Una enorme sala, tenuemente iluminada por una serie de
globos de cristal que resplandecen, varias enormes figuras toman posiciones con
rapidez y agachan las enormes cabezas en señal de respeto y sumisión. Se
levanta una gran ráfaga de viento, y se escucha un ligero crujido en el suelo de
la estancia al posarse sobre él un enorme peso. Una voz grave, autoritaria
comienza un discurso:
- Bien, familia, ¿qué pensáis de todo este asunto? vosotros
Merkiaas, Santriix, mantuvisteis contacto con ese grupo, ¿qué pensáis?.-
Habla una voz sensual, dulce, aunque en la misma lengua, el
Drakóniko:
- Querido, ese grupo de aventureros no es como el último, y
lo sabes, esos son los que acabaron con la criatura de Rashemen, además de
acabar con una bestia de leyenda, esos no son aventureros descerebrados al uso,
debemos ser cautelosos.-
Los mellizos interrumpen, hablan al mismo tiempo, casi
parece que su exposición es conjunta:
- Padre, van muy cargados de magia, llevan poderosos objetos
mágicos, y al menos tres de ellos son poderosos casters. Sssi padre, la humana
con la que dialogaste, la que parece ser la líder o portavoz del grupo, emana
un gran bien, como un fuerte aura de bondad, además su espada...-
- ¿Qué? ¿Qué ocurre con su espada? Noté que irradiaba un
fuerte aura mágico, pero ¿Qué?-
Habla la pequeña Xan, es una voz dulce, al mismo tiempo sus
ojos brillan con una inteligencia superior a lo normal entre los de su raza:
- Papi, acabo de interrogar a alguno de esos estúpidos que
mantenemos por la música, ya sabes...bueno el caso es que me ha contado cosas
interesantes del grupo, y en especial de esa Aura y de la elfa que la acompaña,
su nombre es Eliara, del clan Moonfist o algo así, son norteños, de muy lejos.
La humana porta una espada destructora, una espada sagrada, y la maneja bien
por lo que me ha dicho, debemos tener mucho cuidado con ella.-
- Mmm, bien, bien, interesante, mi pequeña siempre tan cauta
e inteligente, menos mal que te tengo cerca. De todas formas, a esa que se hace
llamar Aura, no la quiero muerta, es educada, y eso me gusta, si llegamos a la
caza, a esa la quiero viva...-
Vuelven a hablar los mellizos, al tiempo que se relamen:
- ¿Y el resto? ¿Los cazaremos antes de que escapen? Parecían
tener unas pertenencias importantes...-
- Si me volvéis a interrumpir os daré un buen motivo para no
volver a hacerlo pequeños.-
Los dos enormes dragones agachan la cabeza, y emiten algo
parecido a un lloro, apenas perceptibles son sus miradas de odio:
- Disculpa Padre, por favor ilumínanos con tu saber...-
- Eso está mejor. No lo tengo claro, es que no tengo claro
que es lo que quieren, parecía querer negociar algo, pero no entiendo qué.
Sospecho que buscan nuestro tesoro familia, y no vamos a permitir que se lo
lleven ¿Verdad?, además quiero ese cetro, el que porta la elfa, pero
arriesgarnos a un combate con ellos, creo que podríamos perder a algunos de los
nuestros...-
La sensual voz drakoniana irrumpe de nuevo:
- Mi amor, si dejamos que salgan de tu reino, pueden atraer
a otros, o a la Reina de esas tierras, eso serían problemas serios y no este
pequeño grupo, acaba con ellos mientras puedas.-
- Puede que tengas razón, pero es arriesgado, son un grupo
poderoso, aunque nunca se podrán comparar a nosotros claro está.-
La enorme bestia se mesa la barbilla, al tiempo que se
coloca una gran gema entre dos escamas...
- Tengo una idea familia, creo que ya sé como puedo
conseguir ese cetro sin demasiados problemas, Xan, prepara a algunos de esos
que tanto te entretienen, les ofreceré algo que no podrán rechazar.-
- Papi, eres un genio, creo que ya sé por dónde vas, ja, ja,
ja. Por cierto Papi, ¿por qué tanto interés en ese cetro? portaban cosas más
interesantes...-
- No es de tu incumbencia pequeña, si lo conseguimos ya te
explicaré.-
La reunión se disuelve, y la pequeña Xan sale disparada a
buscar lo que el Príncipe le ordenó. El Príncipe, se dirige con suavidad hacia
una enorme columna de aspecto cristalino, y baja con rapidez por su interior.
Al alcanzar su base, mira alrededor, y lanza varios globos de oscuridad, tras
lo cual se escucha un ligero chasquido y una extraña palabra en su idioma. El
Príncipe avanza con rapidez, volando por enormes corredores, hasta alcanzar
unas enormes puertas de bronce, apoya su enorme garra sobre una de las hojas y
vuelve a murmurar algo, las puertas se abren, la enorme bestia entra con
rapidez y las cierra tras él. Se encuentra en una enorme sala, se dirige con
avidez al centro, donde se eleva un enorme monolito pentagonal, lleno de
talladuras y runas, se apoya delante y habla con voz autoritaria:
- Mi tesoro, ¿no habrás vuelto a intentar pedir ayuda
verdad?-
Una suave voz surge del monolito, su interior brilla con
múltiples luces de colores, y parece formarse una figura humanoide en su
interior, brumosa:
- Mi señor, por favor, os he servido todos estos siglos,
debéis darme libertad, es importante, no tomaré represalias contra vos ni
contra los vuestros, no puedo seguir encerrado aquí...-
- ¡Calla! Seguirás encerrado mientras yo lo desee, y por el
momento lo deseo. Dime, qué sabes de esa elfa, esa elfa con la que intentas
contactar.-
- Como desees, esa elfa tiene una importante función, y si
no me liberas, pronto lo descubrirás.-
- Maldito seas, estoy harto de tus acertijos maldito Yuir.
Habla claro, o saldré ahora mismo y te traeré sus huesos para que me respetes.-
- Siempre os he respetado señor, podéis intentarlo, pero
noto el temor en vuestros ojos, no estáis seguro de la victoria ¿verdad?, puede
que vuestro castigo se acerque Lord Aadikaar'kan.-
- Así que ¿aún recuerdas mi nombre? Una razón más para no
liberarte, habla, o empezaré a sacrificar inocentes en tu presencia, despacio
como tanto te gusta...-
La voz suave, responde esta vez tiembla ligeramente:
- Por favor no hagáis eso. La elfa porta un arma de gran
poder, una antigua espada de nuestra raza, una espada que podría hasta acabar
con vuestra magnificencia. Pero no es eso, creo que ese grupo tiene una
importante misión para los Yuir, no puedo deciros más.-
La bruma se desvanece en el interior del monolito.
- ¡Maldito seas, se que sabes más, mientes!. Pero con eso
bastará por ahora, si eso es cierto, esa elfa no debe salir de mi Reino, y no
saldrá.-
El enorme dragón sale rápidamente por la puerta por la que
entró, la habitación queda en la oscuridad unos momentos, después un ligero
brillo surge del monolito y comienzan a escucharse unas suaves palabras:
-
Por...por...portadora de la espada-luna...-
2 comentarios:
Ay, que bien. La historia se complica mas.
Bueno, siempre queda el consuelo que, en caso de que perdamos, no mataran a Aura, si no que solo la meterán de nuevo en una jaula cual exótico canario.
Que manía los dragones con Aura, hay que ver...
Les caes bien, qué le vamos a hacer, la educación ante todo!
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