La arboleda estaba llena de risas y alegría, bajo la luz de
brillantes estrellas. Elegantes farolillos multicolores colgaban de las ramas
más bajas y creaban una agradable semi-penumbra de distintas tonalidades que
mezclaba elegantemente áreas suavemente iluminadas con otras zonas más oscuras.
Numerosas criaturas circulaban por las diversas zonas, visitando las distintas
mesas cubiertas de deliciosos manjares y bebidas, las cuales estaban
distribuidas por todo el bosque.
Apostados estrategicamente junto a una mesa bien provista
de exóticos licores y frutos, dos criaturas observaban distraidamente a los
participantes mientras murmuraban maliciosamente entre ellos. Y si se fijaban
en que los grupos de festejantes evitaban por un amplio margen la mesa contra la
que se apoyaban negligentemente, ninguno de los dos comentaba el hecho.
-Esta fiesta es lo
más aburrido que uno podría llegar a soñar – gruñó una de las figuras,
mientras observaba fijamente a un par de atractivas doncellas Eladrin que
pasaban relativamente cerca –. Aunque tal
vez haya algún potencial. Señoritas…
Las dos doncellas se alejaron apresuradamente, ante la
decepción de la criatura. Su compañero se atraganto con un ataque de risa, y
tosiendo pistachos, se burló del frustrado seductor.
-Vamos, vamos. ¿Con
tu reputación y aquí? ¿Realmente creías tener alguna oportunidad? Jajaja.
-Nunca se puede saber
– comentó circunspecto el individuo, bebiendo un largo trago de fuerte licor de
frutos. Sus ojos, que carecían de pupilas y contenían una caótica colección de
colores en perpetuo movimiento, se pasearon inquisitivos por la fiesta,
evaluando el potencial de los distintos asistentes. Repentinamente se fijaron
en un grupo de gente que se acercaban directamente a la mesa, siguiendo a una
imponente figura.
-Uo, problemas…
-¿Qué? ¿Qué? –
masculló su acompañante, arrojando nuevamente un torrente de frutos secos a
medio masticar. Su cola se movió nerviosa y tumbó varias botellas de licores.
-El viejo viene
directo hacia aquí.
-Ay, ay.
Los lamentos cesaron cuando un enorme guerrero elfo, de
dorada melena, con una hermosa capa azul, y con ojos que contenía brillantes
orbes de luz, se plantó frente a las dos figuras. Con un imperioso gesto hizo
que sus acompañantes se retirasen, y cuando estos se alejaron a cierta
distancia, se dirigió a la pareja, mientras les observaba con desconfianza y
sin demasiado aprecio.
-Hablemos.
-Al servicio de su
magnificiencia – graznó la más pequeña de las figuras, moviendo frenético
la cola.
-Hmmm, si, gracias,
Quicksilver…
-Soy Sombra, su
exaltación. Quicksilver es un dragón mercurio.
-Aja. Bien. Bueno,
¿Qué tal estamos, Erevan?
-Prefiero que, en esta
manifestación, me llamen Iles, excelencia.
El enorme elfo suspiró resignado.
-Bueno. Iles y
Sombra. Bien.
Los dos aludidos hicieron profundas reverencias, y si había
un leve tinte burlón en ellas, el regio guerrero tuvo la prudencia de no
comentar nada.
-A su servicio,
señor. ¿Qué podemos hacer por vos?
-Bueno, veréis. Se
que estáis viajando constantemente de aquí para allá, y tal vez hubieseis visto
u oído algo de un asunto que me interesa – comentó de forma ligera. Pero
sus ojos se posaron inquisitivos sobre la pareja.
-Es verdad que
viajamos mucho y hablamos con mucha gente – contesto Iles con falsa
humildad – Es posible que hayamos oído
algo relativo al asunto que os interesa. Si nos dijeseis cual es, podríamos ver
si disponemos de esa información…
-Es relativo a un
robo que sufrí recientemente. ¿Conocéis el reino de Caeau Gwyrdd?
-He oído hablar de
él. Una pequeña dimensión de meditación que poseeis vos y a la cual os
retirabais de cuando en cuando ¿No es así?
-En efecto. Estais
bien informedos ¿Lo habeis visitado alguna vez?
Los ojos de la pareja de liantes brillaron durante un
momento.
-Oh, si, su
excelencia – ronroneo Sombra – Tuvisteis
a bien invitar a Quicksilver y a un, hmmm, compañero de Illes hace unos
milenios, a una fiesta que disteis allí en honor de algunos de vuestros
aliados. Pero tras un malentendido con el señor Moradin, tuvisteis a bien
indicarles la salida y recomendarles que no volviesen.
El elfo puso cara agria.
-Si, me acuerdo muy
bien. Y Moradin también. Aún me lo recuerda de cuando en cuando…
-Bueno, el agua que
paso bajo el puente, pasada está – comento con desparpajo Iles - ¿Os han robado algo allí, mi señor?
-Exactamente.
-¡Que atrevimiento!
¿Y se conoce al responsable? Debió ser alguien poderoso o muy hábil para
sortear las defensas y guardias que sin duda tendríais allí. ¿Era valioso lo
que os han robado?
-Para mi mucho –
musitó el guerrero – para otros, no se…
-Pues os recomiendo
mirar las trazas de magia a ver si quedan residuos de quien quebrase vuestras
guardas, por si alguno de nuestros colegas fuese el que tuvo la feliz
ocurrencia.
-Ya se hizo. Nada de
nada. El que lo hizo fue muy hábil y no dejó ninguna traza – contestó el
noble elfo mientas miraba fijamente a sus dos interlocutores. Estos no
perdieron su compostura…
-Entonces, cabe la
posibilidad de que no fuese una divinidad el responsable. Y tal vez tan
siquiera un inmortal… ¿Os habéis planteado que se tratase de un mortal?
-¿Un mortal?
-Oh, si. Están muy
atrevidos últimamente, los muy pillines. Y hay magos y ladrones muy competentes
entre ellos. ¿Lo que os han robado tenía algún interés para los mortales? ¿Tal
vez para algún archimago? – preguntó malicioso Iles.
-Hmmmmm…. –
murmuró pensativo el guerrero elfo.
-Bueno, si no lo
tenéis claro, siempre podéis preguntar a vuestra esposa. Seguro que la señora
de los sueños podrá solventar el asunto de forma rápida. Ventajas de estar
casado con una diosa de la adivinación ¿no?
-¡No! Eso no será
necesario… Ya me ocupare yo personalmente del asunto.
-Como deseeis. Y si
consideraseis el asunto trivial para vuestra atención personal, siempre podéis
confiar a vuestros agentes mortales el encontrar al responsable. O si no, yo
conozco a muchos aventureros dispuestos a serviros, y muy capaces en sus
habilidades. No los desprecieis por ser simples mortales…
-Nunca lo he hecho
– contesto hosco el guerrero, pero Iles continuó con su discurso como si no le
hubiese oido.
-Sus capacidades son
sorprendentes. Y aunque su magia dista mucho de la finura de la magia divina,
en su tosquedad es poderosa; y su energía y pasión les da un curioso suplemento
de poder. Les he visto realizar actos más allá de lo que en teoría deberían ser
capaces; sobre todo por amor…
“Ah, y parece que
esta de moda entre ellos el salir de nuevo a los planos exteriores. Sin ir más
lejos, me encontré recientemente a vuestra vencedora en la competición mágica…
hmmm, ¿Jhaelryna Viconia?, ¿Si?, bueno, pues lo dicho, me la encontré viajando
por los planos con varios compañeros, investigando no-se-que…
-¿Ah, si?
-Pues si, señor.
Mirad, si tenéis que investigar a los mortales, ella sería una buena opción.
-Si, si. Muchas gracias.
Bueno pasadlo bien.
El regio elfo se unió a su sequito, y un anciano Eladrin se
acercó inquisitivo.
-¿Fueron ellos,
majestad?
-No lo tengo claro,
mi fiel Doethhen. Existen otras posibilidades…
-Nada bueno puede
venir de ese par – gruño el anciano.
-Cierto, pero ni
siquiera Erevan Ilesere y su compinche Avachel pueden estar detrás de todas las
desgracias de este panteón… Tengo que investigar a otros sospechosos.
-¿También a vuestra
esposa, majestad?
-¡No seáis ridículo,
Doethhen…! ¿Tengo pinta de estar loco?
* * *
Iles y Sombra se quedaron junto a la mesa, murmurando
también en tono conspirativo.
-Sospecha algo, Iles.
-Si. Sospecha. Pero
son solo sospechas. No hay ninguna certeza. Y además le acabo de señalar dos posibilidades
más en las cuales tal vez no hubiese pensado. No, por el momento no tenemos
nada que temer…
-No obstante,
deberíamos tomar alguna medida adicional. Embrollonaste bastante el asunto,
pero aún podría percibirse nuestra mano detrás de diversos sucesos. Deberíamos enredar aún más la trama.
-No seré yo quien se
niegue a fomentar algún lío más, jajaja. Creo que tengo un par de ideas que
podrían funcionar, y por lo que veo, tú también.
-Cabe esa
posibilidad, si – respondió el dragón hada con una enorme sonrisa dentuda.
1 comentario:
NOOOOOO! OTRA VEZ NO! Por Dios, esos dos van a acabar con la poca cordura de mi Maga, serán puercos! Además Sombra prometió alejarse de mi por ese favor que le hice! Será puerco, me las pagarán! Diosss que no se entere Angarrath, que no se entere Angarrath, que no...
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