martes, 4 de abril de 2023

UNA CARTA OMINOSA

 

Salve Decimus Appuleius

Confio en que tu padre, el venerable Decimus, se encuentre mejor de esas fiebres invernales que le aquejaron. Fue un valiente soldado y se merece un buen retiro. ¿Te he contado que sirvió a las órdenes de mi abuelo en la XXVI campaña de los Montes de Samnos? Mi abuelo siempre me habló de esa difícil campaña, con nieve hasta las rodillas, perdidos en ese infernal laberinto de valles y colinas, y con los malditos samnitas cazándolos como a bestias. Pero siempre dijo que tu padre mantuvo la compostura y la sangre fría, y por eso le propuso para que el senado le concediese la Corona Graminea; lamentablemente se tuvo que conformar con una Mentio Tripartita…

Bueno, basta de divagaciones. Por tu larga tradición familiar se que eres un valiente soldado y que si te encuentras entre esa escoria de la XIII Legion Rapax es por motivos puramente circunstanciales. Así pues, como te comentó mi agente, te prometo que si llevas a cabo bien la misión que te encomiendo no solo lograrás la promoción que buscas desde hace tanto tiempo, si no que te reinstauraré en tu honor y lograré que se te levante la sanción de servir en la XIII.

Pero por el momento, servir con esos carniceros te será útil. He arreglado que tú y tu unidad seáis enviados a una larga misión de reconocimiento por los montes Taurianos, pero en realidad embarcareis en el pequeño puerto de Ligáis. He contratado un navío que te llevará a ti y a tu centuria a las lejanas tierras de Kadesh. El capitán y la tripulación son unos contrabandistas helénicos de lo más vil, y no saben a quién llevan, pero si donde llevaros. Cuando lleguéis a vuestro destino encargaros de que no puedan contar historias indiscretas, ya me entiendes.

Otros contrabandistas, con menos información comprometedora, ya os irán pasando el material necesario a través de algunos agentes que tengo en las ciudades y puertos de la zona.

Bien, en cuanto a tu misión, es bien sencilla. Mis agentes han oído acerca de un nuevo movimiento popular o religioso que clama por la independencia de esa zona de Kadesh de la supremacía niliense y por limpiar de herejes las tierras sagradas y todas esas tonterías. Bueno, eso no es nada nuevo en esas tierras bárbaras, pero a mí me brinda una gran oportunidad. Si   se desestabiliza la zona lo suficiente y los Kadeshitas vuelven a las andadas, robando a mercaderes, pirateo descontrolado y quemas masivas de extranjeros en la plaza del pueblo, nadie podrá oponerse a una misión de "pacificación" en esa región. Y si logramos establecer a un rey cliente allí, las puertas de Nilia estarán abiertas. Podremos hacer una lucrativa campaña por Nilia con poca o ninguna excusa, o sencillamente aceptar los sobornos millonarios que esos decadentes nos pagarán con el fin de evitar nuestra furia.

Necesito que tú y tus corta-cuellos sirvais de asesores a esa chusma de cabreros y bandidos para que puedan tomar las ciudades de la costa. Que maten y saqueen lo que quieran. Cuanta más sangre mejor.

Necesito que el año que viene ya estén asolando la región costera y asesinando mercaderes y extranjeros, ya que para entonces seré pretor y estaré en posición de garantizarme la pro-pretoria y la sacrificada misión de cazar piratas.

Mi fortuna estará garantizada y mi camino hacia el consulado también. Y puedes tener por seguro que no me olvidaré de los que me ayudaron.

No me falles y no te arrepentirás.

Firma A.M.A. (y un sello con un lobo con una serpiente en la boca)

domingo, 2 de abril de 2023

LA DAMA DE COMPAÑÍA

Una voluptuosa figura femenina avanza por un lujoso pasillo, cubierto de tapices, alfombras, cuadros y estatuas de enorme belleza. Alcanza unas puertas doradas, recargadas en decoración, ante las que hay una enorme figura de doradas alas, que sonríe amablemente.

- Vaya, vaya, Lulú, creí que estabas de misión…-

La voluptuosa figura entorna ligeramente sus plateados ojos, con una mirada extremadamente seductora.

- Lord Sanaliel, un placer veros como siempre, no sé de qué estáis hablando…¿puedo ver a la Dama?-

- Claro, pasa, está algo aburrida hoy…-

La enorme figura le abre las puertas, da un ligero golpe con un lujoso bastón en el suelo:

- Lady Lulael pide audiencia Mi Señora…-

Las grandes puertas se abren a un lujosísimo salón de enormes dimensiones, está muy recargado en decoraciónes excesivas, con grandes cuadros, estatuas, alfombras, y todo tipo de objetos de arte de exquisita calidad. En el centro destaca una fuente de la que emana un hedor dulzón que inunda la estancia, y al fondo, sobre un diván, una figura femenina de belleza sobrenatural se reclina de forma lánguida mientras varias figuras aladas se afanan en servirla, una la acerca un bello racimo de uvas doradas, otra toca un bello harpa de oro, otra la abanica suavemente. La figura entorna ligeramente los ojos, y sonríe.

- ¡Lulú! No te esperaba tan pronto, dejádnos, quiero que Lulú me peine, nadie me peina como ella…-

Todas las figuras salen del bello salón con rapidez y discreción, Lulú toma un bello peine dorado de una mesita, y comienza a peinar suavemente a su Señora.

- Milady, siempre es un placer retocar vuestra bella melena…-

- No me des coba, no es necesario querida…¿y bien? Pensé que ibas a estar más tiempo entre mortales…-

- Bueno, ya que andabais con la mosca detrás de la oreja, he preferido traeros un informe preliminar…-

La lánguida figura toma una uva dorada entre dos dedos con una perfecta manicura, y se la lleva despacio a la boca.

- Habla, ¿debo tener la más ligera preocupación?-

- Ligera, quizás Milady, pero sólo es un elfo con ínfulas, es poderoso si, pero la mayor parte de su poder proviene de sus juguetes mágicos, sin ellos no sería rival ni para mi…-

- Continúa, no me preocupa su nivel de poder, me molestan sus posibles intenciones…-

- Veréis Milady…ese elfo da una apariencia de descerebrado, puede hablar con cualquiera, y es bastante viciosillo, algo que sin duda aprobariáis, con un sutil disfraz me acerqué como ordenásteis, y pronto llamé su atención, bebimos, y enseguida me hizo un montón de confidencias, sobre lo desgraciado que es porque su mujer, bueno exmujer no le permite acercarse a sus hijos, sobre que en su nuevo feudo hay muchos problemas y bla, bla, bla. Pero me agasajaba, con mucha confianza y bastante sutileza, es mucho más inteligente de lo que quiere aparentar, y finalmente me invitó a ir a su feudo a ‘redimir mis pecados’ ya que no contaba con nigún seguidor de vuestra magnificencia en esas tierras.-

La lánguida figura se incorpora suavemente, mientras Lulú continúa peinando sus rojos cabellos con extrema suavidad y delicadeza.

- Ya veo, interesante, interesante, aunque por el momento sólo parecen sospechas mías, ese advenedizo está encantado de atraer a mis fieles caídos, sospecho que tiene intenciones no demasiado ocultas de ascender, y una de las ideas que están pasando por su podrido cerebro es atraer a fieles a los que estoy dando una lección, muy, muy interesante…-

 - Milady, es posible, pero no tengo certezas, además recordad que Tymora le mira con buenos ojos…-

- No te preocupes por Tymora querida, voy a tomar el ‘té’ con ella y hablaré de este asunto, que le favorezca no quiere decir que se vaya a arriesgar con un conflicto abierto conmigo si ese mequetrefe osa ofenderme…-

- Milady, siempre tengo tanto que aprender de vos…-

La lánguida figura hace un ligerísimo gesto con una de sus manos, como diciendo venga, venga...

- Bueno mi querida Lulú, sabes que te echo enormemente en falta cuando no estás, pero ese elfo me ha llamado la atención, he oído muchas cosas sobre él, y ahora me pica la curiosidad, y quiero ver hasta donde es capaz de llegar…quédate en sus tierras y me lo vigilas, acércate todo lo que puedas e intenta sacarle palabras más directas sobre sus intenciones futuras, y de vez en cuando suéltale que no es buena idea inmiscuirse en los asuntos de La dama de cabellos de fuego…-

- Así se hará mi Señora, me acercaré, investigaré, y os informaré, como siempre.-

La voluptuosa figura hace una respetuosa y correctísima reverencia y tras dejarle un impresionante peinado a la Dama se dirige de nuevo hacia las puertas del salón.

- Ah, Lulú, ya que estás en el plano material, en una zona algo apartada, podrías reunir algunos fieles…ya puestos…-

- Como deseeis mi Señora.-

La impresionante figura sale del Salón, saluda de nuevo al guardia de la puerta, y avanza despreocupadamente por el pasillo con un bello contoneo de sus caderas, que el pobre Sanaliel no puede dejar de mirar con una ligera lujuria en sus ojos dorados.