sábado, 27 de junio de 2015

Oscuras correspondencias


Cuando los héroes del ejército de Anhuratis de Arish acabaron con los cultistas de la Mano Roja en la ciudad de Urgasai, encontraron la siguiente misiva en posesión de su líder Asgur:

Que el muy noble Señor Rojo, defensor de la luz, destructor del caos, señor de la furia y príncipe de las Grandes Tierras Rojas os guarde.

Noble iniciado, nuestro corazón se llena de gozo al oír sobre los éxitos de los Hijos Rojos en las tierras del interior y más aún que nuestro poderoso señor nos haya favorecido con un nuevo profeta bendecido con sus miles de dones. Confío en que vos, como iniciado del Señor, sepáis encauzar su sabiduría hacia los objetivos del gran dios.
Hemos oído que sus designios son múltiples y sus herramientas miles y procedentes de lejanas y extrañas tierras y no diré más al respecto porque los traidores y los delatores abundan; pero no temáis, los Acólitos del Aspid silenciaremos a aquellos que saben demasiado y podrían delatar nuestros secretos. Gracias a nuestra habilidad, esos traidores solo hablarán a los gusanos.

Oh, gran acolito, ¡apresuraros! Durante muchos años hemos tenido que soportar a extranjeros gobernando nuestras acciones, extorsionando nuestros pueblos a base de execrables impuestos, y prohibiendo nuestras sagradas ceremonias.
Ha llegado el momento de que los verdaderos hijos de Kadesh tomen las riendas de su destino y que, al igual que nuestros antepasados, vuelvan al seno de la auténtica fe. La fe que los antiguos príncipes conquistadores Maryannu adoptaron tras ver la luz y el poder del señor de los amplios espacios, y que les permitieron dominar todo el mundo. En esta ocasión, no serán los Maryannu los que conquisten el mundo, si no solo nosotros, sus humildes herederos; humildes pero destinados a eclipsar sus conquistas siguiendo la verdadera fe.

Oh, grandioso; la gente del interior del país, la más cercana a los dominios de nuestro señor es la que se ha mantenido más pura en la creencia del Señor Rojo, ya que la mayor parte de nuestros vecinos adoran a venales dioses extranjeros o, peor aún, a demonios disfrazados de dioses que lo único que fomentan es el caos y el desorden. Señor, venid pronto a rescatarnos y no temáis, puesto que los herejes son débiles y habrán de caer ante la gloria del Señor Rojo y de sus hijos, los únicos que nos salvarán del caos, la anarquía y los demonios del caos.

Apresuraos pues, o Iniciado. Persuadid al Profeta Velado para que lance a sus miles de hijos sobre las tierras de la costa.
Los verdaderos hijos de Kadesh os estarán esperando y os ayudaran a traer la luz al descreído y al impuro. Los soldados estarán ciegos a vuestro paso, los perros serán silenciados para que no ladren ante vuestra presencia, las puertas se abrirán a vuestro paso, los muros serán franqueados por cuerdas en la noche, y de ese modo los príncipes usurpadores se encontraran tirados de bruces en el arroyo.
Así está escrito que pasará para garantizar vuestro éxito. Quedamos pocos, pero los suficientes para poder contemplar la gloria de vuestras diez mil hogueras cuando bajéis de los yermos montes para reclamar para nuestro señor y su Pueblo las fértiles llanuras costeras.
Que tal día se apresure.

Vuestro ahora y siempre, los acólitos del Aspid, miembros de las Manos Rojas y servidores del señor del poder y la furia, aquel de los mil nombres, El verdadero Hijo del Creador, favorecido por el divino monarca, auténtico heredero de la creación y defensor de la luz frente al caos.


Firma el sello de un aspid negro rodeando un cedro.


No hay comentarios: