viernes, 11 de enero de 2013

UN ELEGANTE SALÓN


Un elegante salón, iluminado tenuemente por una serie de globos de luz sostenidos por preciosas estatuas de antiguo estilo élfico. Un gran fuego arde en una chimenea recargada de decoración, dos enormes sabuesos élficos dormitan junto al fuego. Uno de los sabuesos levanta la cabeza cuando se inicia una conversación, después, parece conocer a los interlocutores y vuelve a tumbarse. Varias figuras se reúnen entorno a una gran mesa, habla un elfo muy alto, de piel broncínea, y por su suave timbre de voz y algunas ligeras arrugas se adivina su avanzada edad:

- ¡Una humana!, ¡Una humana en nuestra Ciudad! ¡esto es una ofensa capital! ¡No se puede tolerar!-

Otra figura, se levanta, es una bella elfa de tez muy pálida y un precioso pelo plateado recogido en un complicado peinado tras su fina nuca:

- Calma, calma querido. Sin duda tenéis razón, pero no nos dejemos llevar por la ira. La humana tiene fuertes influencias, recomendada por el clan Everlove y el Moonfist, se han hecho responsables de ella. Además se dice que tiene profunda amistad con Eliara del clan Moonfist (la que se ha redimido) y con Jhaelryna del clan Viconia. Debemos actuar con cautela si no queremos problemas con tan importantes miembros de nuestra sociedad.-

El anciano elfo dorado vuelve a hablar, con algo más de calma:

- Sin duda Milady tenéis razón, pero no podemos tolerar que empiecen a entrar esos monos en nuestros salones, o pronto no tendremos salones en los que reposar.-

Otra figura se suma a la conversación:

- Milords, Miladys, debemos dar una lección, que sepan que los mo...humanos que entran en Evereska no tendrán mucho tiempo para hablar, digamos...una flecha bien colocada en la garganta de nuestra invitada...-

La bella elfa habla de nuevo, esta vez alza la voz y suelta un fuerte golpe en la bella mesa:

- ¡Basta!, la humana es una invitada de influyentes casas, no debe ocurrirle nada dentro de la ciudad. Otra cuestión es lo que pueda ocurrir fuera. Señores, me he informado sobre esa humana, es una afamada guerrera de honor, sirve al Dios de la justicia, lo que los humanos llaman paladín y los paladines no suelen vivir mucho. No se la tocará mientras esté dentro de la Ciudad. Cuando salga, dejaremos que algunos de nuestros muchachos la sigan y evalúen, la muerte no nos beneficia, y mucho menos si se sabe que la dispensaron 'personas'.-

El anciano elfo dorado se sienta, con la mirada fija en el fuego, tras un instante continúa:

- Milady tiene razón, como siempre, pero para la Hermandad esto es una ofensa...Mmm, puede que sea mejor opción así, veamos cómo se comporta la Mona y quizás algo más sutil, con el tiempo, podríamos llevarla a algún sitio en el que, casualmente, se encuentre con problemas. Pero, si habla con alguien de la Ciudad, se le dará descanso.-

Un enorme elfo de piel tostada y larga cabellera pelirroja sale de la sala dando un portazo. No ha pronunciado palabra. La anciana elfa gira la mirada hacia otra figura cómodamente sentada:

- Milord, ¿Podréis mantenerle bajo control?.-

- Descuidad Milady, es impetuoso, y no alcanza nuestros sutiles razonamientos, pero es leal. Lo enviaré a patrullar unas semanas, se calmará.-

- Bien. ¿A quién tenemos que se pueda acercar a los famosos héroes?-

El joven elfo vuelve a hablar:

- Dejad eso de mi cuenta Milady, será sencillo.-

El pequeño grupo de elfos sonríe, brinda, y su conversación continúa hasta hacerse un suave murmullo en la suave noche de la ciudad de Evereska.