viernes, 2 de diciembre de 2022

OSCUROS TRATOS

Un pequeño claro en un bosque, con una gran roca en el centro,está atardeciendo, un hermoso fuego arde, alrededor un buen puñado de figuras cocinan algo, cuentan historias y ríen. Una enrome figura está de pie junto al fuego, es femenina, imponente, su potente voz hace callar a todo el grupo:

- ¡Silencio!-

Un tipo gordo con la boca llena, y un muslo de pollo en una mano responde:

- ¿Qué ocurre jefa? ¿Tenemoz vicitaz?-

- Me ha parecido escuchar algo, y espero a alguien.-

Nada más pronunciar esas palabras todos los hombres salvo ella caen dormidos, ella echa mano a sus armas, pero una suave voz surge del bosque que la rodea, dos pequeñas figuras encapuchadas surgen de la espesura, con suaves movimientos se acercan a ella.

- Vamos, vamos, eso no será necesario…Tuka.-

La voz es suave, pero las palabras aunque respetuosas, se pronuncian como si estuvieran escupiendo a una rata.

La enorme mujer empalidece ligeramente, pero saca sus armas igualmente.

- ¿Qué sucia magia habéis lanzado sobre mis hombres? Y más importante ¿habéis traído el oro?-

Las dos figuras encapuchadas hablan a la vez, una comienza una frase, la otra la termina:

- Querida, te hicimos un encargo muy sencillo, sólo tenías que asaltar con tu pequeño grupo de ratas un infecto pueblo perdido, y eliminar a un herrero y su…hija…-

- Y eso hicimos, aquí el gordo atravesó al herrero como a un jabalí, cuando protegía a la chiquilla, que al estar detrás también murió de la estocada…-

El gordo está paralizado sudando, en posición de morder el muslo.

- Sois taaaaannn estúpidos, que hasta nos dais pena, ¿comprobasteis que ambos estaban muertos? ¿O los disteis por muertos mientras saqueabais el pueblo?-

- Están muertos y vosotros me debéis una gran suma por el encargo y…-

La enorme mujer cae de rodillas, se ha llevado las manos a la garganta, no puede respirar, unas terrorificas manos fantasmales le aprientan la garganta sin piedad. Una de las figuras la está señalando con una fina mano enguantada, la otra se le acerca y le habla.

- Mira híbrido aborrecible, encima de asquerosa sangre verde, nos repugnas, pero necesitamos a alguien como tu para este encargo. Y nos fallaste, acabasteis con el herrero, pero no con la chica, sabemos que escapó, y sabemos que os busca maldita estúpida, si os encunentra eso podría llevarla a nosotros, y eso nos desagrada profundamente, ¿verdad hermano?-

- Así es.- al tiempo hace un ligero gesto y las manos siguen apretando el pescuezo de la mujer que lucha por quitárselas, y por respirar.

- Así que escucha atentamente, hermano por favor si jadea no puede escuchar.-

- Ah si.- Otro gesto, y la mujer toma una gran bocanada de aire al verse libre del hechizo, tose y mira a las figuras con miedo.

- Acaba el trabajo Tuka, somos generosos y os daremos una nueva oportunidad, buscad a la chica y eliminadla, la queremos muerta y bajo tierra ¿me explico con claridad?-

- Si.-

- Bien, hermano déjale algo por las molestias.-

Una de las figuras lanza una bolsa al suelo que tintinea, como si lanzara un hueso a un perro enfermo para que no se le acerque.

- Ahí tienes oro, para ti y tus hombres, si acabais el encargo os daremos, tres veces más, pero recuerda que ‘tocamos el arte’ y tenemos medios para enterarnos de lo que ocurre, sabremos si has terminado el trabajo o no.-

El otro encapuchado habla con voz similar, por no decir idéntica:

- Y si no lo acabáis volveremos, y procuraremos que no podáis hablar con nadie de éste asunto, ¿queda claro?- Mientras lo dice acaricia suavemente el cuello del gordo con una afilada daga.

- Queda claro, acabaremos con la niña, no os preocupéis, y procurad tener el oro, si intentáis engañarme…-

- Somos gentes de palabra, pagaremos, procura no fallarnos.-

Las dos figuras desaparecen en la espesura como aparecieron, sin hacer un solo ruido. Los hombres despiertan como si nada, siguen con sus historias y risas, salvo el gordo, que mira a su jefa aterrorizado.

- ¿Quién, …quiénez…?-

- Cálla Mel, y cuenta el oro de esa bolsa, no te preocupes, parece que no terminamos el ‘encargo’, pero han prometido soltar mucho más oro cuando acabemos…-

- Lo oía y veía todo Tuka, pero algo no dejaba moverme.-

- Son hechiceros o manejan magia de alguna forma.-

La enorme mujer escupe en el suelo. Y se sube a un caballo:

- ¡Bueno escoria! Ya habéis descansado, comido y reído, ¡Montad! ¡Tenemos un encargo, y nos van a pagar un montón de oro!, ¿venís?-

- ¡Hurra!-

Todas las figuras del claro, apagan el fuego, y montan sus caballos, salen al galope por un estrecho sendero, es plena noche, porque confían en su jefa, siempre les ha traído suerte y oro, mucho oro…