novus es un hervidero de cortabolsas, ladrones, asaltantes, estafadores y asesinos independientes, pero como en muchas de las grandes urbes del imperio, también existen organizaciones criminales estructuradas. En su mayor parte son bandas callejeras compuestas por duros proletarii que controlan parte de un barrio y sobreviven con robos o tasas de protección a los tenderos y vecinos, sin embargo también existen otras organizaciones más peligrosas. Algunas de las organizaciones y gremios de delincuentes más notorios de Portus Novus son:

-Los pañuelos blancos. Se trata de una numerosa banda callejera, compuesta por matones de baja estofa y nombrada por su marca distintiva (un pañuelo blanco llevado alrededor del cuello, en la cabeza o en la muñeca). Esta brutal banda callejera campa a sus anchas por buena parte del Puerto Viejo e intenta expandirse a otras zonas de la ciudad, entrando en conflicto con otras bandas callejeras.

-La casa comercial Amitia. Bajo la fachada de una casa comercial de cierto éxito se oculta una organización de contrabandistas sin escrúpulos que se dedican a tratar en secreto con piratas y esclavistas y a adquirir sus bienes a precio de saldo para venderlos en Empirea. Amitia opera tras múltiples intermediarios y no duda en mandar al otro barrio a quien indague demasiado en sus actividades ya que lo último que desea es ver descubierta sus ilícitas actividades.

-Las vivoras del lodo. Las vivoras del lodo es una organización de prostitución, trata de blancas, y que también se dedica al robo y al asesinato. Operan principalmente desde Portus Novus, pero se encuentran presentes en otras ciudades, incluida la Ciudad de Empirea. Suelen operar bajo la cobertura de la prostitución, y por tanto muchos de sus miembros son mujeres (aunque no todos). Son notorios por su extrema crueldad y sangre fría.

-La casa Publicanii Coercitor. La casa Publicanii de Titus, Balbus y asociados (más conocidos como los “Coercitor”, y también como “los rompe-dedos”, “los buitres” y un montón más de apelativos poco cariñosos) es una casa comercial dedicada a arrendar sus servicios administrativos como cobradores y gestores de impuestos al Senado de Empirea y/o a diversos gobernadores Empireanos, y al cobro de deudas o alquiler de guardaespadas a otras casas comerciales y particulares. Dicho lisa y llanamente, se trata de un auténtico gremio de matones que alquila sus servicios al mejor postor y que posee un pequeño ejército privado autorizado por el propio Senado de Empirea.
La Casa Coercitor opera por varias provincias del imperio, sobre todo en la Isla de Frumentaria, donde ha establecido un auténtico régimen de terror, pero su base principal se encuentra en Portus Novus: un lugar cercano a la Ciudad de Empirea y donde además puede reclutar fácilmente matones y obtener jugosos contratos. El Pretor Portuario de turno muy a menudo suele contratar los servicios para asegurar el cobro de los impuestos y ya puestos llevar a cabo sus exacciones más ilegales y chantajes y extorsiones a diversos comerciantes extranjeros o locales.


Los matones de la casa Publicanii Coercitor, encargados del cobro de impuestos por el Pretor y de "reclutar" tripulaciones para las flotas de grano, aterrorizan las calles de Portus Novus regularmente.

Personajes Importantes:
-Prefecto Titus Servius Ovidius (Neutral Malvado, varón humano, Bardo (Heraldo) 7) Conocido generalmente como “la comadreja” por la población de Portus Novus, el prefecto Titus lleva a cargo de la administración de la Pretoria Portuaria desde hace años. Los Prefectos Portuarios vienen y van cada año, pero Titus Servius se mantiene en el cargo de secretario de la Pretoria pretor tras pretor, y no es debido a su carácter afable o eficiencia, si no más bien dadas sus habilidades para llenar la bolsa del Pretor de turno con mil actividades poco éticas en el mejor de los casos y directamente ilegales en la mayor parte de las circunstancias. Naturalmente, Titus se guarda un porcentaje de las ganancias para sus propios bolsillos… Es un individuo innoble, de aspecto ratonil y totalmente indigno de confianza excepto si ve un beneficio monetario a la vuelta de la esquina o teme con quien esté negociando.

-Optione Major Quintus Junianus (Neutral Bueno, varón humano, Explorador (urbano) 7) Este tenaz custodes de la brigada criminal es un individuo enorme de casi dos metros de altura, con la constitución de una mula y la fuerza de un toro. Su padre era un Thrax, prisionero de guerra que fue vendido como guardaespaldas al clan Junio y posteriormente liberado y convertido en ciudadano (de ahí el apelllido Junianus). Su hijo es plenamente empireano, pero guarda el sentido del honor de su padre. Es uno de los pocos Custodes plenamente honrados de Portus Novus, lo que le ha puesto en no pocos problemas con sus corruptos superiores; afortunadamente sus servicios son imprescindibles, su hoja de servicios intachable, y además cuenta con el ocasional apoyo del influyente clan patricio de los Junio, de modo que tragan con sus desaires e intentan mantenerle ocupado asignándole los casos más difíciles y enrevesados. En sus ratos libres se pasea por la ciudad, poniendo orden en las múltiples grescas y tumultos de sus calles.

-Marcia Secunda (Caotico Malvada, hembra humana, Ladrón 8) Conocida como la Matrona Vívora del Lodo, Marcia Secunda es una notoria proxeneta de Portus Novus que compra jóvenes esclavas y las prostituye, entrenándolas además como ladronas, espías e incluso como asesinas. Además de sus burdeles, también tiene metidos sus sucios dedos en todo tipo de negocios turbios, incluido el contrabando, trafico de objetos robados, raptos, secuestros, asesinatos por encargo y similares. Aunque pocos se dan cuenta de ello, esta mujer (viuda de un adinerado aunque corrupto caballero que murió envenenado en misteriosas circunstancias) es uno de los señores del crimen más poderosos de Portus Novus y probablemente de todo Empirea. Sin embargo su apariencia es la de una acomodada viuda de la clase Equites, bien parecida pero de apariencia aburrida.

Sumario: Portus Novus – coloquialmente conocido como “El Puerto de Empirea” – es una ciudad perteneciente al imperio Empireano y que se encuentra situada en la costa, a medio día de camino al sur de la Ciudad de Empirea.
Emplazado junto a la desembocadura del río Tiberiades y en una amplia bahía, la ciudad de Portus Novus se compone realmente de varios núcleos de poblaciones que al extenderse se han unido en un conglomerado urbanístico de dudoso gusto y bastante caótico para las normas empireanas. Las antiguas poblaciones son hoy en día barrios de la creciente urbe, y son los siguientes:

-Portus Antica es el puerto original situado en la desembocadura del río Tiberiades, y es probablemente la parte más antigua de la ciudad. Durante varios siglos sirvió como el principal puerto de Empirea, hasta que los lodos del Tiberiades fueron sedimentándose y haciendo difícil la entrada de buques de gran calado en el puerto, de modo que Empirea inició la construcción de un nuevo puerto. El antiguo puerto ha quedado hoy en día relegado a buques de pequeño calado y, sobre todo, a gabarras fluviales que cargan mercancías en Portus Novus y las transportan a la Ciudad de Empirea subiendo por el Tiberiades. Alrededor del puerto antiguo se extiende la ciudad original de Tiberias: un dédalo de callejuelas y pequeñas plazas que dan servicio y acceso a una colección de antiguas y decadentes barriadas entre las cuales se encuentra algún templo medio olvidado y la ocasional domus perteneciente a alguna antigua familia mercantil y que ha visto mejores tiempos.  En general Portus Antica es un barrio oscuro y muy a menudo neblinoso debido a las brumas que se levantan del cercano río. Algunas de las calles cercanas al puerto bullen con el jolgorio de las tabernas y antros de bebida, juego, prostitución y las casas de huéspedes favorecidas por marineros, arrieros, trabajadores y visitantes sin mucha blanca. Muchas de sus calles son peligrosos nidos de delincuentes y maleantes.

-Salinii: Situada al otro lado del río Tiberiades y únicamente unida al resto de la ciudad por medio de transbordadores. La antigua población de Salinas se extiende a lo largo de varios lodosos islotes en la desembocadura del Tiberiades así como en la margen Oeste del río. Esta compuesto por gran cantidad de almacenes semi-ruinosos y casas baratas (muchas de ellas poco más que chabolas) en donde malviven numerosos trabajadores y esclavos que se encargan de las enormes salinas que originalmente hicieron de Portus Novus una importante ciudad del Imperio. Es un barrio ruinoso y miserable, en el cual se puede llegar a matar por un par de sandalias nuevas, pero rara vez es visitado por gente que no resida allí, lo cual le hace un sitio ideal para esconderse.

-Pescatorii, se trata de una antigua aldea de pescadores situada a lo largo de una playa al Este de Portus Antica, pero con la construcción de Portus Novus a su Este y la ampliación de población que ha sufrido la ciudad, el barrio se ha ampliado hacia el interior y se ha convertido en un barrio residencial de clase media-baja. Únicamente las viviendas situadas frente a la playa mantienen su carácter pesquero, con la clásica imagen de las barcas de pesca varadas en la arena de la playa y las redes tendidas frente a ellas. Hacia el interior se han construido insulae de varios pisos para acomodar a diversos obreros, burócratas inferiores y similares. Es un barrio bullicioso, con un buen comercio y famosas tabernas y casas de comidas, así como varias casas de huéspedes y posadas humildes pero decentes. El mercado de pescado, situado en una estrecha y antigua plaza, es bastante famoso, y algunos de los mejores gourmets de la ciudad de Empirea mandan a sus criados a comprar pescado fresco a este mercado.

-Portus Novus, o el puerto nuevo, es una impresionante obra de ingeniería Empireana construida hace siglos y destinada tanto al útil fin de dotar Empirea con un enorme puerto capaz de dar cabida cientos de navíos mercantes como al más prosaico fin de demostrar el poder y la opulencia del imperio a todos los viajeros que por allí pasen o hagan escala. A tal fin, se construyó una inmensa rada artificial capaz de albergar simultáneamente a cientos de buques de gran calado, así como todo un complejo de impresionantes almacenes, muelles, astilleros, diques secos y barracones para galeras. Alrededor del puerto se han ido construyendo otros edificios importantes tales como mercados, lonjas, edificios administrativos, templos y un enorme foro comercial con diversas basílicas que albergan mercados especializados en un tipo de producto. De especial importancia son los enormes almacenes estatales de grano.
Inicialmente el puerto estaba ideado para servir como la principal base naval de la armada Empireana, de modo que también se construyeron arsenales y barracones, pero el incremento del comercio y, sobre todo, las necesidades de grano importado por parte de la ciudad de Empirea hicieron que diversos grupos comerciales y de presión reclamasen más y más espacio para la actividad comercial a costa de la militar. En definitiva esto causó que la flota fuese trasladada a otros puertos con menos demanda de amarre, y hoy en día en Portus Novus solo hay una fracción de los navíos militares que podría albergar.

-Ciudad Nueva, es en realidad un anexo a Portus Novus, y se compone de una serie de elegantes avenidas y calles donde se ubican elegantes viviendas, edificios administrativos, las domus de exitosos comerciantes, diversos comercios de lujo o las oficinas de varias casas comerciales, un impresionante Foro Administrativo que incluye teatro, anfiteatro, baños públicos y algunos templos, junto con el senado municipal. La residencia del gobernador se encuentra situado en este barrio, y también una ceca de Empirea, situada en una masiva construcción fortificada que está custodiada día y noche por guardias armados hasta los dientes.

-Las Villas: aunque forman parte del municipio de Portus Novus, la zona conocida como “Las Villas” se encuentra fuera de la ciudad y se extiende a lo largo de la costa y hacia el interior durante varios kilómetros. Como su nombre indica, se trata de una sucesión de villas de campo y veraneo propiedad de ricos senadores o caballeros empireanos que residen en la Ciudad de Empirea y acuden a estas residencias en verano; sin embargo, algunas familias asentadas en Portus Novus si que residen en estos palacios durante todo el año.
El modesto hipódromo de Portus Novus se encuentra situado en esta zona, relativamente cerca de las puertas de la ciudad pero fuera de ella. En verano es común que en él se celebren populares carreras de carros, y también es común que alrededor de dicho hipódromo los seguidores de los distintos equipos de aurigas acaben a golpes entre ellos.

Como se ha indicado, el núcleo urbano es un tanto caótico para la norma Empireana, tanto debido a que se trata de varios núcleos de población unidos ad hoc como por cuestiones del terreno. Dado que la ciudad se construyó en terreno pantanoso y que ha sido desecado recientemente, existen numerosos canales a lo largo de la ciudad, y muchos de ellos son navegables y son utilizados para mover mercancía de un lado a otro, incluido un enorme canal que une el Puerto Nuevo con el Puerto Antiguo y que es utilizado para trasladar el grano desde los buques de gran calado que arriban al Puerto Nuevo hasta las gabarras fluviales que esperan en el Puerto Antiguo. Muchos almacenes, casas comerciales e incluso residencias privadas tienen muelles o entradas directas a estos canales.

Naturalmente la presencia de todos estos canales, de las salinas y de los cercanos pantanos hacen de Portus Novus una ciudad bastante húmeda y proclive a las brumas y neblinas, y esto unido a que sus calles suelen ser estrechas hacen de ella una ciudad sombría y oscura por la noche. Pese a sus nieblas y humedades, la ciudad es sin embargo más fresca que la cercana ciudad de Empirea, debido principalmente a las brisas marinas. Muchos nobles y gentes pudientes de la Ciudad de Empirea huyen de la capital para veranear en las villas marinas situadas al Este de Portus Novus, acudiendo a los mercados y teatros de la ciudad las noches de espectáculo.

Como es de esperar, Portus Novus es una ciudad muy comercial donde arriban buques comerciales del mundo entero. Pese a que en general los Empireanos desprecian a los extranjeros y no se portan de forma muy educada con ellos, saben perfectamente los beneficios que trae tanto comercio, de modo que intentan ser todo lo agradables que puedan llegar a o fingir ser. De ese modo, además de los numerosos esclavos extranjeros que hay trabajando por la ciudad y de las múltiples nacionalidades que forman el Imperio Empireano y que están presentes en el puerto, se aprecian gentes procedentes de los cuatro rincones del Mar Interior de de tierras aún más lejanas, tanto al Oeste como al Este del Mar Interior. La mayor parte de esta gente son marineros de los barcos que arriban al puerto, o comerciantes que vienen a comprar o vender mercancías, pero también hay viajeros de paso, mercenarios en busca de algún trabajo o en tránsito de un servicio a otro, aventureros ocupados en sus propios asuntos, y gentes aún más atípicas. De este modo, la lengua comercial – o lengua común – es en la práctica la más utilizada entre comerciantes, tenderos y taberneros, incluso por encima de la lengua Empireana.

La burocracia Empireana mantiene un férreo control sobre las entradas y salidas del puerto y el país, y todo aquél que desembarque o embarque en Portus Novus queda debidamente registrado en los libros del Praetor Peregrinus, si bien se sabe que con los adecuados sobornos un nombre puede quedar mal registrado o perderse la ficha correspondiente… No por nada Portus Novus tiene la fama de ser la ciudad más corrupta de Empirea.
Esta es una fama totalmente inmerecida: la propia Ciudad de Empirea o la brutal ciudad esclavista de Portus Frumentaria son mucho más corruptas; pero en cualquier caso la corrupción campa a sus anchas por Portus Novus, y todo tipo de sobornos, exacciones, contrabandos y negocios turbios e ilegales se llevan a cabo en sus calles y edificios, comenzando por el palacio del gobernador. Poco se puede esperar en materia de honradez de un gobernador que es en realidad un pretor elegido en Empirea y que suele utilizar su puesto para ganar rédito político en el Senado y para llenarse las bolsas todo lo posible con miras a su futura elección a Cónsul. El puesto de Pretor designado al control del puerto de Portus Novus y la importación de grano es tan lucrativo que suele ser el tercer o cuarto pretor en número de votos el que elige o bien Portus Novus o bien Portus Frumentaria, según el gusto del Pretor y que prefiera estar cerca de casa y ganar grandes cantidades de Denarios, o estar destinado lejos de Empirea y ganar inmensas cantidades de Denarios además de ser un tirano con potestad para hacer virtualmente de todo mientras mantenga el suministro de grano a Empirea. Únicamente los increíblemente prestigiosos (y potencialmente igual de lucrativos) puestos de Pretor Urbano de Empirea y Pretor Peregrino del Imperio suelen ser mejor vistos por los ambiciosos políticos empireanos.

Además de la corrupción administrativa, hay otros males que aquejan a este puerto. Ciertas partes de la ciudad son directamente peligrosas, ya que, imitando a la cercana Ciudad de Empirea (de la cual Portus Novus no es si no una extensión en realidad), varias bandas callejeras se disputan diversas zonas de la ciudad en cruentas guerras territoriales, y aterrorizan a los comercios y ciudadanos con sus robos y extorsiones. Las peleas y ajustes de cuentas entre distintas bandas de contrabandistas también llenan de sangre las calles y los canales de la ciudad, y por si no fuera poco, durante los grandes juegos de verano de las carreras de carros, las luchas entre los hinchas de los distintos equipos pueden llegar a convertirse en auténticos motines.

Además del azote de las bandas callejeras, los ciudadanos y visitantes a Portus Novus se enfrentan a un peligro aún mayor: el Pretor suele recurrir a los servicios de compañías privadas de seguridad conocidas como “Publicanii” para recolectar los impuestos debidos por embarques y mercancias y hacer cumplir sus edictos (lo que le resulta mucho más fácil que tener que explicar en el senado el porqué tiene que recurrir a las tropas regulares). Estos Publicanii suelen ser gentes rapaces y brutales, poco más que bandidos, y además de cobrar los impuestos que consideran adecuados de forma más o menos violenta, también suelen andar a la busca de recompensas por prófugos o gente buscada por las autoridades (o por nobles influyentes); para ganarse un dinerillo extra realizan “reclutamientos” forzosos para tal o cual barco al cual le falta tripulación (el despertarse con un golpe en la cabeza y enrolado en el carguero X con destino a un lejano país no es nada inusual en Portus Novus), y en general se dedican a aterrorizar a los visitantes y a la población en nombre del Pretor Portuario. La mas notoria de estas organizaciones es la Casa Publicanii de Titus, Balbus y asociados (más conocidos como los “Coercitor”), que cuenta con un pequeño ejército privado y campa a sus anchas por Portus Novus.

La guardia de la ciudad contempla impotente las acciones de estos extorsionadores, por cuanto que esta depende del concejo municipal, que carece de cualquier poder en relación con el puerto y las tasas portuarias y de importación. Aunque es igual de corrupta y venal que cualquier guarida urbana Empireana, los custodes de Portus Novus odian fervorosamente a los Publicanii, y si pueden harán lo posible por sabotearles o entorpecer sus movimientos, y las peleas entre Publicanii y Custodes son habituales.
Por lo demás, la guardia tiene instrucciones de ser bastante permisivos con los visitantes a la ciudad y sus juergas, siempre y cuando gasten grandes cantidades de plata y no causen destrozos excesivos. En los casos en los que se procede a un arresto, algunas monedas suelen bastar para que el infractor únicamente pase la noche en los calabozos y sea puesto en libertad a la mañana siguiente, sin necesidad de tener que molestar al magistrado innecesariamente…


Los Custodes de Portus Novus son comprensivos con las juergas de marineros y visitantes, siempre y cuando gasten su plata en los negocios locales. 
Si la juerga se desmadra, unas pocas monedas tras una noche en los calabozos bastan para conseguir la libertad.


Portus Novus es, en resumen, un espejo del poderoso imperio de Empirea. Reluciente y glorioso a primera vista, pero podrido y lleno de miserias bajo la superficie. Dado que es “el puerto de Empirea” es el lugar de entrada y salida natural de todo aquel que quiera viajar a o desde Empirea. También es una ciudad llena de oportunidades para aquellos con la habilidad (o el acero) suficiente para sobrevivir a sus múltiples peligros.


lunes, 6 de abril de 2015

Una misiva reveladora


Los avezados héroes del Ejercito Mercenario de Anhuratis de Arish, al servicio de su divinidad Faraon, encuentran tras la batalla de la Torre Roja una misteriosa pero reveladora misiva en una de las tiendas del campamento de los Cultistas de las Manos Rojas:


Salve D.A.

Confío en que tu padre, el venerable Decimus Major se encuentre mejor de esas fiebres invernales que le aquejaron. Fue un valiente soldado y se merece un buen retiro. ¿Te he contado que sirvió a las órdenes de mi abuelo en una campaña en los Montes de Samnos?  
Mi abuelo me habló de esa difícil guerra, con nieve hasta las rodillas, perdidos en ese infernal laberinto de valles y colinas, y con los malditos samnitas cazándolos como a bestias, surgiendo de entre las rocas y los bosques y asesinando a los soldados con total impunidad para luego desaparecer como fantasmas. Pero siempre dijo que tu padre mantuvo la compostura y la sangre fría, y por eso le propuso para que el senado le concediese la Corona Graminea, pero lamentablemente se tuvo que conformar con una Mentio Tripartita… El senado nunca ha sido pródigo con los auténticos héroes si no pertenecían a la clase senatorial...

Bueno, basta de divagaciones. Por tu larga tradición familiar se que eres un valiente soldado y que si te encuentras entre esa escoria de la XIII Legion Rapax es por motivos puramente circunstanciales. Así pues, como comentó mi agente, te prometo que si llevas a cabo bien la misión que te encomiendo no solo lograrás la promoción que buscas desde hace tanto tiempo, si no que te reinstauraré en tu honor y lograré que se te levante la sanción de servir en la XIII.
Pero por el momento, servir con esos carniceros de la XIII te será útil. He arreglado que tu y tu unidad seaís enviados a una larga misión de reconocimiento por los montes Taurianos, pero en realidad embarcareis en el pequeño puerto de Ligáis. He contratado un navío que te llevará a ti y a tu centuria a las lejanas tierras de Kadesh. El capitán y la tripulación son unos contrabandistas helénicos de lo mas bajo, y no saben a quien llevan, pero si donde llevaros. Cuando lleguéis a vuestro destino encargaros de que no puedan contar historias indiscretas, ya me entiendes. Otros contrabandistas con menos información comprometedora ya os irán pasando el material a través de algunos agentes que tengo en las ciudades y puertos de la zona, pero recuerda, si descubriesen algo no dudes en eliminarlos igualmente. No pueden quedar cabos sueltos: mis enemigos en el senado me crucificarían si se descubriesen estos proyectos.

Bien, en cuanto a tu misión, es bien sencilla. Mis agentes han oído acerca de un nuevo movimiento popular o religioso que clama por la independencia de esa zona de Kadesh de los Nilienses, su supremacía en la región y por limpiar de "herejes" las tierras sagradas y todas esas tonterías. 
Bueno, eso no es nada nuevo en esas tierras bárbaras, pero a mi me da una oportunidad, Decimus. Si se desestabiliza la zona lo suficiente y los Kadeshitas vuelven a las andadas de robar a mercaderes, al pirateo descontrolado y quemas masivas de extranjeros en la plaza del pueblo, nadie podrá oponerse a una misión de “pacificación” en esa región; y si logramos establecer a un rey cliente allí, las puertas a Nilia estarán abiertas. Podremos hacer una campaña por Nilia con poca excusa, o aceptar los sobornos millonarios que esos estirados decadentes nos pagarán para evitar nuestra furia.

Necesito que tu y tus corta-cuellos sirvaís de asesores a esa chusma de cabreros y bandidos para que puedan tomar las ciudades de la costa. Que maten y saqueen lo que quieran. Cuanta mas sangre mejor.
Necesito que el año que viene ya estén asolando la región costera y asesinando mercaderes, ya que para entonces confío que seré pretor y estaré en posición de garantizarme la pro-pretoria en ultramar y la sacrificada misión de cazar piratas.
De desarrollarse los planes correctamente, mi fortuna estará garantizada y mi camino hacia el consulado también. Puedes tener por seguro que no me olvidaré de los que me ayudaron, y que no solo se te devolverá tu honor y posición, si no que tu familia será rica, respetada y tú mismo podrás optar a entrar en el Senado como cliente mio.

No me falles y no te arrepentiras.


Firma A.M.A. (y un sello con un lobo con una espada en la boca)





viernes, 3 de abril de 2015

Un acto de Piratería más…


Anochecía en la cala, y el suave murmullo de las olas sobre la arena y las rocas y el graznido de las gaviotas que volvían a sus nidos, situados en los cortados que dominaban la playa, lograban enmascarar los menos usuales sonidos causados por las maromas de esparto, los crujidos de la madera asentándose sobre la arena y las pisadas de varias personas que, gruñendo, se afanaban en descargar sobre la playa voluminosas cajas procedentes de la sentina de un varado navio.

La cala era una de tantas que jalonaban el este de Kadesh. Situada en una costa quebrada, llena de peñascos, islotes y bahías, no era nada fuera de lo común. Poseía una buena playa de arena en donde se podía varar fácilmente un buque de poco calado, y sendos acantilados lo jalonaban al norte y sur, convirtiéndola en un buen puerto natural aunque de reducido tamaño e incapaz de albergar nada más grande que un mercante de tamaño medio o un par de galeras ligeras. Unas pequeñas cuevas naturales en el risco norte ofrecían un adecuado refugio o podían servir de almacen temporal, y una pendiente suave, cubierta de matorrales pero transitable para mulos, daba acceso a las tierras del interior y a la denominado “Camino de los Reyes: la gran carretera paralela a la costa que recorría el litoral de Kadesh desde la frontera con Nihilia hasta los estados de Ur-Kadesh, muy hacia el oeste, y que innumerables ejércitos habían recorrido en un sentido u otro a lo largo de los siglos. El lugar hubiese sido apropiado para albergar una pequeña comunidad de pescadores, pero no disponía de una fuente de agua cercana, de modo que permanecía deshabitada y olvidada… olvidada para todos excepto para los contrabandistas, los cuales encontraban su remota localización, su puerto, sus cuevas y el sendero natural idóneos para sus actividades.
De ese modo, las gaviotas contemplaban irritadas más que sorprendidas la presencia de una Kyrenia, un panzudo navío mercante helénico, que había arribado en pleno ocaso y al cual habían salido a recibir varias docenas de individuos y mulas que se habían ocultado en las cuevas a lo largo de todo un día. Ambas partes se habían saludado con el acostumbrado intercambio de contraseñas, y tras ello los marineros habían comenzado a descargar las cajas del barco, mientras sus clientes las cargaban en las mulas. Todo se realizaba eficiente y silenciosamente, lo que demostraba que ninguno de los participantes era precisamente nuevo en esas lides.

Cuatro figuras se paseaban entre las cajas, comprobando que estuviesen en buen estado y que los números, escritos en tiza y en código, se correspondiesen con los anotados en una tablilla de cera que portaban. De los cuatro individuos, uno de ellos era un típico kadeshita ghazari, de piel cetrina, constitución férrea y prominentes barbas rizadas. Iba ataviado con una sobrecargada túnica multicolor que le cubría desde los hombros hasta los tobillos. De los otros presentes, dos figuras eran mucho más estilizadas, y una de ellas era aún más alta que el masivo ghazari. Ambas estaban enlutadas con ligeras capas pardas, que les cubrían por completo, si bien un ligero tintineo metálico desvelaba que estaban armadas y portaban algún tipo de armadura.  El último individuo era un sujeto enorme y aparentemente torpe, que sacaba una cabeza al más alto de los enlutados e iba siempre detrás del alto enlutado, observando sus movimientos. Al igual que ellos iba cubierto por una enorme capa parda, pero de un tejido más basto.
Conversaban entre ellas en susurros, en un idioma que no parecía Ghazari, pero guardaron silencio cuando el capitán del navío se acerco a ellos, con el clásico paso bamboleante de quien lleva mucho tiempo en el mar y no está acostumbrado a andar por tierra firme.

-Y bien, Asgur ¿está todo correcto? – preguntó el panzudo capitán, dirigiéndose al ghazari con el nombre por el cual le conocía y que no era ni remotamente parecido al que le habían otorgado sus progenitores.

-Estamos comprobando que todo esté en orden y que no falte nada

-Mis muchachos se impacientan. Nos gustaría salir mientras la marea esta aun alta y estar lejos de la costa antes del amanecer. Últimamente hay muchas galeras de guerra patrullando estas aguas, tanto de vuestros principados como de los Nilienses. No se qué os traéis entre manos por aquí, pero a los honrados comerciantes nos hacéis la vida difícil – bromeó el helénico.

El ghazari se tensó durante un momento, y luego sonrió plácidamente, con una mueca que no engañaba a nadie y bajo la cual se atisbaba una implícita amenaza.

-Acabaremos muy pronto, amigo. No hay nada de qué preocuparse. En cuanto a los problemas locales, no nos atañen para nada. Aquí estamos entre honrados comerciantes, y las intrigas y conflictos que azotan estas tierras no nos atañen para nada ¿no?

-Exacto, exacto. Por eso quiero partir cuanto antes, con la plata prometida… - contestó el panzudo marinero. Se le veía nervioso, y la figura alta y enlutada se le quedo mirando, pensativa.

El grupo continuó revisando las cajas, acompañados por un capitán que aumentaba visiblemente su nerviosismo. Finalmente encontraron el porqué de tantos nervios.

-Esta caja se ha abierto – manifestó Asgur, mirando acusador al helénico.

El contrabandista sudaba profusamente.

Fue un accidente! Durante una tormenta se rompió un amarre y la caja se cayó y se abrió. ¡Pero no se ha roto nada!

La figura alta y estilizada se arrodilló junto a la caja y la abrió. Dentro había unos masivos cilindros de bronce, con agujeros a intervalos regulares y grandes agujeros en los extremos. Los cilindros mostraban profusas decoraciones y gravados, así como talladuras de letras.
El enlutado maldijo entre dientes en un idioma que, desde luego no era ninguna variante del Kadeshita.

-Malditos idiotas

Se levantó y se encaró con el mercader, observándolo detenidamente con penetrantes ojos grises, escrutándolo.

-Dígame, capitán Eclamostes ¿Sabe qué es esto? – pregunto en un correcto Helénico. Su voz era profunda, y su acento más seco y directo que los agudos tonos cantarines de los Kadeshitas.
El contrabandista empalideció aún más, quedándose blanco como la cera. Había viajado por todo el mundo y bien conocía él ese acento.

-Ja…Jamas había visto nada igual- mintió el grueso capitán, tartamudeando, intentando salvar la vida, pero aunque se preciaba de poder engañar al más hábil de los aduaneros, aparentemente no logró confundir a su interlocutor. El conocía bien la función de esos rodillos, puesto que había viajado mucho, visitado muchos puertos y servido en muchos barcos, y el nerviosismo de saber de esos armatostes dio al traste con su sangre fría, dejando la mentira al descubierto. Vio la muerte en los ojos del alto sujeto, y se giró para intentar huir.
El alto individuo extrajo una ancha espada corta de su capa y con una rapidez inusitada la hundió dos veces en el costado del capitán. Este se derrumbó gritando y vomitando sangre, e intentó arrastrarse hacia su navío y sus hombres, pero el alto sujeto lo agarró firmemente de un hombro y hundió por tercera y definitiva vez su espada en la nuca del desdichado marino, acabando con su agonía al instante.

-Matadlos a todos – ordenó a sus acompañantes.

Los cargadores y arrieros kadeshitas sacaron de sus túnicas dagas, palos y hasta espadas cortas y cayeron sobre los marineros helénicos como lobos. Sin embargo, aunque ampliamente superados en número, los helénicos eran experimentados marinos del Mar Interior, avezados en todos sus peligros y hartos de combatir por sus vidas contra piratas, contrabandistas rivales y clientes insatisfechos. Sacaron a su vez una variopinta colección de armas y defendieron desesperados sus vidas mientras intentaban llegar a su barco y desencallarlo.

-Hay que acabar con este ruido, maldita sea. Si pasa una patrulla por aquí cerca  lo oirá, y entonces estaremos perdidos… – gruñó Asgur

El alto enlutado se llevo un silbato a los labios y emitió un sonoro pitido.
Obedeciendo la orden, ocho figuras igualmente encapuchadas salieron a la carrera de las cuevas. Blandían espadas cortas y escudos, y algunos llevaban lanzas. Atacaron a los helénicos sin piedad alguna. Trabajaban por parejas, con una coordinación era perfecta; mientras el primer guerrero atacaba frontalmente al desdichado marinero, el segundo le embestía por el costado, desequilibrándole y clavándole con saña la letal espada. Otros lanzaban sus venablos con mortal precisión sobre los marineros que estaban sobre el barco. En breves instantes, la lucha había acabado y todos los contrabandistas estaban muertos o mortalmente heridos. Los encapuchados se paseaban entre los cadáveres, rematando a los heridos fría y eficientemente.

Asgur se acercó a los tres enlutados, que contemplaban impertérritos la masacre.

-El Señor Rojo siempre se deleita con la sangre de infieles, pero ¿era realmente necesario esto? Nos costará encontrar a otro contrabandista tan eficiente como el finado Eclamostes y sus hombres

-No los he matado en honor del Señor Rojo, Asgur. El capitán Eclamostes había descubierto qué era exactamente lo que había en la carga, y peor aún, su lugar de procedencia. No podíamos dejar que se fuese de la lengua – contestó el alto enlutado en un ghazari bastante fluido.

-¿Cómo lo descubrió? – preguntó el otro enlutado en un ghazari macarrónico pero funcional.

-Esos burócratas imbéciles enviaron piezas estándar, con las marcas del artesano y todo. Y además, el cretino de Eclamostes parecía saber exactamente la función de las piezas. Puede que las viese en acción en algún sitio, a saber. Una desafortunada cadena de circunstancias… tanto para él como para nosotros. Ahora tendremos que buscar otros mensajeros de confianza.

-No será fácil, si se corre la voz de su final los demás contrabandistas se figurarán que fuimos nosotros, los clientes, quienes acabamos con él y no querrán saber nada de ningún contrato con nosotros.

-Quememos el barco – propuso Asgur – eso borrará todas las pruebas.

-Ni hablar, Asgur. La luz de un incendio como ese se verá desde millas a la redonda y atraería atención sobre esta cala, que está llena de huellas bastante esclarecedoras. No. Lo que haremos será cargar todos los cadáveres sobre el barco, desencallarlo y conducirlo fuera de la cala. Luego quedará a la deriva. Si choca contra los acantilados y se hunde estupendo, y si por desgracia no es así y lo encuentran aún a flote pensarán que se trata de un acto de piratería más

-Excelente idea, mi señor. Daré orden a mis hermanos de proceder como ordenaís – manifestó satisfecho el ghazari mientras se marchaba a organizarlo todo.

Los encapuchados guerreros se reunieron en silencio alrededor de sus lideres, limpiando cuidadosamente sus armas con trapos aceitosos.

-Bien hecho, muchachos. Habéis salvado una dura situación. Estos memos kadeshitas iban a dejar que los contrabandistas huyesen en el barco, y entonces se habría descubierto todo. Esta misión es fundamental y no hemos de fallar bajo ninguna circunstancia.

El segundo enlutado saludó marcialmente a su líder.


-No se preocupe, señor. Cumpliremos nuestra misión. Convertiremos a estos cabreros fanáticos en una auténtica amenaza, y esta tierra estará bañada en sangre cuando llegue la primavera, tal y como nos ordenaron


El Kyrenia del capitán