martes, 18 de marzo de 2014

LOS NOBLES TAMBIÉN SE DIVIERTEN

Noche, se escucha música y varias voces, un tipo gordito, bajo y entrado en años, camina por un sendero empedrado, se acerca lentamente a una enorme mansión. Alcanza unas puertas enrejadas, detrás de ellas unos enormes jardines. Dos guardias enfundados en impolutas armaduras le miran con caras de indiferencia.

- Me temo que he olvidado la invitación señores, pero si son tan amables de avisar al Señor Vega de que estoy aquí...-

- Milord, la fiesta ya lleva unas horas, y no tenemos noticias de invitados retrasados, me temo que no podéis pasar.-

El tipo gordo mira suavemente en los ojos del guardia:

- ¡Ahhh!, Molor, hijo de Arunsun, cómo no te he reconocido antes, ¿no me recuerdas? estuve aquí hace unos meses. Por favor sólo entrégale esto al Señor...-

El Gordo se acerca despacio al guardia y le deja algo en las manos a través de las rejas.

- Bueno, espero que no esté demasiado indispuesto, veré qué puedo hacer, disculpad Milord pero no recuerdo vuestro nombre. ¿A quién debo anunciar?-

- Entrégale lo que te he dado, lo reconocerá enseguida, no te preocupes por los nombres, ya sabes, en estas fiestas la discreción...-

- Claro Milord, ahora mismo.-

El guardia se da la vuelta y comienza a caminar hacia la gran mansión. El tipo gordo espera con tranquilidad, mira a las estrellas pensativo.

- Dime Marcus, ¿qué piensas de ese Sol Negro del que tanta gente habla?-

- ¿Cómo sabéis mi nombre Milord? Juraría que es la primera vez que os veo.-

- Oh, ¿eso crees? nos cruzamos en mi última visita al Señor Vega, te recuerdo bien, creo que acababas de conseguir el puesto. No pasa nada, no te preocupes, no me ofendo, con tantas visitas es normal que no recuerdes una cara común...y gorda.-

- Mi Señor, no estáis gordo, más bien con algo de peso nada más. Disculpad, me fijo poco en los rostros, con tantas visitas como decís, cuesta acordarse de todo el mundo. ¿El culto ese nuevo? Bueno, se escuchan muchas cosas, parece que en el puerto de la noble Selgaunt está arraigando con fuerza el culto al Sol Negro, y tengo un primo en Suzail que me contó que por allí también hay numerosos seguidores del Sol Negro. No sé mi Señor, yo sólo soy un guardia, no entiendo de esas cosas religiosas...-

- Mmm, ya veo, interesante, por mi parte te diré que sigo a ese culto con interés de cronista, vamos que voy relatando la historia de los Reinos en libros, y me parece interesante. A parte, ¿crees que será otro grupo de locos, o será un culto serio? he oído que ese Sol Negro escucha todas las plegarias, y que concede fuertes Dones a aquellos que lo siguen.-

- Si mi señor, he escuchado a algunos profetas en la ciudad, y la verdad es que lo que dicen me parece bien. Creo que ese Sol Negro, sea quién sea, sólo quiere velar por los más necesitados, y cuidar de aquellos que realmente lo necesitan. Si queréis mi opinión, es lo que deberían ser los Dioses, en general.-

El Gordo esboza una ligerísima sonrisa, a penas perceptible, justo en ese momento el guardia que partió hacia la mansión alcanza la puerta enrejada de nuevo:

- Milord, disculpas en nombre del Señor Vega, me dijo que por supuesto tenéis paso libre cuando queráis. Os aviso de que la fiesta está en su apogeo, os podéis encontrar con alguna escena...bueno...algo extraña.-

- No te preocupes Molor, a mi edad he visto casi todo.-

Los guardias abren las puertas.

- ¿Necesitáis que os acompañemos Milord?-

- No muchachos, conozco el camino no os preocupéis.-

El tipo gordo sigue el camino empedrado, despacio, apoyado en un pequeño bastón. Finalmente pasa varias piscinas en las que hay hombres y mujeres de todo tipo, hablan, beben, fornican, se pelean, hay todo tipo de escenas, pero con algo en común, todos están desnudos y enmascarados. El robusto hombre continúa con su cansado paso, pasa por unas grandes puertas a la enorme mansión, las escenas se degradan a medida que avanza, un hombre atado y con collar de perro es azotado por una bella mujer. Una mujer muy gorda, atada a una mesa, desnuda, dos enormes mulatos le queman sus partes más íntimas con la cera derretida de velas, la obesa mujer gime con cierto placer. En un pequeño salón dos bellas mujeres luchan en un cuadrilátero lleno de barro, multitud de hombres y mujeres tan sólo ataviados con máscaras hacen fuertes apuestas, cuchichean y ríen alrededor. Las escenas de depravación, lujuria y excesos se continúan. Finalmente el grueso hombre abre unas grandes puertas dobles, para encontrarse con un hombre atractivo, con un extraño peinado, sonríe y parece que ha bebido mucho, mira a través de unas extrañas gafas al recién llegado. Inmediatamente hinca una rodilla en el suelo:

- Mi Señor. Es un honor veros de nuevo. Me alegra que estéis bien y de una pieza. ¿Cómo marcha todo?-

- Hola muchacho, yo también me alegro de verte, y de ver que has montado aquí un buen tinglado. Todo va bien. He recuperado mis 'cosas' y eso facilitará el camino. Todo está marchando bien por la Costa de la Espada, parece que las autoridades de la Ciudad de los Esplendores han estado muy ocupadas con un Invierno algo extraño, lo que nos ha favorecido enormemente. Pronto les encargaré a Megalos y Gigalos que agiten un avispero, cuando las avispas salgan a picar, mis seguidores acudirán raudos al rescate, espero que con eso gane algún que otro seguidor. Dime, ¿cómo van las cosas por aquí?-

El humano atractivo de extraño peinado sonríe al tiempo que fuma de una larga pipa.

- Bueno Mi señor, por el momento las cosas marchan, unos cuantos 'profetas' hacen una correcta labor por todas estas tierras que llaman Sembia ahora, y buena parte de la vecina Cormyr. Poco a poco mi Señor el culto al Sol Negro se extiende, todo marcha.-

- Perfecto, sabía que no me defraudarías, siempre has sido como mi brazo derecho.-

- Mi señor me honráis, je, je, je.-

- Aunque, creo que deberías controlar un poco tus ansias de experimentar, sobre todo con tanto alucinógeno, no creo que eso ayude a ser discreto.-

- Mi Señor, es todo parte de mi actuación, no tenéis de qué preocuparos. Mantengo mis pequeñas debilidades bajo control, no pierdo la consciencia y no hablo más de lo necesario. Por cierto, hace unas semanas tuve la visita de ese No-muerto que me mencionasteis un tipo curioso, de gran poder, no me gustó demasiado, pero como me dijisteis que no discutiera, pues le dí lo que me pidió. Espero que esté todo correcto.-

- Si, si, lo sé. Fue perfecto, ese ser me hizo un pequeño favor sin saberlo. El caso es que necesitaba distraer a ese al que llaman Hook, ya sabes ese elfo descerebrado que tan conocido es por todos los Reinos. El caso es que recientemente adquirió un feudo, casualmente donde se encontraban las ruinas de la antigua ciudad enana, Minas Morûl ¿recuerdas? Bueno da igual, el caso es que ese Lich tenía algo pendiente con el tal Hook, y me vino de perlas, le distrajo a él y a algunos invitados en una fiesta que había organizado, mientras Yo, logré entrar en la antigua ciudad enana y recuperar lo que me quitaron hace tanto tiempo.-

- Ohhh, ja, ja, ja. Ahora comprendo Milord, claro, claro. Bueno imagino que 'Lord' Hook y sus compañeros, ¿cómo les llaman? Ahhh, si, 'Los Destructores de la Bestia', si un grupo de mortales formidable Milord, no debemos menospreciarlos, he escuchado varias de sus hazañas por los Reinos, creo que entre ellos figura una mujer, una descendiente de uno de los guardianes del Monasterio de St. Edemar...una tal Aura Stronghand, su compañera una elfa de formidables dotes en la lucha y la magia, una tal Eliara Moonfist, y otros que los acompañaban, un tal Elion Everlove y un caballero humano de renombre en Cormyr, de la familia Wyvernspur, un tal Sir Percivale.-

- ¿Stronghand dices?-

El hombre gordito parece crecer por un momento, sus ojos brillan con intensidad con un brillo plateado, duro y frío a la vez, después vuelve a su enjuta forma.

- Si Milord, Stronghand, suponía que os interesaría ese nombre familiar, por lo que...-

- Me interesa si, ese pequeño clan de humanos, si uno de sus ancestros fue uno de los guardianes de mi prisión. Le advertí que lo lamentaría, y si no él, los hijos de sus hijos, malditos sean. Bueno ahora no tenemos tiempo de ocuparnos de viejas rencillas, ya nos ocuparemos de esos Stronghand cuando proceda, ahora debemos centrarnos en nuestros pequeños asuntos. Continúa con tu labor aquí muchacho, necesito afianzar mi Poder antes de...bueno, continúa como hasta ahora, pero intenta no llamar demasiado la atención, sobre todo de sacerdotes, y de fanáticos de cualquier culto. Quizás algún accidente ocasional en los templos con la 'casual' ayuda en momentos críticos de algunos seguidores del Sol Negro, podría incentivar un poco a las almas descarriadas a seguirnos. ¿Qué te parece?-

- Me parece una excelente idea Milord, como no podía ser de otra forma. Había pensado en dar algún incentivo a esa gran comunidad de elfos acuáticos que viven cercanos a las costas de esta zona para iniciar, digamos algún conflicto, en el momento álgido, enviar a algunos diplomáticos seguidores del Sol Negro para que negocien una paz duradera y equilibrada. Creo que eso correría la voz rápidamente de que los seguidores del Sol Negro son gentes de fiar, que velan por el bien de todos y por la paz. ¿Os parece bien?-

- Claro, claro que si muchacho, me parece un plan excelente, ponte a ello cuanto antes, debemos extender la Palabra. En menos tiempo del que esperas volveremos a casa, esta vez en triunfo, y...te aseguro que recuperaremos lo que nos arrebataron.-

El hombre de extraño peinado hace una reverencia, y esboza una enorme sonrisa:

- Milord, siempre con Vos.-

- No pierdas el tiempo, o no demasiado, ya sabes, lento pero seguro. Y no descuides las protecciones, no queremos que el Viejo nos encuentre. Debo partir, vuelvo a la Costa de la Espada, si hay algo importante no dudes en ponerte en contacto conmigo.-

- Por Supuesto Milord, descuidad, aquí todo irá como la seda, centraros en el Oeste, y si me necesitáis para cualquier cosa, avisadme.-

El hombre gordito, se gira y se marcha caminando despacio, por donde a venido, pasa por un salón en el que se desarrolla una gran orgía, mira con cierta indiferencia. Y se para ante tres bellezas, una semielfa morena, una humana rubia y otra castaña, se encuentran en plena escena de amor, pero repentinamente se paran y miran al hombre gordito con curiosidad, la semielfa habla con un tono sensual:

- Debéis poneros la máscara Mi Señor, ya sabéis las reglas-

- Disculpad, la he perdido.-

Habla la bella mujer de pelo castaño:

- Venid aquí Mi Señor, creo que nos queda alguna máscara de sobra, y...necesitamos algo de compañía masculina.-

El hombre parece dudar un momento, después habla con un tono suave, al que las tres mujeres sonríen:


- ¿Por qué no?-

2 comentarios:

Titoki dijo...

Aja, así que el vividor y hedonista Vicent Vega es un sicario de ese misterioso ser que está detrás del culto del sol negro. Me pregunto si será humano o, como el misterioso individuo ese, es mucho más que humano y solo toma su apariencia para pasar desapercibido.

Lo que tampoco me gusta nada es el hecho de que el culto parece estar extendiéndose por todos lados, y no está limitado a Waterdeep.

Todo esto cada vez pinta peor.

DSR dijo...

¿Peor? No sé por que dices eso...