viernes, 28 de febrero de 2014

TIEMPO ATRÁS...

En una gran sala, totalmente blanca por estar construida con mármol de la mejor calidad, totalmente blanco, la luz deslumbra. Una enorme figura está postrada ante un enorme altar, sus ojos miran al suelo, parece mostrar el mayor de los respetos. Una voz grave, suave, que emana confianza parece surgir de todas partes.

- Bien jovencito, en estos momentos de pesar, en el que debo dar algunas lecciones de humildad, tu te encargarás de mantener el orden aquí. ¿Te ves capaz de guardar el orden hasta que los asuntos terrenales queden en la balanza?-

La enorme figura no levanta la vista, sigue en su posición de postración:

- Si mi señor, yo guardaré el orden hasta que lo consideréis necesario, podéis confiar en mi.-

- Bien, así sea, entonces guardarás el Reino hasta nueva orden, sigue los mandatos apropiados para el Reino, no lo descuides.-

- Así será mi Señor, cuando el Rey vuelva, encontrará el Reino como lo dejó.-

- Bien, entonces, guarda que nada se descontrole, tendrás noticias cuando el momento llegue.-

La enorme luz en la gran sala parece atenuarse con suavidad. La enorme figura se levanta lentamente. Sus ojos parecen brillar ligeramente por un momento.

- Salius, encárgate de la guardia, quiero informes a cada momento, al detalle, no descuides nada por nimio que te parezca.-

- Mi Señor, por supuesto, ahora mismo.-

Los años pasan en otros lugares, con grandes acontecimientos que se suceden uno tras otro, al tiempo que la enorme figura de Legnarion se va acomodando en sus funciones, sus pensamientos van cambiando despacio, poco a poco, pero cada año que pasa con mayor seguridad, tanto que desecha la idea de que el Rey vuelva. Con un poco de suerte no volverá, y él podrá mantener el Orden en el Reino, pero un buen día, tras muchos años, parece que las cosas cambian, parece que el Rey volverá en breve a reclamar su trono, y de pronto Legnarion se da cuenta que no quiere que eso ocurra, le gusta el trono, le gusta mantener el Orden y el Bien en su Reino, y el viejo Rey ya no pinta nada. Un buen día, Legnarion llama a tres siervos, son tres enormes figuras que siempre han creído y confiado en su juicio.

- Mmm, veo que ya estáis aquí, bien, bien, debo encargaros una delicada misión, ante todo necesito suma discreción, es una misión delicada, ¿Puedo confiar en vuestra palabra y discreción?-

Las tres grandes figuras responden al unísono:

- Si, Milord.-

- Bien, entonces necesito que bajéis al plano primario, el cuerpo que habita nuestro Rey ha sido corrompido por fuerzas oscuras, y debe ser eliminado, con ello conseguiremos que nuestro Señor regrese en toda su Gloria, atrapará uno de vuestros cuerpos materiales, y  los otros dos lo escoltaréis hasta aquí. No debéis hablar de esta misión con nadie, es de suma importancia, hay espías por doquier, y nuestro Señor se encuentra en un momento de suma debilidad, el sumo Lord así me lo ha comunicado. Así que encontrad el débil cuerpo que habita nuestro Señor y destruidlo, tras ello regresad con prontitutd a mi presencia. ¿Alguna pregunta?-

Las tres figuras se miran con ciertas dudas, después miran a su comandante con miradas claras, uno de ellos habla con voz grave:

- No Milord, todo está más que claro, volveremos con la satisfacción de haber servido a nuestro Señor en nuestras manos, o no regresaremos.-

- Bien, perfecto, partid entonces, no debemos perder más tiempo en esta misión.-

Las tres enormes figuras hacen una reverencia, acto seguido se retiran por unas enormes puertas. Legnarion se queda pensativo mirando las puertas:

- Bien, ya no hay vuelta atrás, lo hecho, hecho está, todo a una carta, pronto alcanzaré lo que merezco, o bien seré destruido, en fin, espero que sea la primera opción, el Reino está mejor conmigo, el Viejo ya no puede hacerse cargo de todo esto. Espero que el Lord Supremo comprenda mis razones.-

Sonríe ligeramente, al tiempo que toma una postura más cómoda en el enorme trono, mira una enorme balanza de oro.


- Algunas cosas tienen que cambiar para que todo pueda prosperar...- 

No hay comentarios: