Noche, se escucha música y varias voces, un tipo gordito,
bajo y entrado en años, camina por un sendero empedrado, se acerca lentamente a
una enorme mansión. Alcanza unas puertas enrejadas, detrás de ellas unos
enormes jardines. Dos guardias enfundados en impolutas armaduras le miran con
caras de indiferencia.
- Me temo que he olvidado la invitación señores, pero si son
tan amables de avisar al Señor Vega de que estoy aquí...-
- Milord, la fiesta ya lleva unas horas, y no tenemos noticias
de invitados retrasados, me temo que no podéis pasar.-
El tipo gordo mira suavemente en los ojos del guardia:
- ¡Ahhh!, Molor, hijo de Arunsun, cómo no te he reconocido
antes, ¿no me recuerdas? estuve aquí hace unos meses. Por favor sólo entrégale
esto al Señor...-
El Gordo se acerca despacio al guardia y le deja algo en las
manos a través de las rejas.
- Bueno, espero que no esté demasiado indispuesto, veré qué
puedo hacer, disculpad Milord pero no recuerdo vuestro nombre. ¿A quién debo
anunciar?-
- Entrégale lo que te he dado, lo reconocerá enseguida, no
te preocupes por los nombres, ya sabes, en estas fiestas la discreción...-
- Claro Milord, ahora mismo.-
El guardia se da la vuelta y comienza a caminar hacia la
gran mansión. El tipo gordo espera con tranquilidad, mira a las estrellas
pensativo.
- Dime Marcus, ¿qué piensas de ese Sol Negro del que tanta
gente habla?-
- ¿Cómo sabéis mi nombre Milord? Juraría que es la primera
vez que os veo.-
- Oh, ¿eso crees? nos cruzamos en mi última visita al Señor
Vega, te recuerdo bien, creo que acababas de conseguir el puesto. No pasa nada,
no te preocupes, no me ofendo, con tantas visitas es normal que no recuerdes
una cara común...y gorda.-
- Mi Señor, no estáis gordo, más bien con algo de peso nada
más. Disculpad, me fijo poco en los rostros, con tantas visitas como decís,
cuesta acordarse de todo el mundo. ¿El culto ese nuevo? Bueno, se escuchan
muchas cosas, parece que en el puerto de la noble Selgaunt está arraigando con
fuerza el culto al Sol Negro, y tengo un primo en Suzail que me contó que por
allí también hay numerosos seguidores del Sol Negro. No sé mi Señor, yo sólo
soy un guardia, no entiendo de esas cosas religiosas...-
- Mmm, ya veo, interesante, por mi parte te diré que sigo a
ese culto con interés de cronista, vamos que voy relatando la historia de los Reinos
en libros, y me parece interesante. A parte, ¿crees que será otro grupo de locos,
o será un culto serio? he oído que ese Sol Negro escucha todas las plegarias, y
que concede fuertes Dones a aquellos que lo siguen.-
- Si mi señor, he escuchado a algunos profetas en la ciudad,
y la verdad es que lo que dicen me parece bien. Creo que ese Sol Negro, sea
quién sea, sólo quiere velar por los más necesitados, y cuidar de aquellos que
realmente lo necesitan. Si queréis mi opinión, es lo que deberían ser los
Dioses, en general.-
El Gordo esboza una ligerísima sonrisa, a penas perceptible,
justo en ese momento el guardia que partió hacia la mansión alcanza la puerta
enrejada de nuevo:
- Milord, disculpas en nombre del Señor Vega, me dijo que
por supuesto tenéis paso libre cuando queráis. Os aviso de que la fiesta está
en su apogeo, os podéis encontrar con alguna escena...bueno...algo extraña.-
- No te preocupes Molor, a mi edad he visto casi todo.-
Los guardias abren las puertas.
- ¿Necesitáis que os acompañemos Milord?-
- No muchachos, conozco el camino no os preocupéis.-
El tipo gordo sigue el camino empedrado, despacio, apoyado
en un pequeño bastón. Finalmente pasa varias piscinas en las que hay hombres y
mujeres de todo tipo, hablan, beben, fornican, se pelean, hay todo tipo de
escenas, pero con algo en común, todos están desnudos y enmascarados. El
robusto hombre continúa con su cansado paso, pasa por unas grandes puertas a la
enorme mansión, las escenas se degradan a medida que avanza, un hombre atado y
con collar de perro es azotado por una bella mujer. Una mujer muy gorda, atada
a una mesa, desnuda, dos enormes mulatos le queman sus partes más íntimas con
la cera derretida de velas, la obesa mujer gime con cierto placer. En un
pequeño salón dos bellas mujeres luchan en un cuadrilátero lleno de barro,
multitud de hombres y mujeres tan sólo ataviados con máscaras hacen fuertes
apuestas, cuchichean y ríen alrededor. Las escenas de depravación, lujuria y
excesos se continúan. Finalmente el grueso hombre abre unas grandes puertas
dobles, para encontrarse con un hombre atractivo, con un extraño peinado,
sonríe y parece que ha bebido mucho, mira a través de unas extrañas gafas al recién llegado. Inmediatamente hinca una rodilla en el
suelo:
- Mi Señor. Es un honor veros de nuevo. Me alegra que estéis
bien y de una pieza. ¿Cómo marcha todo?-
- Hola muchacho, yo también me alegro de verte, y de ver que
has montado aquí un buen tinglado. Todo va bien. He recuperado mis 'cosas' y
eso facilitará el camino. Todo está marchando bien por la Costa de la Espada,
parece que las autoridades de la Ciudad de los Esplendores han estado muy
ocupadas con un Invierno algo extraño, lo que nos ha favorecido enormemente.
Pronto les encargaré a Megalos y Gigalos que agiten un avispero, cuando las
avispas salgan a picar, mis seguidores acudirán raudos al rescate, espero que
con eso gane algún que otro seguidor. Dime, ¿cómo van las cosas por aquí?-
El humano atractivo de extraño peinado sonríe al tiempo que
fuma de una larga pipa.
- Bueno Mi señor, por el momento las cosas marchan, unos
cuantos 'profetas' hacen una correcta labor por todas estas tierras que llaman
Sembia ahora, y buena parte de la vecina Cormyr. Poco a poco mi Señor el culto
al Sol Negro se extiende, todo marcha.-
- Perfecto, sabía que no me defraudarías, siempre has sido
como mi brazo derecho.-
- Mi señor me honráis, je, je, je.-
- Aunque, creo que deberías controlar un poco tus ansias de
experimentar, sobre todo con tanto alucinógeno, no creo que eso ayude a ser
discreto.-
- Mi Señor, es todo parte de mi actuación, no tenéis de qué
preocuparos. Mantengo mis pequeñas debilidades bajo control, no pierdo la
consciencia y no hablo más de lo necesario. Por cierto, hace unas semanas tuve
la visita de ese No-muerto que me mencionasteis un tipo curioso, de gran poder,
no me gustó demasiado, pero como me dijisteis que no discutiera, pues le dí lo
que me pidió. Espero que esté todo correcto.-
- Si, si, lo sé. Fue perfecto, ese ser me hizo un pequeño
favor sin saberlo. El caso es que necesitaba distraer a ese al que llaman Hook,
ya sabes ese elfo descerebrado que tan conocido es por todos los Reinos. El
caso es que recientemente adquirió un feudo, casualmente donde se encontraban
las ruinas de la antigua ciudad enana, Minas Morûl ¿recuerdas? Bueno da igual,
el caso es que ese Lich tenía algo pendiente con el tal Hook, y me vino de
perlas, le distrajo a él y a algunos invitados en una fiesta que había
organizado, mientras Yo, logré entrar en la antigua ciudad enana y recuperar lo
que me quitaron hace tanto tiempo.-
- Ohhh, ja, ja, ja. Ahora comprendo Milord, claro, claro.
Bueno imagino que 'Lord' Hook y sus compañeros, ¿cómo les llaman? Ahhh, si,
'Los Destructores de la Bestia', si un grupo de mortales formidable Milord, no
debemos menospreciarlos, he escuchado varias de sus hazañas por los Reinos,
creo que entre ellos figura una mujer, una descendiente de uno de los
guardianes del Monasterio de St. Edemar...una tal Aura Stronghand, su compañera
una elfa de formidables dotes en la lucha y la magia, una tal Eliara Moonfist,
y otros que los acompañaban, un tal Elion Everlove y un caballero humano de
renombre en Cormyr, de la familia Wyvernspur, un tal Sir Percivale.-
- ¿Stronghand dices?-
El hombre gordito parece crecer por un momento, sus ojos
brillan con intensidad con un brillo plateado, duro y frío a la vez, después
vuelve a su enjuta forma.
- Si Milord, Stronghand, suponía que os interesaría ese
nombre familiar, por lo que...-
- Me interesa si, ese pequeño clan de humanos, si uno de sus
ancestros fue uno de los guardianes de mi prisión. Le advertí que lo
lamentaría, y si no él, los hijos de sus hijos, malditos sean. Bueno ahora no
tenemos tiempo de ocuparnos de viejas rencillas, ya nos ocuparemos de esos Stronghand
cuando proceda, ahora debemos centrarnos en nuestros pequeños asuntos. Continúa
con tu labor aquí muchacho, necesito afianzar mi Poder antes de...bueno,
continúa como hasta ahora, pero intenta no llamar demasiado la atención, sobre
todo de sacerdotes, y de fanáticos de cualquier culto. Quizás algún accidente
ocasional en los templos con la 'casual' ayuda en momentos críticos de algunos
seguidores del Sol Negro, podría incentivar un poco a las almas descarriadas a
seguirnos. ¿Qué te parece?-
- Me parece una excelente idea Milord, como no podía ser de
otra forma. Había pensado en dar algún incentivo a esa gran comunidad de elfos
acuáticos que viven cercanos a las costas de esta zona para iniciar, digamos
algún conflicto, en el momento álgido, enviar a algunos diplomáticos seguidores
del Sol Negro para que negocien una paz duradera y equilibrada. Creo que eso
correría la voz rápidamente de que los seguidores del Sol Negro son gentes de
fiar, que velan por el bien de todos y por la paz. ¿Os parece bien?-
- Claro, claro que si muchacho, me parece un plan excelente,
ponte a ello cuanto antes, debemos extender la Palabra. En menos tiempo del que
esperas volveremos a casa, esta vez en triunfo, y...te aseguro que
recuperaremos lo que nos arrebataron.-
El hombre de extraño peinado hace una reverencia, y esboza
una enorme sonrisa:
- Milord, siempre con Vos.-
- No pierdas el tiempo, o no demasiado, ya sabes, lento pero
seguro. Y no descuides las protecciones, no queremos que el Viejo nos
encuentre. Debo partir, vuelvo a la Costa de la Espada, si hay algo importante
no dudes en ponerte en contacto conmigo.-
- Por Supuesto Milord, descuidad, aquí todo irá como la
seda, centraros en el Oeste, y si me necesitáis para cualquier cosa, avisadme.-
El hombre gordito, se gira y se marcha caminando despacio,
por donde a venido, pasa por un salón en el que se desarrolla una gran orgía,
mira con cierta indiferencia. Y se para ante tres bellezas, una semielfa
morena, una humana rubia y otra castaña, se encuentran en plena escena de amor,
pero repentinamente se paran y miran al hombre gordito con curiosidad, la
semielfa habla con un tono sensual:
- Debéis poneros la máscara Mi Señor, ya sabéis las reglas-
- Disculpad, la he perdido.-
Habla la bella mujer de pelo castaño:
- Venid aquí Mi Señor, creo que nos queda alguna máscara de
sobra, y...necesitamos algo de compañía masculina.-
El hombre parece dudar un momento, después habla con un tono
suave, al que las tres mujeres sonríen:
- ¿Por qué no?-
2 comentarios:
Aja, así que el vividor y hedonista Vicent Vega es un sicario de ese misterioso ser que está detrás del culto del sol negro. Me pregunto si será humano o, como el misterioso individuo ese, es mucho más que humano y solo toma su apariencia para pasar desapercibido.
Lo que tampoco me gusta nada es el hecho de que el culto parece estar extendiéndose por todos lados, y no está limitado a Waterdeep.
Todo esto cada vez pinta peor.
¿Peor? No sé por que dices eso...
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