jueves, 26 de diciembre de 2013

Bajo el sol abrasador...

Estaba en un barco que navegaba. Los crujidos de la madera invadían sin parar el ruido de fondo de las olas rompiendo contra el casco del barco. Eran una constante junto con los gemidos de los cachorros. El salitre que llevaba el viento era ya casi imperceptible para su sedienta boca de labios cuarteados. Parecía que su vida se redujera a eso: sed, vaivén, sol...

Otra mañana bajo el sol abrasador. Casi prefería que hubiera aparecido una fuerte tormenta como las que les azotaron la semana pasada. Casi.... Demasiado olor a vómito para su sensible nariz y demasiado dolor en las manos por agarrarse fuertemente a los barrotes.

La jaula era algo que no soportaba. Estar encerrado sin poder estirar las piernas con comodidad era un suplicio. Uno de los cachorros que estaban con él se le acercó y se subió a su regazo buscando consuelo. Distraídamente le acarició la cabeza susurrando palabras tranquilizadoras. Los pequeños estaban demasiado mareados como para pensar en estar asustados. Casi era mejor así. Que no pensaran en nada más que en el mareo. Ya estaba él para pensar por todos.

Como siempre a esta hora, se acercó "Casimanco" con la comida. No sabía su nombre, pero ese apelativo le venía que ni pintado. Una leve sonrisa le apareció en su cara mientras se relamía recordando. Si se concentraba aún notaba el regusto de su sangre en la boca. Habían merecido la pena la paliza y esos dos días de ayuno, ya que desde el incidente le mostraba más respeto. Bueno, en verdad más bien miedo, pero era un alivio no ver en su cara esa mirada de suficiencia que hasta entonces había ostentado.

- A ver perros, aquí tenéis los cuencos.- gritó "Casimanco" al pasar por entre las jaulas.

Aún llevaba un tosco vendaje en su mano derecha. ¡Qué pena que no se hubiera acercado más!. Un pequeño error de cálculo por su parte. Si no hubiera tenido dormidas las piernas seguro que le habría arrancado algo más que un par de dedos. Un poco más arriba, y entonces seguro que ni ese sacerdote calvo habría podido hacer nada por él.

Mmmm que asco de comida. Siempre lo mismo, gachas con trozos secos de carne. Ahhhh carne. Cómo deseaba saborear de nuevo la carne fresca. El maravilloso olor de la presa indefensa, desgarrar su piel con los dientes, sentir por un instante que no hay nada más a tu alrededor salvo tu hermanos de caza.

"Ya estas desvariando viejo. Vuelve al presente, no pierdas el control de la situación. Siempre alerta. Tu gente te necesita. Más ahora que estaban próximos a su destino."

Hmmm cómo odiaba estar encerrado. Pasear por el pueblo, eso es justamente lo que querría estar haciendo. Bajo la sombra de sus árboles. Sombra si. Pasear por los tenderetes en día de mercado. Cómo le gustaba hacer eso a su pequeña, siempre dando saltos de un sitio a otro.

Su pequeña. ¿Qué será de ella? ¿Qué le habrá pasado? Seguro que se ocultó bien ya que no esta entre ellos. Seguro. No soportaría otra verdad.

"Ella tiene que estar bien, seguro."

Se pasó la mano por la frente para quitarse los mechones que se le pegaban a ella por culpa del sudor y meterlos detrás de sus afiladas orejas. Mejor no pensar en eso. Mejor centrarse en lo que haría cuándo llegaran a tierra. Con cuáles de los suyos podría contar, y con cuántos acabarían antes del fin. No permitiría que los vendiesen como animales de circo o como mascota de algún mago sin escrúpulos. Eso nunca.

Al ponerse el sol, el calor se atenuó y los pequeños y el resto de su familia empezaron a moverse inquietos y a salir de su letargo.

Como siempre, a la caída de la noche, la corpulenta figura de pelo hirsuto se postró mirando al cielo y emitió una oración en voz queda.

-Señora, que vuestro brillo guíe a mi pequeña, que viva una larga vida y que no sufra penalidades.

Y como siempre, en estas noches en que su señora les sonreía plena desde arriba, mientras permitía que sus pensamientos racionales se desvanecieran, se unió al lamento de sus hermanos, de su manada.

-Auuuuuuuuuuuuuuuuuuu

Cómo odiaba estar enjaulado. Otra noche más en la que los del barco vivirían.







martes, 24 de diciembre de 2013

MIENTRAS LOS HÉROES VAGABAN POR AGLAROND

Una pequeña pero elegante biblioteca, hay una gran chimenea encendida, delante en un cómodo sillón un anciano lee un enorme tomo. De pronto en un lateral de la estancia brillan unas ligeras luces, y se forma un brillante disco ovalado, del que surge una figura esqueletal ataviada con elegantísimas ropas, aunque parecen muy antiguas, porta una antiquísima corona, parece un rey de tiempos remotos salido de su mausoleo. El anciano no levanta la vista del enorme libro, pero habla:

- Vaya, vaya, pero si es Lord Volkemort en persona. ¿A qué debo este inesperado placer Milord?-

El tono parece algo irónico, especialmente al pronunciar la palabra 'Lord'. Una voz fría, cadavérica resuena por la pequeña biblioteca:

- Aaanciaaanooo, hacía mucho tiempo que no teníamos una entrevista, veréis he pasado algunos apuros, pero ya estoy algo mejor. He encontrado lo que tanto tiempo lleváis buscando, y por lo que prometisteis un buen intercambio.-

- Mmm, veamos, ¿qué has encontrado exactamente?-

- He encontrado un lugar donde hay inscritas unas antiguas runas, exactamente iguales que las que me mostrasteis en ese antiguo brazalete vuestro.-

El anciano cierra el libro, y se levanta despacio, el interés brilla en sus ojos.

- ¿Habláis en serio Milord? Me interesa mucho esta información.-

- Looooo, suponía Milord, pero ahora lo que yo quiero saber es si tenéis lo que os pedí a cambio de esta pequeña investigación.-

- Puede que lo tenga, si la información es adecuada.-

La figura cadavérica se acerca al anciano, sin hacer a penas ruido, y deposita un fajo de pergaminos en una pequeña mesa cercana a la chimenea.

- Echad un vistazo, os aseguro que es bueno lo que he conseguido, encontré las dichosas runas que no he conseguido descifrar, en un gran bosque al sur de la ciudad que ahora llaman de los esplendores. Parecían trazar un camino a un enorme árbol en ese bosque, pero estaba fuertemente protegido por un grupo numeroso de druidas, lo que dificultaba mi labor sin un enfrentamiento, así que no puede investigar el árbol con la atención adecuada. Además al norte de ese bosque hay una orden de estúpidos caballeros que se dedican a patrullar la zona y proteger al populacho, afortunadamente estaban muy ocupados con una incursión de Gigantes, y no notaron mi presencia en ningún momento. Tenéis todos los detalles de mi estudio en esos pergaminos. Creo que mi parte es más que suficiente, ahora si no queréis que me irrite, será mejor que cumpláis la vuestra.-

Una potentísima luz parece surgir del anciano, la figura esqueletal retrocede rápidamente, baja sus huesudas manos, y aunque parece imposible surge miedo de sus dos pupilas incandescentes. La voz del anciano se transforma, parece una música grave, amable, pero al mismo tiempo autoritaria.

- Lord Volkemort, no olvidéis la cortesía en ningún momento en mi presencia, detesto a las personas mal educadas, y detesto las amenazas. No os tengo miedo, ni os lo tendré nunca, ¿Queda claro?.-

La figura esqueletal se incorpora lentamente, pues había caído de rodillas, por el fuerte impacto de luz.

- Disculpad Milord, no pretendía ofenderos ni amenazaros, simplemente es que llevo demasiado tiempo separado de mi más preciada pertenencia y creo que si consigo lo que me prometisteis, podría recuperarla, disculpad mis modales, son fruto de la ansiedad.-

El anciano retoma su tono suave y amable, la luz se apaga.

- Bien, bien, no pasa nada Milord, es comprensible.-

El anciano se acerca a una pequeña estantería, rebusca entre varios tomos, y tras un ligero brillo aparece en sus manos un gran tomo, con multitud de inscripciones y runas.

- Aquí está Lord Volkemort, la antigua sabiduría Zentarim que tanto codiciáis. Es vuestro, pero os advierto, si la información que me habéis dado no es la que busco, estaréis en deuda conmigo.-

- Siiii, Milord, por supuesto, pero os aseguro que la información es la que necesitáis, he dedicado mucho tiempo a una adecuada investigación.-

El anciano tiende el enorme tomo a la tenebrosa figura que lo toma con avidez.

- Ahora si no os importa, os pediré que dejéis la biblioteca, antes de que algún estúpido entre y os vea, dando la voz de alarma.-

- Por supuesto Milord, ha sido un verdadero placer hacer negocios con vos.-

La alta figura esqueletal hace unos rápidos gestos, un nuevo disco ovalado se abre ante él, da un paso y desaparece en el óvalo. En su superdotado intelecto se forman varias ideas a la vez, pero una se impone a las demás:

- ¡Por fin, por fiiinnn, ja, ja, ja! Ese maldito elfo me devolverá lo que es mío, y una vez que mi esencia me pertenezca de nuevo, ya veremos que hago con él. Aunque he de reconocer que esas partidas de ajedrez me agradan, pero creo que me agradará más ver como estalla en mil pedazos.-

Mientras tanto en la biblioteca, el anciano ojea los pergaminos que quedaron en la pequeña mesa.


- Bien, bien, no tiene sentido, ¿cerca de la ciudad de los esplendores? El viejo, siempre tan listo, siempre tan noble, siempre tan justo. Maldito sea por la eternidad, pronto tomaré lo que siempre debió ser mío. Si esta aberración ha hecho su trabajo, puede que esta vez si, puede que esta vez encuentre a mi vieja amiga...-

domingo, 15 de diciembre de 2013

ESPERANDO A LOS AVENTUREROS

Un gran río, varias embarcaciones circulan en ambos sentidos, una algo mayor atraca en un puerto, los pasajeros bajan, entre ellos destaca un tipo atractivo, con un ligero amaneramiento, vestido con ropas de noble que necesitan serios arreglos. Varios jóvenes se encargan de su equipaje y su montura, porta una formidable espada. Un tipo gordo y grande se le acerca nada más poner un pie en tierra:

- Milogd, ¿es usted Logd Cunningham?-

El cansado viajero le mira con cierto desprecio y responde:

- Ese es mi nombre siervo, ¿qué quieres?-

El hombre gordo le entrega una carta lacrada y desaparece rápidamente.

Toma la carta, al mirar el lacre sus ojos se abren mucho, empalidece ligeramente y la abre con cierto nerviosismo, comienza a leer...

- Señor, me han recomendado la taberna de la Flor Roja...-

Lord Cunningham levanta la vista, mira a su siervo, está totalmente blanco.

-N...No, vamos al Arpa de Oro.-

- Pero Señor, es muy cara y nuestro monedero...-

La frase es cortada secamente, se oye un golpe, el muchacho cae al suelo.

- No vuelvas a discutir lo que digo jovencito, tengo una importante cita allí.-

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Unos suaves golpes en una puerta, una voz suave, encantadora surge tras la puerta:

- Pasa Archie.-

- "Maldito sea, ¿cómo puede saber que soy yo?"-

Archie entra en la habitación con cautela, se trata de un pequeño salón, elegante y acogedor. Una figura de espaldas mira a una chimenea, sostiene una copa y se gira lentamente, su voz es suave, agradable, imposible de ignorar:

- Sir Archivald Cunningham, por fin, me alegra mucho verte de nuevo. Tengo una buena suma de oro con tu nombre, si tu tienes lo mío.-

- Milord, veréis, surgieron varios problemas inesperados, aventureros descerebrados, la Iglesia de Anhur e incluso tres hermanos vuestros aunque más bajitos y de piel más pálida...-

La elegante figura avanza unos pasos, con un ligero tintineo metálico.

- ¿Hermanos míos dices? esa noticia es sumamente desagradable, bien imagino que todo esto son excusas para decirme que no traes mi encargo. Pero mi oferta sigue en pie.-

- Milord, estoy seguro que varios de esos aventureros pasarán por aquí, debido a quién les guía, creo que se dirigen al pequeño país de Lorindale. Conseguiré lo que me pedisteis, os lo juro.-

- No lo dudo Archie, el oro que te ofrezco restablecerá tu posición, y podrás vivir cómodamente el resto de tus días. ¿pero quiénes son esos aventureros? ¿Tienen lo que te pedí? Tampoco era un encargo tan difícil para alguien de tus habilidades, un viaje largo si, pero no demasiado complicado ¿no crees?-

- Si Milord, pero las cosas se complicaron. Se trata de un grupo de aventureros, entre ellos destacan dos Perras, nada de que preocuparos, una Norteña del este y una negra inmensa, creo que son ellas las que tienen vuestro tesoro Milord.-

La esbelta y elegante figura parece estudiar a Archie unos segundos, sus ojos brillan con fuerza en el poco iluminado salón, Archie tiembla ligeramente.

- Estupendo Lord Cunningham, debo partir, hay asuntos importantes pendientes al norte, te espero allí, y tu oro también te espera allí.-

- No tardaré mi Señor.-

Archie se retira con miedo en los ojos y sin dar la espalda a su interlocutor.

- Espera. Toma esto para imprevistos, así sabrás que no hablo en vano.-

Lanza una bolsa que Archie toma en el aire y se retira. Cierra la puerta con suavidad, pensando:

- 'Qué tipo más extraño, nunca había conocido un duende como este, no me fío, pero esta bolsa es pesada y yo tengo muchos gastos, prepararemos un recibimiento a esas perras y a quién las acompañe.'-

- ¡Gastón!-

- Mi Señor.-

- Pide una buena cena, habitación, cuida que no les falte de nada a nuestras monturas, entérate si hay alguna partida interesante con nobles a ser posible, en marcha, y para más tarde entérate cuál es el mejor burdel de la ciudad, quiero compañía esta noche. Pronto cambiará mi suerte querido y eso significa que también cambiará la tuya.-

- ¡Mi Señor, inmediatamente, si!-


El joven Gastón baja las escaleras de la elegante posada con una gran sonrisa en la cara.

domingo, 17 de noviembre de 2013

¡Alarma, alarma!

La estancia crepitaba con la sensación de poderosas hechicerías en acción. Más que una sensación era una invasión a todos los sentidos. Todos los presentes la notaban.


El Lord Hechicero sudaba, y apretaba los dientes con visible esfuerzo.



-El tercer ritual se ha completado. Las salvaguardas mágicas de la calavera han sido abiertas. Deberíamos ser capaces de proceder con el cuarto ritual en breve. Lady Margolia, en este caso necesitaremos vuestra supremacía sobre la parca y los canales que poseeis con el plano negativo.



La figura acorazada de la aludida hizo un ligero asentimiento y permaneció inmóvil y expectante; únicamente los orbes de fuego infernal que poseía como ojos mostraron emoción alguna: un súbito resplandor que podía denotar ansiedad o ira, y que apenas duró unos segundos.



-Posteriormente necesitaremos vuestros canales de comunicación con vuestra señora, Duque, con el objeto de establecer un vínculo con su alma. Estad preparado, esos canales tendrán que soportar una gran tensión.



El Duque sonrió con suficiencia, pero contestó con cierto fastidio, como si toda la situación le fuese increíblemente tediosa.



-No os preocupeis por eso, Lord Hechicero. No es la primera vez que hago algo parecido a esto, y en todo caso, mis canales con la Señora aguantarán esa tensión y mucha más. No será la primera alma que muevo entre mundos.



Súbitamente, la conversación se vio interrumpida por una pequeña figura que entró a una velocidad inusitada.



-¡Señorseñorseñor!losintrusoslosintrusos¡alarma! – gritaba el pequeño Quickling visiblemente alterado.



-¡Maldito seas, Celeris! ¿Cómo osas irrumpir en la sala de rituales de esta manera? ¿Es que no tienes modales? Yo soy un señor comprensivo, pero cualquiera de los miembros del consejo puede decidir tomar tu cabeza por el atrevimiento ¡Y no se si me molestaré en impedirselo, miserable gusano! – bramó iracundo el Duque.



El diminuto individuo cayó de rodillas, temblando.



-Perdonperdonperdonnoblesseñores. Nopretendiainterrumpirasusexcelencias… pero… traigoimportantesnoticias. Noticiasmuygravesyurgentes…



El Lord Observador interpeló al tembloroso sujeto



-Calma, pequeñajo. Indudablemente, si has irrumpido en el consejo de esa forma algo grave vendrás a comunicar ¿no es así? Exponlo de inmediato y nosotros juzgaremos…



Celeris miro de reojo al Duque, y al ver que este asentía de mala gana, se lanzó a explicar



-Losintrusosseñores,losintrusos…



-Si no le importa, nos gustaría entender lo que dice sin que nos salten los tímpanos, señor correo – manifestó con ligereza la mujer vestida de blanco - ¿Podría intentar hablar más despacio?



-Claro. Señora. Veran. Los. Intrusos. Se. Han. Abierto. Paso. A. Través. De. Las. Patrullas! Mi. Primo. Exalación. Intentó. Deternerlos. Con. Unos. Cuantos. De. Mi. Gente. Pero. Los. Han. Asesinado. A. Todos…!



-¡Maldición! ¡Son hábiles los malditos! – Exclamo otro miembro del consejo. Un semi-elfo vestido de forma sencilla y un tanto rústica.



-No os preocupeis, Lord Piel – Susurró otra figura con una voz similar al crujido de un olmo bajo la tormenta -. Uno de los míos, Acebo, se encuentra apostado cerca de la Torre. El los interceptara y nos librara de ellos para siempre.



-No os falta razón, Lord Roble. Acebo es muy capaz y competente. El nos librará de esos molestos intrusos. – exclamo satisfecho Lord Piel.



El pequeño Quickling comenzó a saltar inquieto de un pie a otro.



-¿Qué pasa? ¡Habla! – exclamo el Duque.



-Cuandolosdeje… Perdón. Cuando. Los. Deje. Estaban. Terminando. De. Quemar. Al. Pobre. Acebo. Y. A. Los. Árboles. Que. Él. Animó…



Lord Roble comenzó a bramar con una voz cavernosa y lúgubre. El restó del consejo comenzó a gritar alarmado.



-¡Los tenemos a las puertas!



-¡Llamad a la guardia!



-¡Rápido! ¿Dónde esta mi caballo?



Un sonoro golpe del bastón del Lord Hechicero puso fin al tumulto.



-Silencio, hermanos. Esta visto que hemos subestimado las capacidades de esos malditos, aún cuando sabíamos que eran poderosos y hábiles. Un grabe error por nuestra parte. Tendrán que encargarse de ellos varios de entre los nuestros. ¿Algún voluntario?



Los miembros del consejo se miraron entre ellos dubitativos.



-Yo iré – Crujió amenazador Lord Roble.



-Y yo con vos, hermano – afirmó Lord Piel.



-Debería encargarme yo personalmente de eliminarlos – manifestó Lady Margolia con voz neutra y fría, como si hablase de ir a comprar el pan a la esquina.



-No, Lady Margolia – negó el Lord Hechicero – A vos os necesitamos para el cuarto ritual. Y también a su excelencia el Duque. Y puede que a Lady Nieve. Además. Creo que dos miembros del Consejo bastarán para ahuyentar a esos intrusos. Deben venir debilitados tras enfrentarse a las hordas Unseelie y al infortunado Acebo.



-¿Ahuyentar? Pienso fertilizar los bosques de los alrededores con sus cuerpos resecos y despedazados – manifestó con un crujido siniestro el llamado Lord Roble, mientras salía de la sala acompañado por Lord Piel.



-Esos dos no serán capaces de frenar a Jhaelryna, Mara, Hook y los posibles aliados de los que dispongan – manifestó con voz atona y fría Lady Margolia.



-En efecto. Aun suponiendo que logren emboscarlos, estimo las posibilidades de que logren expulsarlos en cuatro sobre diez. Y solo dos sobre diez para que logren matarlos – confirmó Lord Observador.



-En caso de que logren sobrepasarlos y entrar en el complejo, yo y los dos hermanos que tengo a mano nos encargaremos de ellos. – Manifestó el sujeto de aspecto desagradable, saliendo también de la estancia – Vosotros ocupaos de lo que realmente importa. ¡Completad los rituales!



-Mandaré a mi escudero, Sir Pernubal, a proteger el complejo también. Además, tiene una cuenta pendiente con esas dos… Le agradará redimir su anterior fallo.



-Como deseeis Lady Margolia.



Inadvertidos para todos, la mujer de blanco, la denominada Lady Nieve, sujetó un medallón y a través de él mando una llamada



“¿Si, mi señora?



“Los intrusos se dirigen hacia el patio de armas. Lord Roble y Lord Piel han ido a interceptarlos. Toma la varita blanca de entre mis pertenencias y asegúrate que ninguno de ellos abandona vivo el patio.



“¿Lord Roble y Lord Piel incluidos?



Lady Nieve dudó un segundo.



“Si ves que cabe la posibilidad, inclúyelos también. Pero no antes de que hayan acabado con los intrusos Y recuerda que el frío no afectará a Lord Roble.

Si nuestros colegas fuesen perdiendo el combate, ayúdales en lo que puedas y elimina a alguno de esos entrometidos. Si ves que el combate está perdido, huye y ven a informarme.



“Así se hará, mi señora.



“Que la Dama Blanca te guíe.



Lady Nieve asintió para si misma. Bien estaría que esos aventureros entrometidos acabasen con algunos de sus colegas del Consejo. Así serían menos a repartir cuando lograsen sus objetivos.



En un rincón de la estancia, Lord Observador contemplaba a Lady Nieve, y sonreía.

martes, 29 de octubre de 2013

Abominación


Mataras a Jhaelryna Viconia”. “Destruirás a todos los intrusos que encuentres” clamaba la voz una y otra vez.

La criatura rugió irritada. Que no daría por acallar la odiada voz de su amo. Todo su cuerpo le dolía horrores y lo notaba extraño. Aún recordaba los prolongados tratamientos al os cuales le había sometido el amo, y los dolores que había sufrido.
Pero tras esos horrorosos dolores, se notaba extraño. Su visión había cambiado, y veía cosas que antes no podía percibir. Y al andar notaba una extraña sensación… De hecho ¿no tenía dos patas más? Y una musculosa cola se meneaba acorde a su irritación.
La criatura se detuvo confusa. Tenía dos patas más, una cola y ¿qué mas? Si, lo sabía. De algún modo era consciente de todas sus nuevas capacidades físicas, como si las hubiese poseído siempre. ¿Acaso no había sido así? Estaba confuso y temeroso…

Mataras a Jhaelryna Viconia”. “Destruirás a todos los intrusos que encuentres

Presa de fuertes dolores y con la voz taladrando su primitivo cerebro, se revolcó en un calvero de nieve, intentando desprenderse de la agonía que la atenazaba. Repentinamente, su fino olfato captó un nuevo olor: bípedos. Tres de ellos a menos de cien metros hacia el sur.
La criatura se puso de pie y comenzó a avanzar silenciosamente hacia los desconocidos. Sus instintos depredadores habían tomado el control. 
Si, eran tres criaturas bípedas. Su olor delataba su nerviosismo, y las agudas percepciones de la criatura notaron los latidos de sus corazones, y como la sangre corría por las venas; su respiración acelerada y las diferencias de calor con respecto al gélido ambiente. Las criaturas estaban nerviosas, o asustadas. Habían sentido algo, tal vez su aproximación, y avanzaban cautelosas. Dos de ellas emanaban el frío olor del acero: portaban armas en sus manos.

Cautelosa, la criatura se detuvo dudando ¿Atacaría? Tres oponentes alerta y armados era una propuesta arriesgada aún para un depredador avezado. Las probabilidades de resultar herido eran altas. Tal vez sería mejor acecharles y esperar un descuido de las presas, un momento más apropiado…

Mataras a Jhaelryna Viconia”. “Destruirás a todos los intrusos que encuentres” zumbó de nuevo, agónica, la voz de su amo, apremiante, exigente.

Espoleada y medio enloquecida, como si hubiese recibido una descarga eléctrica, la colosal abominación se precipitó sobre sus desprevenidas presas. Sus garras se abrían y cerraban convulsamente. La cola, erizada con su venenoso aguijón, se agitaba y goteaba ponzoña sobre los árboles cercanos, corroyendo instantáneamente la resistente madera. Las plumas de sus hombros y lomo, largas y afiladas como cuchillas se erizaron como una falange de letales picas. Su pico, masivo y letal, comenzó a gotear una mezcla de saliva y sangre.
Había llegado el momento de olvidar su agonía y centrarse en destrozar a otras criaturas.


Había llegado el momento de la masacre.

Los Intrusos han de morir...


El Duque se abrió paso lentamente a través del Bosque de los Huesos. Su montura, el corcel Yirgacel, caminaba lentamente por entre los árboles, evitando las ramas bajas, y no dejando ninguna huella en la nieve recién caída. El duque no utilizaba estribos, ni silla de montar alguna, ni tan siquiera una manta. Pero a pesar de ello y de encontrarse absorto contemplando y manoseando los restos de unas pieles, su equilibrio sobre el corcel era tan seguro y firme como el del mejor caballero de esos lares.
El Bosque de los Huesos susurraba y tintineaba a su alrededor, a medida que el viento hacía oscilar los centenares de esqueletos que colgaban de las ramas, y numerosos ojos observaban el progreso de montura y jinete, pero nadie les interrumpió el paso. Aunque peligrosas, las criaturas del bosque no estaban tan locas.
Finalmente, el Duque llegó a su destino. La mole del torreón se alzaba ante él, rodeada de los viejos muros cortina semi-derrumbados, con las piedras ennegrecidas – y en algunos sitios incluso medio fundidas – por un antiguo incendio.
El jinete descendió del corcel y lo acarició distraído mientras contemplaba sus pieles. Apenas prestó atención a la figura que se materializó repentinamente a su espalda.

-Bienvendiodevuelta,miseñor.Esperoquelacaceriafuesedevuestroagrado – exclamó la pequeña criatura a una velocidad tal que sus palabras eran apenas comprensibles.

-Ah, Celeris. Fue estupendamente. Encontré varios venados y un grupo de criaturas muy entretenidas de cazar. Orcos creo que se llaman. Me parece que sus pieles son muy llamativas. Tal vez me haga una capa con ellas – exclamo el Duque mostrando el fardo de pellejos verdes. En alguno de ellos era discernible incluso la piel de la cara de algún desafortunado orco.

-Mealegromucho,miseñor.Silodeseaisllamarealcurtidordeinmediato. – exclamo la pequeña criatura, obsequiosa pero mirando con asco las pieles – Noobstante… lamentodecirosqueelconsejodeinviernoosreclamaurgentemente.

El Duque suspiro levemente y entró en la fortaleza. Las diversas protecciones chisporrotearon levemente a su paso, pero le permitieron continuar su camino sin descargar los letales conjuros o trampas que contenían. Varios guardianes le franquearon así mismo el paso, de modo que finalmente el alto individuo llegó a una sombría estancia, donde otras criaturas le esperaban. Una de ellas, un sujeto enlutado en ropas tan oscuras que parecía envuelto en sombras se dirigió deferente a él.

-Ah, Duque. Os esperábamos

-Lord Hechicero… ¿A que tanta prisa?

-Hemos recibido importantes noticias. Me temo que vuestros enviados fallaron en el intento de secuestro del gobernante humano.

-Si. Me llegaron noticias de ello mientras me encontraba en las tierras humanas. ¿Qué sucedió exactamente?

-Si no estuvieseis tan ocupado quemando granjas, aterrorizando a miserables granjeros mugrosos y cazando a toda criatura inconsecuente que se cruzase en vuestro camino, lo sabríais – retumbó otra de las criaturas presentes. El Duque lo miró fríamente, pero donde otro se hubiese amedrentado ante tan glacial mirada, la criatura siguió imperturbable, y ni si tan siquiera pestañeo.

-Mis asuntos no son de vuestra incumbencia, Lord Observador. Ceñiros a vuestros cometidos que yo haré lo propio en los míos.

El aludido sonrió con una boca plagada de dientes como dagas y capaz de engullir a un humano de un bocado.

-Vuestros cometidos son difusos cuanto menos. Vos mismo os impusisteis la tarea de apoderaros del Lord Descubierto de la ciudad humana; o mejor dicho, la impusisteis sobre vuestros siervos. Ya expresé mi opinión que en este caso la Progenie Inferior hubiese hecho un mejor trabajo encargándose ellos mismos del asunto, con sutileza y sigilo, y no sirviendo meramente como apoyo a vuestros descerebrados matones. En la ciudad humana hay gente capaz y de poder, suficientemente hábiles para derrotar a criaturas poderosas… y más aún si su plan se limita a entrar a golpes e intentar echar un saco sobre la cabeza de la víctima - comentó con una voz fría y analítica.

-Maldita pelota engreída – gruño amenazante el Duque. Sus ojos brillaron con un tono azul gélido y la temperatura en la sala descendió rápidamente – ¿Te crees que mis hombres no tenían plan alguno? ¿Quién eres tú para juzgar las acciones de tus mejores? Tal vez debiera enseñarte como mostrar el debido respeto a tus superiores

Un sonoro golpe de bastón sonó por la sala, frenando en seco a las dos criaturas, que parecían a punto de enzarzarse en una pelea.

-Por favor. Calma – interpuso el Lord Hechicero con voz serena – Tenemos cosas mucho más urgentes que reprocharnos pasados fallos y pelearnos entre nosotros.

El Duque y su antagonista volvieron a adoptar una actitud menos beligerante, pero las miradas de ambos mostraban que ninguno de los dos se olvidaba del asunto, y que ya ajustarían cuentas más adelante.
Otra figura, acorazada y situada cerca del Lord Hechicero, envainó sonoramente el pesado espadón que había sacado durante el intercambio. Sus ojos, brillantes orbes rojos, contemplaron a los presentes irritados.

-Si han terminado ya con sus bravatas, señores, sería conveniente oír lo que tiene que decir el Lord Hechicero. Además, en un plan tan complicado como el que estamos ejecutando, los fallos son inevitables. Especialmente si tenemos que recurrir a emisarios y subordinados. ¿Quién entre nosotros puede jactarse de haber ejecutado a la perfección su parte del plan? Nadie

-Lady Margolia; sois la voz de la razón – exclamo otra mujer, elegantemente vestida de níveo blanco. – Dejemos estas peleas sin sentido y oigamos lo que tiene que anunciar el Lord Hechicero. Después de todo nos jugamos mucho para perder nuestro tiempo y energías en necios conflictos entre nosotros. ¿Acaso no somos aliados? ¿Acaso no perseguimos el mismo fin?

Los presentes asintieron y afirmaron positivamente, si bien varios de ellos no pudieron evitar el sonreír irónicamente – o su equivalente – ante esas palabras. Sin embargo, como muchos portaban máscaras o directamente poseían rostros no humanos, se guardaron las composturas.

-Muchas gracias, mis damas. Bien. Como iba indicando, nos han llegado importantes noticias. La primera era relativa al fracaso en Palacio. Pese a la habilidad de los enviados del Duque y la astuta labor de corrupción realizada por la Progenie Inferior, el secuestro fracasó. Aparentemente no contamos plenamente con la habilidad marcial del objetivo, y mucho menos con la presencia en la fiesta de sujetos de gran poder arcano. Fueron estos los que realmente desbarataron nuestros planes. Nos las arreglamos para que el Blackstaff y sus magos más poderosos no estuviesen presentes en la fiesta, y no tuvimos en cuenta la posible presencia de otros factores.

-¿Quiénes fueron exactamente los factores desconocidos? – Preguntó el denominado Lord Observador.

-Unos aventureros de gran renombre y considerable poder que ya se han inmiscuido en nuestros planes en varias ocasiones. A saber, la hechicera Jhaelryna Viconia, la sacerdotisa Mara de Istisia y el infame mago y ladrón, Hook El Infame.

-La hechicera y la sacerdotisa son las que arrebataron la Calavera de Cristal a mis agentes en Skullport y comenzaron a investigar sobre ella – manifestó fríamente el Lord Observador –. El que posteriormente se hayan visto involucradas en el desmantelamiento de varios de nuestros planes no puede ser casualidad. Por lo tanto se debe conjeturar con una probabilidad de siete sobre diez que deben estar al tanto de ellos, o al menos de parte de ellos. Son un peligro para la consecución final de nuestros objetivos y deben ser eliminadas

-En efecto – interrumpió otro sujeto, un individuo con voz pastosa y un aspecto malsano, con carne flácida de color amarillento y un aspecto general bastante desagradable. – Sin ninguna duda saben algo. Mis subordinados lograron arrebatarles la calavera en el monasterio de Candlekeep, pero no consiguieron eliminarlas. Es probable que alguno de los estudiosos de esa biblioteca pudiese darles suficiente información para que atasen cabos y percibiesen nuestras intenciones

-Por lo que indicáis, esas dos hembras son peligrosas para nuestros objetivos. – Interpuso otro de los presentes – Deberíamos tomar las suficientes medidas para evitar futuras injerencias hacia nuestros planes.

-No es nada fácil eso que decís. – Exclamó el individuo de desagradable aspecto – Mis enviados fracasaron en su intento de eliminación, y uno de ellos murió. Uno de los caballeros de Lady Margolia fue destruido. Incluso un intento de secuestro por parte de uno de los sicarios aéreos hacia la hechicera también acabó en desastre. Cualquier otro individuo hubiese caído ante el poder de nuestros enviados, pero esas dos continúan en pie y siguiendo nuestros rastros, persistentes como sabuesos.
“Me temo que uno de nosotros, uno de los miembros de este Consejo, tendrá que encargarse personalmente de ellas. Y también del tal Hook y de todos aquellos que puedan conocer nuestros planes. Nuestra seguridad así lo exige.

Los presentes murmuraron entre ellos inquietos.

-Tarea nada fácil la que proponéis, Lord Socavador – dijo el Lord Hechicero con voz solemne –. Tanto el Lord Observador como yo mismo fuimos testigos del poder de esos sujetos, y tuvimos que retirarnos para combatir en una posición más ventajosa. Un único miembro del Consejo no podrá con ellas, y menos si están acompañadas por Lord Hook y algún otro aliado. En el enfrentamiento que tuvimos bajo las criptas del cementerio no estaban solos esos tres; les acompañaba otro hechicero de considerable poder, del cual no tengo noticia ni información alguna.
“¡No, Duque! No os irriteis. No digo que vos no pudieseis acabar con ellos, si así os lo propusieseis, pero sería arriesgado y gastaríais gran cantidad de energía. Energía que necesitamos para mantener controlada a vuestras hordas.

El Duque se encogió de hombros.

-Como digáis, Lord Hechicero. Pero el hecho de que me crea capaz de acabar con esos necios no implica que esté deseoso de hacerlo. Las luchas prolongadas con la plebe me cansan, y por lo que tengo entendido, un combate contra esa gente sería una larga sucesión de peleas contra los sicarios de la sacerdotisa, y mientras esos cobardes me intentarían bombardear con todo tipo de magia. Eso me aburre. No, gracias. Que se encargue otro.

-¿Por qué molestarnos? – Preguntó la mujer de blanco – Nuestros planes ya están muy avanzados. Centrémonos en su conclusión y permitamos que mordisqueen los bordes de nuestra tupida red… Cuando lleguen al centro ya será demasiado tarde.

-Querida mía. Mucho me temo que esa ya no es una opción. – Contesto imperturbable el Lord Hechicero – Hace menos de una hora uno de los vigías vio explosiones en la Montaña-Muro. No hace falta mucha imaginación para saber quien puede haberlas causado. Además, yo mismo percibo como profundas depresiones en el telar se aproximan a esta fortaleza. Los intrusos están escudados por capas de magia protectora y hechizos de encubrimiento, pero no obstante no pueden ocultar su peso relativo en el Telar Mágico; el suyo y el de los objetos de poder que portan. 
"No, los intrusos están a nuestras puertas.

Ante esas palabras, varias de las figuras se giraron hacia las escaleras, como si esperasen ver aparecer a los temidos aventureros, y hubo gritos de furia o alarma. Un único bastonazo en el suelo por parte del Lord Hechicero impuso de nuevo el silencio.

-Calma, hermanos. La presencia de los intrusos es un inconveniente, pero no una catástrofe. Aún tienen que cruzar la extensión del Bosque de los Huesos y sus múltiples guardianes. Tarea nada fácil; especialmente cuando buena parte de las hordas del Duque se están congregando ahí…
“Además, sabiendo que tendríamos que enfrentarnos a la hechicera Jhaelryna y a su aliada, me tome la libertad de estudiar sus historiales. He encontrado datos interesantes sobre nuestras molestas intrusas, y eso me ha dado la idea y oportunidad para crear un… digamos, un enviado que le resultara poco grato a nuestra amiga hechicera.

Con un teatral gesto, su bastón señaló una pared de la sala, que se transformó en una cortina ondulante y transparente, mostrando la imagen de una enorme criatura, que se agitaba furiosa en una profunda celda. Incluso los poderosos individuos que componían el Consejo de Invierno se mostraron impresionados.

-Esa bestia podría demoler un ejército entero – manifestó el hombre de apariencia desagradable – Sin ninguna duda podrá encargarse de nuestros indeseados visitantes.

-Estimo las posibilidades de que eso ocurra únicamente en dos sobre diez. No obstante, las posibilidades de que mate al menos a uno de los intrusos aumentan a seis sobre diez. Y aunque fracasase, sin ninguna duda supondrá una merma en los recursos de nuestros oponentes – manifestó con voz atona el Lord Observador.

-Que así sea – Confirmó el Duque.

El resto de miembros de consejo asintieron o expresaron su conformidad, a excepción de la figura acorazada, que pareció mostrar cierto rechazo; sin embargo, ante la expectación de sus acompañantes finalmente hizo un ligero gesto afirmativo.

-¡Entonces estamos de acuerdo!

Con un movimiento del bastón, en una pared de la celda se abrió una puerta. La bestia se precipitó hacia ella, y desapareció rápidamente. El Lord Hechicero sonrió satisfecho.


Muy pronto su bestia encontraría al grupo de intrusos, y vaya sorpresa se llevaría la entrometida hechicera Jhaelryna Viconia. 
Lástima no estar allí para verla, pero tenía asuntos más urgentes que atender.


jueves, 10 de octubre de 2013

RUMORES TRAS CAMPAÑA DE AGLAROND

Algunos de los rumores que se han extendido como la pólvora tras los acontecimientos de Aglarond. Hay muchos más pero estos son los más habituales.

AGLAROND

- Un grupo de héroes venidos del oeste, aliados con la Reina, han luchado al lado de los rangers, han liberado a un antiguo Dios de los Yuir, han sobrevivido en los manglares del sur, han combatido en el muro junto a la Reina, y finalmente se han enfrentado a una criatura de enorme poder en lo más profundo de los bosques del Sur.

- El grupo de héroes conocidos como 'Destructores de la Bestia' son los que han ayudado a nuestro Reino, dicen que se han enfrentado a un Dios, y están todos vivos.

- El grupo de héroes del oeste son en realidad enviados de los Yuir para salvar la tierra de Aglarond.

- 'Los que se enfrentan a Dioses' (así sois conocidos en Aglarond), son criaturas malvadas disfrazadas, han ayudado para acercarse a importantes personalidades de Aglarond, ganarse su confianza, después pretenden matarlas y hacerse con el Reino.

- 'Los que se enfrentan a Dioses' es un grupo inventado por la Reina, para mantenernos distraídos y evitar disputas con esos Rangers asquerosos (humanos en la capital).

- 'Los que se enfrentan a Dioses' son agentes infiltrados desde las ciudades, quieren profanar nuestros bosques y acabar con nuestro dominio (semielfos en los bosques)

- El grupo son en realidad Rangers de Aglarond, benditos por los Dioses (Bosques).

- La elfa antes conocida por 'poco bosque', ahora es una hermana de los rangers de Aglarond, dicen que porta una antigua armadura Yuir.

- La elfa 'poco bosque' asesinó a un importante explorador en la batalla del muro y se hizo con la armadura, deberíamos recuperarla...

- La elfa 'poco bosque' es en realidad una manifestación de Elikarashae.

- La elfa 'poco bosque' mantuvo un romance con Elikarashae, he oído que no podrá amar a nadie más.

- La elfa 'poco bosque' dicen que odia a los pájaros.

- La elfa 'poco bosque' se enfrentó a una enorme dragón tras haber aniquilado a varias de sus crías, y le dijo: 'a esa le saqué las tripas, a esa la carbonicé, a esa...' dicen que era una estrategia para enfurecer a la dragona y que bajara la guardia.

- La elfa 'poco bosque' es en realidad Simbul disfrazada.

- La gran guerrera conocida como 'Mata Trolls' y 'Catapulta' es la que realmente liberó a Elikarashae.

- 'Mata Trolls aka Catapulta' es una amante de Simbul, que si, que yo las vi en los jardines de palacio...

- 'Mata Trolls aka Catapulta' se enfrentó a un Dios y le tuteó. Dicen que al Dios conocido como Vaprak no le sentó muy bien.

- 'Mata Trolls aka Catapulta' luchó junto al resto del grupo y los guerreros de Aglarond en el batalla del muro, dicen que mató ella sola a más de 20 trolls, lanzándolos desde lo alto del muro.

-'Mata Trolls aka Catapulta' mata a sus enemigos lanzándoles grandes piedras o troncos o cualquier objeto contundente que tenga a mano, debe tener sangre de ogro, troll o de dioses, por la enorme fuerza que tiene.

-'Mata Trolls aka Catapulta', dicen que sacrificó un objeto de gran poder al enfrentarse al Dios Vaprak.

-'Mata Trolls aka Catapulta', es la humana más bella que he visto nunca, rumor extendido entre varios semielfos jovencitos de los bosques.

- 'El que no tiene miedo aka el loco de los bigotes aka espada en llamas' es un amante secreto de la Reina, aunque dicen que mantiene romances con Mata Trolls, la elfa 'poco bosuqe', y Narwen la famosa ranger.

- 'El que no tiene miedo aka el loco de los bigotes aka espada en llamas' es en realidad un espíritu de los bosques, al que no se puede matar, dicen que lo han visto morir en repetidas ocasiones, pero que siempre vuelve a la vida de manera misteriosa.

- 'El que no tiene miedo aka el loco de los bigotes aka espada en llamas' siempre grita en combate los nombres de sus compañeros seguidos de un largo 'NOOOOO', debe ser su grito de guerra.

- 'El que no tiene miedo aka el loco de los bigotes aka espada en llamas' gusta de vestir extrañas prendas, como camisas que le inmovilizan un brazo, o feas telas de colores pardos sobre su armadura, dicen que es una penitencia por sus pecados pasados.

- 'El que no tiene miedo aka el loco de los bigotes aka espada en llamas' siempre protege a las mujeres, debe ser que no se conforma con sus tres amantes...

- 'El que no tiene miedo aka el loco de los bigotes aka espada en llamas' rocía sus armas con aceite y las prende fuego antes de los combates para asustar a sus enemigos, qué estúpido eso estropea la forja (rumor entre varios herreros de Aglarond).

- 'El que no tiene miedo aka el loco de los bigotes aka espada en llamas' es un humano apuesto, pero extrañamente rechaza la compañía de mujeres elfas, igual le gustan los jovencitos.

- 'El que no tiene miedo aka el loco de los bigotes aka espada en llamas' ha dejado un montón de jóvenes guerreras embarazadas antes de partir a su tierra.

- La hechicera de pelo rojo aka Amiga de Rashemen aka Pecas' Es una poderosa hechicera de Rashemen, que se unió al grupo de héroes para servir de espía para Lady Yelbruna.

- La hechicera de pelo rojo aka Amiga de Rashemen aka Pecas' primero mata después pregunta.

- La hechicera de pelo rojo aka Amiga de Rashemen aka Pecas' es una delicada flor incomprendida, que gusta de dialogar antes que combatir (rumor entre algunos bardos de Aglarond, que por supuesto no conocen a Aneka).

- La hechicera de pelo rojo aka Amiga de Rashemen aka Pecas' forma un trío amoroso con 'Catapulta' y elfa 'poco bosque', dicen que en noches de luna llena se dejan llevar por el frenesí, baliando desnudas por los bosques, y practicando sus actos amatorios por cualquier lugar.

- La hechicera de pelo rojo aka Amiga de Rashemen aka Pecas' es en realidad un demonio disfrazado, que sirve de agente de los magos rojos.

- La hechicera de pelo rojo aka Amiga de Rashemen aka Pecas' tuvo un idilio con Elikarashae, engañando a la elfa 'poco bosque', y dicen que está embarazada del Dios.

- 'Elfo blandito aka Destructor de la Bestia aka El del harpa' es un agente del panteón élfico, enviado para vigilar al grupo.

- 'Elfo blandito aka Destructor de la Bestia aka El del harpa' es otro amante de la Reina, dicen que Lady Yelbruna está celosa porque antes fue su amante.

- 'Elfo blandito aka Destructor de la Bestia aka El del harpa' es un peligroso criminal fugado del oeste que se unió al grupo para no llamar la atención.

- 'Elfo blandito aka Destructor de la Bestia aka El del harpa' tiene apariencia de elfo, pero en realidad es algo o alguien disfrazado, no se maneja como un elfo en los bosques.

- 'Elfo blandito aka Destructor de la Bestia aka El del harpa' es un elfo de gran belleza, que ha seducido a un gran número de jovencitas por todo Aglarond, en el futuro habrá muchos elfos y semielfos rubios por estas Tierras.

- 'Elfo blandito aka Destructor de la Bestia aka El del harpa' se enfrentó sólo a tres grandes dragones y los derrotó.

THAY

- Se han enviado grandes cantidades de no-muertos a los Umber Marshes, que se dice que no han alcanzado el muro de Aglarond como era intención de los magos rojos.

- Hace meses que no se tienen noticias de los Umber Marshes.

- Una gran patrulla liderada por varios magos rojos se adentró en los Umber marshes hace un mes y no se ha vuelto a saber de ella.
- Se ha dado una fuerte batalla en el borde de los Umber Marshes con dos enormes fuerzas de trolls y de ogros, una al sur y otra al norte, salían en grandes números de los Umber Marshes invadiendo las tierras de Thay.

- Los magos rojos investigan que ha estado pasando estos meses en los Umber Marshes.

- Se cree que todo es un plan de la pérfida Reina Simbul para invadir las nobles tierras de Thay.

CHESSENTA, UNTHER, MULHORAND

- Una terrible batalla se ha dado en el reino de Aglarond, en su frontera este, en el gran muro, no está claro si ha sido un ataque de los magos rojos u otras fuerzas.

- Entre varios archimagos y altos clérigos: Una gran fuerza mágica con disrupciones en el Telar se ha dado al sur de Aglarond, algo de gran poder se ha manifestado allí. Seguro que esa Loca que tienen por Reina ha estado haciendo de las suyas.

- Se oyen rumores de un grupo de héroes venidos de más allá del mar de las estrellas caídas, que han tenido mucho que ver en los recientes acontecimientos de Aglarond, se cree que son los mismos que hace relativamente pocos meses liberaron una gran fuerza en Mulhorand, que parece ser que tenía algo que ver con Set.

- En la Iglesia de Set: Los recientes acontecimientos en la tierra de Aglarond, parece que el grupo conocido como 'Los Destructores de la Bestia' han sido los mismos que han estado por allí, se debe investigar en profundidad, y adquirir más información sobre ellos, ha si lo ha dictado nuestro Dios.

SEMBIA, CORMYR, THE DRAGON COAST

- Recientemente se han dado terribles sucesos en el Reino de Aglarond, con terribles batallas con trolls y ogros por todo el territorio, se cree que los conocidos como 'Los Destructores de la Bestia' han ayudado enormemente a la Reina Simbul en esos terribles momentos.

- Guerra en el Este, se cree que Thay a abierto brecha en Aglarond, y ha invadido gran parte del territorio.

- Los Destructores de la Bestia han sido enviados desde Waterdeep para espiar en el Reino de Aglarond.

- Los Destructores de la Bestia son insaciables en sus perversiones, han ido a los bosques de Aglarond para probar alucinógenos, bailar desnudos por los bosques y copular con criaturas faéricas.

- Los Destructores de la Bestia son ahora reconocidos en todo el Este, dicen que son amigos personales de Simbul. En Aglarond se les conoce también por 'Los que se enfrentan a Dioses'.

- Los Destructores de la Bestia han liberado un Ente de gran poder en Aglarond, nadie sabe quién o qué es.

- Los Destructores de la Bestia han saqueado enormes riquezas en los bosques de Aglarond y vuelven a sus hogares nadando en oro.

- Dicen que Los Destructores de la Bestia visten extraños uniformes cuando se internan en bosques.

- Los Destructores de la Bestia odian a los pájaros, nadie sabe por qué.

PIRATE ISLES

- En Aglarond se han dado enormes batallas, el Reino ha quedado débil, es momento de saquear sus costas.

- En Aglarond han estado Los Destructores de la Bestia, ayudando a Simbul en no se qué...

- Los Destructores de la Bestia han saqueado enormes riquezas en los bosques de Aglarond y vuelven a sus hogares nadando en oro. Hay que encontrarles y ver si es cierto.

- La elfa Eliara y la guerrera sagrada Aura, parte del grupo 'Los Destructores de la Bestia' son dos bellezas sin parangón, dicen que aquel que las conquiste tendrá fortuna y gloria eternas.

- Los Manglares del Sur de Aglarond, antes peligrosos, ahora imposibles, dicen que todo barco que se acerca a kilómetros de allí desaparece, o aparecen restos carcomidos como por ácidos.

- Los Destructores de la Bestia son poderosos siervos del bien, dicen que matan a los piratas con la mirada, recemos por que no lleguen a las islas (este muy extendido).

EVERESKA

- Lady Eliara Moonfist ha abandonado a sus dos recién nacidos, hay muchas teorías al respecto: No soporta la idea de que le recuerdan a su ex (el infame), prefiere dejarlos en lugar seguro y no exponerlos a peligros innecesarios, quiere darse revolcones con humanos (este es el favorito de varias casas nobles), no soporta lo mucho que lloran por las noches, es tan noble que no puede cambiar pañales, etc, etc, etc,...

- El padre de Lady Eliara Moonfist ha sufrido un nuevo colapso, hace meses que no sale de casa, seguro que esa descastada ha vuelto con 'El Infame' y su pobre padre no lo ha podido soportar.

- Eliara Moonfist ha sido corrompida por esa guerrera humana conocida como Stronghand, son amantes, y le ha convencido de que abandone la senda de los elfos.

- Lady Eliara no sabe andar por los bosques.

- Lady Eliara odia a los pájaros.

- La madre de Lady Eliara, dicen que la espera en casa con el rodillo de amasar, y he oído que ha jurado no peinarse hasta que su hija vuelva a casa, debe parecer una escoba vieja...

- Lady Eliara se ha casado en secreto con Elion Everlove, no le ama, lo ha hecho por su fortuna, obligada por sus padres y por su tío para salvar al clan Moonfist de la ruina.

- Lady Eliara se ha fugado con una reliquia familiar de gran poder, sin que sus padres lo sepan.

- Lady Eliara pertenece a la Hermandad de la Espada, y ha salido en una misión especial, dicen que tiene como encargo eliminar o capturar al Infame.

- Lady Eliara ha jurado que no descansará hasta acabar con 'El Infame' y se ha ido a cumplir su juramento, mientras ha dejado a sus hijos a cargo de su familia.

- Lady Eliara es una degenerada corrupta que practica las artes amatorias con prácticamente cualquier raza, dicen que ha estado en los bosques Yuir, donde ha yacido con: Satiros, Pixies, humanos, semielfos, elfos de bosque y hasta un gigante de las nubes.

- Lady Eliara vuelve a estar embarazada, ha huido para ocultárselo a sus padres, se desconoce el padre.

- Elion Everlove ha pedido la mano de Lady Eliara. Dicen que sólo por fastidiar al Infame.

- Elion Everlove ha pedido la mano de Lady Eliara. Dicen que Lady Eliara está embarazada y él es el padre, se casa para evitar otro escándalo a los Moonfist.

- Elion Everlove ha pedido la mano de Lady Eliara. Dicen que en realidad anda detrás de una reliquia familiar de los Moonfist.

- Elion Everlove dilapida la fortuna familiar en alucinógenos, bebidas, y juergas varias, todo ello fomentado por Lady Eliara y sus nuevos amigos humanos.

- Elion Everlove en un arrebato de pasión secuestró a Lady Eliara alejándola de sus retoños.

- Elion Everlove es infiel a Lady Eliara tras su matrimonio secreto, se cree que con la amiga humana de Lady Eliara, la conocida como Stronghand.

WATERDEEP

- Lady Aura Stronghand ha vuelto a huir de la ciudad, se dice que mantuvo un idilio con Lord Piergeron y que fue descubierta por su anterior amante Lord Kelben, decidió poner tierra de por medio.

- Lady Aura se va a casar con Lord Piergeron.

- Lady Aura engañó a sus dos amantes, Lord Piergeron y Lord Kelben con un apuesto caballero Cormyta.

- Lady Aura está perdidamente enamorada de un famoso elfo, Elion Everlove y ha huido con él.

- Lady Aura ha ido al este a saquear para poder mantener la Orden del Escudo Protector.

- Lady Aura ha dejado a todos sus pretendientes y amantes y ha vuelto con su verdadero amor, Lord Hook.

- Los Destructores de la Bestia han vuelto a completar una importante gesta en el este, parece que han ayudado a la Reina Simbul en una terrible batalla.

- Los Destructores de la Bestia tenían tantas deudas que se marcharon al este para no pagarlas.

- Lady Aura está embarazada, sus tres amantes más conocidos (Hook, Piergeron y Kelben) se retarán en duelo para decidir quién se casa con ella y es el verdadero padre.

- Lady Aura ha abandonado a todos sus amantes para huir con Lady Eliara Moonfist, parece que han descubierto que les gustan las mujeres.

- Lady Eliara ha abandonado a sus hijos en Evereska (muchos rumores al respecto).

- Lady Eliara no se maneja bien en los bosques, ¡y eso que es una elfa!

- Lady Eliara odia a los pájaros.

- Los Destructores de la Bestia visten extrañas prendas en los bosques y algunos parece ser que se visten con ropas que les inmovilizan un brazo o incómodas u otras penalidades, parece ser que son penitencias por sus pecados. Algo que se está extendiendo entre caballeros y la iglesia de Ilmater, en la que se considera un buen ejemplo a seguir.


- Lady Aura está cansada de la lucha con las armas, y últimamente prefiere aplastar a sus enemigos con grandes pesos, en varios lugares ya se la conoce como 'Catapulta'.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

LA IRA DE VAPRAK

El pequeño Cespenar está en sus pequeños aposentos, fuera por toda la fortaleza se oyen gritos, aullidos y explosiones de todo tipo. Cespenar se está vistiendo, enumerando lo que se pone, parece muy nervioso:

- Veamos, veamos, no hay tiempo, maldita sea, no podré esquivarle mucho más...a ver, primero el chaleco acolchado y reforzado con triple lámina de hierro meteórico, mithrill y acero de triple grosor, la túnica humedecida de doble grosor, la armadura completa que conseguí que me hicieran, bien, bien, creo que ya...¡¡¡Ahhhggg el capacete y el yelmo!!!, ufff si lo llego a olvidar, no quiero ni pensar...-

Una voz terrible resuena por toda la fortaleza, entre varias explosiones:

- CESPENAR, CESPENAR, SABANDIJA INMUNDA ¿DÓNDE TE ESCONDES?, SERÁ MEJOR QUE TE PRESENTES ANTE MI CUANTO ANTES.-

- Ay, ay, ay, bueno creo que estoy listo, le esperaré en la sala del trono como si nada, veamos, necesito un poco de carne de cañón...¡Guardias, guardias!-

Al instante entran en la sala cinco inmensos ogros enfundados en armaduras metálicas. Uno de ellos habla:

- ¿Cheñó chambelán?-

- Eeer, si, acompañadme a la sala del trono, debemos mostrar respeto a nuestro Señor, con una buena guardia de honor a su regreso.-

Los guardias empalidecen y se miran entre si, vuelve a hablar el mismo ogro:

- Pero cheñó chambelán, el Lord lleva tres días matando a todoch loch que che le achercan y...-

- No te preocupes, ya se habrá desahogado, vamos, le esperaremos en la sala del trono.-

Los ogros dudan, pero finalmente siguen al pequeño chambelán. Pronto llegan a la gran sala, esquivando los aullidos de terror y explosiones que se dan por toda la fortaleza. Un tiempo después una enorme figura de aspecto terrible entra en la sala del trono, flanqueado por una guardia de diez trolls de color rojo oscuro. De las gigantescas garras de Vaprak y de sus afilados dientes gotea abundante sangre.

- ¡¡¡AAAAHHH MALDITA SABANDIJA ASÍ QUE ESTÁS AQUÍ!!!-

Echa una mirada a los ogros en formación de honor y estos caen muertos entre terribles aullidos. Cuando se gira hacia su chambelán, de pronto parece tranquilizarse algo, su boca se abre en una enorme sonrisa formada de enormes puñales, y comienza a reír:

- JA, JA, JA, JA, JA, JA ¿DE QUÉ TE HAS DISFRAZADO CESPENAR?, JA, JA, JA-

El pequeño diablillo parece una redonda cebolla de capas acolchadas, metales y otros refuerzos, sólo asoma su pequeña cara en un enorme yelmo. Espera que el Señor termine de reír mientras piensa - ufff, funcionó, menos mal, ya me veía recogiendo boñigas de troll durante un siglo o dos...-

- BUENO, JA, JA, JA, SI NO FUERAS TAN GRACIOSO TE MACHACARÍA DESPACIO, DADO TU MISERABLE CUERPECILLO. ¡HAN  ACABADO CON MIS PLANES! - Una terrible lluvia de meteoritos golpea la enorme sala, todos los siervos se levantan tras la explosión.- MALDITOS, ESTÚPIDOS, ¿CÓMO UNAS CRIATURAS TAN PATÉTICAS SE ATREVEN A INMISCUIRSE? Y ESE PEQUEÑO GRUPO DE MORTALES QUE SE ATREVIÓ A ENFRENTARSE A MI, Y ¡ME HIRIERON! AAAAAGGGHHH.-

La enorme figura se gira hacia uno de los trolls y lo despedaza con sus garras como si fuera de cristal.
Cespenar aguarda, humeando tras el trono. Después sale, con un enorme plumero y limpia con rapidez el asiento:

- Mi Señor, sentaos por favor, hay mucha información que debéis conocer, traed algo para calamar su sed.-

Vaprak parece algo más tranquilo, mira a su consejero y se sienta. Un ogro tembloroso le tiende una bandeja con una copa de bronce, con un líquido indeterminado. La terrible criatura bebe unos tragos, y mira con odio al infinito.

- BIEN CESPENAR, ¿QUÉ NARICES OCURRIÓ? Y ¿QUIÉNES ERAN ESOS MALDITOS OREJAS PICUDAS QUE TERMINABAN CON MIS HIJOS COMO SI FUERAN CUCARACHAS? EL OTRO CREO QUE ERA UNA DIVINIDAD, POR LA LUCHA QUE ME DIÓ. ¿Y ESA ESTÚPIDA MORTAL QUE DE PRIMERAS SE ATREVIÓ A TUTEARME, ME HIRIÓ Y NO CONTENTA CON ELLO, LOGRÓ CERRAR MI PORTAL? AUNQUE HE DE RECONOCER QUE ESA HUMANA TIENE VALOR EN LA LUCHA Y ESO ME GUSTA...-

Cespenar se ha situado tras un enorme escudo del que sólo asoman sus ojillos por una mirilla del escudo:

- Bueno mi Señor, veréis las cosas se complicaron, ese grupo de mortales liberó el Tesoro del Príncipe, no sé cómo, que resultó ser un Dios antiguo de los elfos Yuir, un tal Elikarashae. El grupo de mortales tuvo la guía del Dios, cuando os encontraron junto al portal dieron tiempo a Elikarashae, sin saberlo, para reunir un fuerte grupo de Eladrin (siervos poderosos de los elfos) que se enfrentaron a vuestras fuerzas junto al portal.-

Vaprak mira su consejero, y sonríe de nuevo cuando lo ve tras el enorme escudo.

- Ya, ya, una historia muy interesante, y ese grupo de mortales que tantos problemas me ha dado, ¿quiénes son? ¿sabes algo de ellos? No eran de esas tierras, de eso estoy seguro.-

- Bueno...veréis,...se trata de un grupo que...-

- ¡HABLA DE UNA VEZ O TE ARRANCO LOS BRAZOS!-

- Mi Señor son aquellos que acabaron con la Peste Negra, devolvieron al pequeño Morûl aquí libre, han matado a cientos de vuestros hijos, y en esta ocasión han acabado con vuestro plan de formar una gran nación para vuestros hijos, que os dedicarían culto y aumentarían así, aún más vuestro poder y vuestra gloria.-

Vaprak no dice nada, se queda serio, mirando de nuevo más allá de la sala. De pronto esta queda congelada, todos los siervos mueren salvo Cespenar salvado por sus múltiples capas de protección.

- ESTA INFORMACIÓN NO DEBE SALIR DE ESTA SALA, ¿COMPRENDES PEQUEÑA SABANDIJA?-

- Perfectamente Mi Señor, esos- Señala a los muertos- no sabrían tener la boca cerrada como el pobre Cespenar...-

- MÁS TE VALE. ESE GRUPO DE MORTALES HA INTERFERIDO DEMASIADO EN MIS PLANES, D-E-M-A-S-I-A-D-O. MALDITOS SEAN. ME HAN COSTADO MUCHAS VIDAS, CON ELLO MUCHO PODER, Y HAN ACABADO CON UN PLAN QUE PODRÍA HABERME ELEVADO EN EL PANTEÓN. ME LAS PAGARÁN, ¿OYES?, ME LAS PAGARÁN.-

- Mi...mi...Señor, algunos de ellos son poderosos siervos de otros Dioses, no se les puede matar o torturar de forma...digamos abierta...-

- MMMMFFF, ¿QUÉ SUGIERES?, YA SABES QUE NO TENGO PACIENCIA NI SUTILEZA, ESO SON COSAS DE LOS DÉBILES.-

- Si mi Señor, pero si los atacáis directamente os arriesgáis a enfadar a otros Dioses...-

Vaprak se lleva una mano a su gigantesca barbilla llena de pústulas verdosas.

- COMPRENDO LO QUE QUIERES DECIR PEQUEÑO. COMPRENDO. BIEN, ENTONCES NECESITAREMOS ALGO MÁS SUTIL, PERO CUANDO SE ESTÉN RETORCIENDO DE DOLOR, O SUFRIENDO POR SUS ALLEGADOS, QUIERO QUE SEPAN QUE EL MENSAJE ES MÍO.-

- Claro mi Señor, eso por supuesto.-

- ¿QUÉ TIENES EN MENTE PARA MI VENGANZA PEQUEÑO? PERCIBO ENGRANAJES EN TU PEQUEÑO CEREBRO.-

- Mi Señor he encontrado recientemente a alguien que podría serviros como deseáis, eficaz, con cierto poder, y mucha ambición, sólo es cuestión de hacer algunos planes y arreglos, y después...-

Cespenar no termina la frase, se encuentra incrustado en una pared, afortunadamente su armadura-cebolla resiste maltrecha, y le ha protegido de nuevo, tambaleándose se acerca de nuevo a Vaprak.

- DÉJATE DE RODEOS Y CHORRADAS, ESO NO VA CONMIGO, ORGANIZA UN ENCUENTRO CON ESE O ESO QUE TIENES EN LA CABEZA, DISCUTIREMOS QUÉ HACER, POR AHORA MANTENME INFORMADO DE ESOS 'HÉROES', DE SUS ACCIONES Y QUÉ CAMINOS SIGUEN. PAGARÁN POR LO QUE HAN HECHO, Y ESPERO QUE SEA PRONTO O ESTE PLANO VA A CONOCER EL VERDADERO TERROR.-

Cespenar no dice nada más, se retira rápidamente haciendo reverencias, ridículas por el número de capas que lleva, a penas puede doblarse, y tras los impactos caen pedazos de su extraño atuendo. Unos minutos más tarde está en sus habitaciones, se quita con rapidez la armadura ayudado por dos pequeños trolls de hielo. Una vez a solas, comienza a escribir una larga carta.


- Ufff, ha ido bien, ha ido bien, tengo que mandar reparar mi 'traje de audiencias complicadas con el Lord', me ha vuelto a pillar, maldita sea, a veces olvido que es un Dios y ve más allá de lo que podamos ver nosotros. En fin, veamos si podemos organizar un encuentro...-

martes, 24 de septiembre de 2013

KARELIA

Un gigantesco y majestuoso pasillo, aunque la decoración es algo austera, unos cuantos tapices y armaduras como toda decoración, junto con algunas balanzas de piedra. Dos figuras caminan majestuosamente, una mucho más grande, la más pequeña, una silueta femenina de gran belleza habla, a pesar de su amable voz, parece que tiene un ligerísimo nerviosismo:

- Mi señor, ¿puedo saber por qué el Lord ha requerido mi humilde presencia?-

La figura más grande responde, su voz es muy grave, transmite confianza y sosiego:

- Lady Karelia, parecéis algo inquieta, no debéis preocuparos, si el Lord requiere vuestra presencia será por algo importante...o no, ya sabéis de los caprichos o de la información encriptada. Tiene sus designios. Sea como sea, aceptad lo que os requiera con humildad, como es de esperar. Sinceramente no tengo la información que os preocupa, tan sólo me transmitió que debíais acudir a su presencia.-

Las dos imponentes figuras alcanzan unas enormes puertas, guardadas por dos soldados enfundados en armaduras completas, que inmediatamente abren las puertas y les dan paso de manera cortés.

- Milord, Milady.-

Las puertas dan paso a una gran sala, bañada con una gran luz, en los laterales se alinean balanzas equilibradas de todas las formas, tamaños y materiales, al fondo una gran mesa de mármol. Una imponente figura observa sobre una enorme fuente de agua cristalina y sonríe. Tiene forma humanoide, con una cuidada barba, enfundado en una bella armadura, le falta la mano derecha. Emite la luz que ilumina la sala desde su cuerpo. Alza la cabeza despacio, mostrando sus ojos de color del acero, su gesto cambia a algo más serio:

- Ah, Karelia, te esperaba pequeña, me alegra que hayas llegado por fin. Lord Xitalius si sois tan amable...-

El imponente acompañante hace una reverencia y se retira de la sala con suavidad. Karelia se arrodilla con respeto:

- Milord, se me ha dicho que queríais verme.-

- Así es, verás dada tu condición especial, tus muchas habilidades y tu fuerte relación con el plano material...- Sigue un largo discurso de elogios a la persona de Karelia, mientras ella piensa:

- "Uy, uy, uy, presiento algo que no me va a gustar, no suele ser tan meloso, veamos..."-

- Bueno, el caso es que la joven mortal conocida como Stronghand ha demostrado una vez más su valía a mi servicio, y he decidido concederle un favor importante, como una de mis más prominentes representantes en los Reinos, debo mostrar ciertas indulgencias con aquellos que prodigan mi palabra entre los mortales. Lo que es justo, es justo. Así que te he asignado, sólo para ocasiones de gran necesidad, a esta mortal, le prestarás tu inestimable ayuda cuando así lo requiera.-

La bella mujer tuerce ligeramente el gesto, hace una reverencia, y con voz algo más fría responde:

- Mi Señor, será un honor servir a vuestros designios.-

- Karelia, veo que no estás muy contenta con esta tarea, lo lamento, pero eres la más adecuada para ello. Irás a conocerla, su nombre es Aura Stronghand, mi secretario te dará más detalles, cuando la conozcas, quizás no te parezca una tarea tan pesada, y no solicitará tu ayuda a menos que sea necesario, no te preocupes.-

- Nunca he desconfiado de vuestras decisiones Milord, lamento si he sido algo frívola, se hará como decís.-

- Bien, no esperaba menos, ahora retírate, Xitalius te espera.-

La bella mujer hace una nueva reverencia y se retira. Al poco tiempo está en un enorme despacho, lleno de mesas, pergaminos, estanterías repletas de grandes tomos. Xitalius levanta los ojos de un enorme libro:

- Karelia, me acaban de entregar esto para ti- Le tiende un fajo de pergaminos.- Vamos alegra un poco ese gesto, podría haber sido peor.-

- ¿Peor? ¡Me ha puesto al servicio de un mortal! Sólo espero que sea como dice, y no requiera mi presencia para estupideces. Ufff, con todos los siervos que tiene y me tiene que tocar a mi.-

Xitalius sonríe ligeramente y levanta una mano, como diciendo 'es suficiente'.

- Bueno estás a su servicio y harás como se te dice, te guste o no te guste. Se te advirtió varias veces, que te implicabas demasiado con los mortales, interferiste varias veces y te 'despistaste' con ciertas normas, siempre por buenas causas, pero ya conoces las Leyes, y las Leyes se deben cumplir.-

La bella mujer se relaja, baja la cabeza y habla con gran suavidad:

- Vamos que...no me he portado de forma correcta y necesito una lección.-

- Lo puedes ver así, si. Cumple tu deber y todo irá bien. Además, la mortal, acabo de leer que es un paladín de nuestro Señor, de gran renombre, creo que tu tarea revestirá más honor del que crees, y por otro lado los paladines no suelen vivir demasiado, así que tu servicio puede ser corto. Dentro de poco tiempo, se te enviará a conocerla, ahora retírate, lee esos pergaminos y sigue con tus tareas estipuladas.-

Karelia hace una ligera reverencia, aún con el gesto algo torcido y se retira con los pergaminos bajo el brazo. Gira la cabeza en el umbral de la puerta:

- Bueno, podría haber sido peor, espero que las razones del Lord para esto merezcan la pena.-

La bella silueta desaparece sin ruido del despacho, cerrando suavemente la puerta. Lord Xitalius vuelve a su tomo:


- Bueno no ha ido mal, esta jovencita aún no tiene claro el concepto del deber, pero esto le irá bien, veamos que hace la mortal con este nuevo Don, sin duda será interesante...-

miércoles, 18 de septiembre de 2013

EL FRIO OBSEQUIO DE UN VISITANTE NOCTURNO

Caía la noche. Una noche que, nuevamente, era fría y lluviosa; como tantas otras en estos últimos tiempos.
Yaya Arce echó otro leño al hogar y calentó sus viejas y agarrotadas manos al calor de la lumbre. Hacía muchos años, en su juventud, numerosos jóvenes habían susurrado apasionados su nombre, pero ahora todos sus vecinos la llamaban sencillamente “Yaya Arce” o incluso solo “la Yaya”. Cosas de haber ejercido de parturienta y sanadora durante más de sesenta años en una pequeña y dispersa comunidad agrícola.

La anciana comenzó los rutinarios preparativos para irse a la cama. Retirar la tetera del fuego; atizar la lumbre y colocar una vieja pantalla de latón – para evitar que saltasen las ascuas –; colocar una taza de leche a mano para la noche; guardar el viejo y manoseado códice de hierbas curativas (su mayor tesoro) en su repisa, junto con los otros tres libros que poseía; asegurar puertas y ventanas…

Fue en ese momento cuando en la ventana con cristalera (el orgullo de su humilde morada y una maravilla en su rústico vecindario, traída desde Waterdeep y montada por su propio hijo Kerebal, que trabajaba de plomero y cristalero en la gran ciudad) vio algo que le puso los pelos de punta. Literalmente.
Pequeñas formaciones de hielo iban extendiéndose lentamente por los distintos cristales, partiendo del emplomado y cubriéndolos lentamente. En las inmediaciones de la cabaña nada se movía y nada se oía, salvo el aullido solitario de un lobo. Yaya conocía bien los ruidos de la naturaleza, y ese lobo no aullaba a la luna, si no más bien era un lamento fúnebre. La lluvia dejó de repiquetear en el techo, y el viento amainó bastante. Pese a ello, se oía a los árboles del cercano bosque mover sus ramas y crujir, como en las noches de gran frío.
La vieja Yaya poseía un gran elenco de conocimientos que le habían servido bien a lo largo de su vida, si bien mucha gente de ciudad los hubiese catalogado como meras supersticiones. Y sabía lo que esos presagios podían indicar. Con una velocidad pasmosa para alguien de su edad, corrió a su viejo baúl y tras sacar varios objetos, realizó varios curiosos preparativos ante los que más de un urbanita hubiese levantado las cejas, o directamente se hubiese carcajeado. Luego se quedó esperando, sentada en su mecedora y mirando fijamente la única puerta de su cabaña.

La noche continuó su curso, con frías rachas de viento silbando entre los árboles, y un penetrante frío en aumento. Pese a ello, la vieja Yaya Arce pudo percibir perfectamente furtivos movimientos en las arboledas que rodeaban la cabaña, y de vez en cuando le llegaban lo que parecían ligeras risas, apenas audibles o difíciles de distinguir del sonido del viento, pero inquietantes y siniestras. Estos sonidos se fueron acercando, hasta rodear por completo su morada. Al cabo de un rato, pudo oír como un caballo avanzaba lentamente por el camino que llevaba a su porche, y se detenía ante su puerta. Tras un largo momento, algo bajó de la montura y se acercó pausadamente al porche. Subió las escaleras y pisó la madera de su casa. Toda ella crujió lastimosamente, y la sensación de frío se acentuó.
La puerta comenzó a vibrar, como si un fuerte viento racheado la estuviese empujando con una fuerza irresistible. Las bisagras y cerrojos tintinearon quejumbrosos, mientras el penetrante frío hacia contraerse el metal y la fuerza que las empujaba iba en aumento. Finalmente, con un sonoro chasquido, los cerrojos cedieron, y la puerta se abrió tan bruscamente que golpeó con violencia contra la pared. Una fuerte ráfaga de viento helador se introdujo en la casa y apagó varias velas.
Una figura se perfilaba en el vano de la puerta. Con una altura aproximada de dos metros, y muy delgada, su tamaño imponía, pero más aún su apariencia: piel blanca como la nieve recién caída; pelo largo y blanco-plateado que caía descuidado sobre hombros y espalda, sujeto únicamente por una hermosa diadema de un metal plateado y frio; largas orejas puntiagudas que sobresalían de su abundante cabellera; un rictus serio y casi inexpresivo que daba pavor; y sobre todo unos ojos en los cuales brillaban orbes de fría luz blanco-azulada. La criatura irradiaba frío y pavor, y era hermosa. Muy hermosa.

-Buenas noches – saludo apaciblemente la anciana.

La criatura fijo su mirada en ella y una sombra de sonrisa alumbró en sus labios. Hizo ademán de entrar en la cabaña, pero se detuvo en seco, y un atisbo de duda cruzo su semblante. Levantó su mirada y la posó sobre la pesada herradura de hierro que estaba clavada sobre la puerta. Detrás de ella se oyeron multitud de gorjeos y grititos de irritación y sorpresa.

-No hace falta que entréis vos y vuestros acompañantes. Vuestra ofrenda esta fuera, como marcan las tradiciones

La criatura miró despectiva al platito con leche y miel que estaba junto a la puerta, en el porche.

-¿De verdad esperáis comprar mi buena voluntad con tal lamentable ofrenda? – su voz era cantarina, con tonos musicales y armoniosos. Pero fría y desapasionada - ¿Leche y miel? Jajajaja.

Chillidos y risas se hicieron coro de la gélida carcajada del sujeto, pero muchas estaba ahogadas, como si las bocas que las emitieran estuvieran engullendo la misma  leche y miel objeto de desprecio.

-No obstante, las costumbres se han respetado… - apuntó la Yaya.

-Vaya. Así que aquí tenemos a una mortal que sigue las Antiguas Costumbres ¿eh? – inquirió sardónico el sujeto mientras fijaba la mirada en la herradura. Con visible esfuerzo dio un paso hacia el interior de la cabaña. La herradura comenzó a humear y a ponerse al rojo. Con una sonrisa, la criatura intentó dar otro paso hacia el interior y nuevamente se detuvo en seco, visiblemente confundido.

-Oh. Hay clavos de hierro en la jamba de la puerta, sal esparcida bajo las tablas del suelo y la primera tabla es de madera de limonero. – apuntó la mujer, y echando la mano a una pesada clava, la coloco sobre su regazo – Al igual que esta pesada porra…

La criatura retrocedió hasta el porche, sorprendida. Murmullos de ansiedad resonaron alrededor de la cabaña. Miró a su alrededor y sus ojos se posaron en la ventana.

-Las ventanas poseen salvaguardas similares – aclaró la Yaya.

-Muy bien, anciana. Muy astuta. Parece que llegaras a ver el amanecer. Y por tu respeto a las Antiguas Costumbres te otorgaré un obsequio. No morirás ni por mi mano ni por ninguna de los míos… – Un sonoro coro de chillidos de pesadumbre y rabia acogieron estas palabras.

-Sois muy amable…

-No. No lo creo. No había terminado. Como decía, no moriréis. Os dejaremos viva, para que veáis como esta tierra se sume en la oscuridad, la niebla y el invierno eternos. Para que contempléis como los bosques se oscurecen y convierten en sofocantes espesuras, y engullen en su sombra todos los prados y cultivos que vuestras patéticas especies han abierto. Y para que podáis oír los lamentos de las madres que descubren las cunas de sus retoños vacías; y por último podáis oler el terror de vuestros vecinos cuando se acerquen las oscuras noches sin luna y sepan que serán cazados por la espesura como las viles criaturas que son.
“El momento de los mortales ha pasado, aunque no os deis cuenta aún. Los Antiguos Tiempos volverán, solo que no estarán regidos por los débiles y complacientes Tel’Quessir. Ni por el pueblo que baila a la luz de la Luna. No. Ahora nos toca a nosotros. Los hijos de la Oscuridad y del Viento. Bailaremos a la luz de la Luna Negra, sobre un lecho de calaveras mortales, y beberemos leche y miel aderezada con sangre humana…

Un coro de aullidos exultantes y risas histéricas se levantaron ante estas palabras, y la criatura sonrió abiertamente. Una sonrisa bella y letal, capaz de volver loco de miedo a cualquiera. La vieja Yaya se derrumbó sollozando, con lágrimas de sangre corriendo por sus mejillas.

-Chauntea, salvanos… - farfullaba.

-Vuestros débiles dioses no pueden ayudaros ahora. Asumidlo. En estas tierras ha comenzado el ocaso de los pueblos mortales, y este se extenderá por la faz de todo este orbe. Mi pueblo ya tiene un ancla en este mundo mortal, un ancla que unos pocos hemos aprovechado para deslizarnos a través de los muros que lo protegen. A medida que pase el tiempo lanzaremos más anclas, y finalmente el muro se derrumbará y podremos pasar a miles, millones... Muy pronto mis gentes tendrán un nuevo hogar, y lo levantarán con vuestros huesos. Antes de que el invierno acabe, tu pueblo habrá muerto casi en su totalidad, y los que sobrevivan servirán como diversión para nuestras cacerías. Su sangre correrá por los altares en honor de nuestra Reina, y tú, anciana, podrás verlo todo. Ese es mi obsequio, jajaja.

Instantes después, el terrorífico visitante se había ido, y el coro de risas se alejaba por la noche.
A lo lejos, en la granja de los Ballric, se oían aullidos de terror, y más lejos, en la granja de los Ossum, un frío resplandor iluminaba la noche, como si algo ardiese con fuerza con llamas azules.


-Estamos perdidos – sollozo la vieja Yaya.