domingo, 15 de diciembre de 2013

ESPERANDO A LOS AVENTUREROS

Un gran río, varias embarcaciones circulan en ambos sentidos, una algo mayor atraca en un puerto, los pasajeros bajan, entre ellos destaca un tipo atractivo, con un ligero amaneramiento, vestido con ropas de noble que necesitan serios arreglos. Varios jóvenes se encargan de su equipaje y su montura, porta una formidable espada. Un tipo gordo y grande se le acerca nada más poner un pie en tierra:

- Milogd, ¿es usted Logd Cunningham?-

El cansado viajero le mira con cierto desprecio y responde:

- Ese es mi nombre siervo, ¿qué quieres?-

El hombre gordo le entrega una carta lacrada y desaparece rápidamente.

Toma la carta, al mirar el lacre sus ojos se abren mucho, empalidece ligeramente y la abre con cierto nerviosismo, comienza a leer...

- Señor, me han recomendado la taberna de la Flor Roja...-

Lord Cunningham levanta la vista, mira a su siervo, está totalmente blanco.

-N...No, vamos al Arpa de Oro.-

- Pero Señor, es muy cara y nuestro monedero...-

La frase es cortada secamente, se oye un golpe, el muchacho cae al suelo.

- No vuelvas a discutir lo que digo jovencito, tengo una importante cita allí.-

----------------------------------------------------------------------------------

Unos suaves golpes en una puerta, una voz suave, encantadora surge tras la puerta:

- Pasa Archie.-

- "Maldito sea, ¿cómo puede saber que soy yo?"-

Archie entra en la habitación con cautela, se trata de un pequeño salón, elegante y acogedor. Una figura de espaldas mira a una chimenea, sostiene una copa y se gira lentamente, su voz es suave, agradable, imposible de ignorar:

- Sir Archivald Cunningham, por fin, me alegra mucho verte de nuevo. Tengo una buena suma de oro con tu nombre, si tu tienes lo mío.-

- Milord, veréis, surgieron varios problemas inesperados, aventureros descerebrados, la Iglesia de Anhur e incluso tres hermanos vuestros aunque más bajitos y de piel más pálida...-

La elegante figura avanza unos pasos, con un ligero tintineo metálico.

- ¿Hermanos míos dices? esa noticia es sumamente desagradable, bien imagino que todo esto son excusas para decirme que no traes mi encargo. Pero mi oferta sigue en pie.-

- Milord, estoy seguro que varios de esos aventureros pasarán por aquí, debido a quién les guía, creo que se dirigen al pequeño país de Lorindale. Conseguiré lo que me pedisteis, os lo juro.-

- No lo dudo Archie, el oro que te ofrezco restablecerá tu posición, y podrás vivir cómodamente el resto de tus días. ¿pero quiénes son esos aventureros? ¿Tienen lo que te pedí? Tampoco era un encargo tan difícil para alguien de tus habilidades, un viaje largo si, pero no demasiado complicado ¿no crees?-

- Si Milord, pero las cosas se complicaron. Se trata de un grupo de aventureros, entre ellos destacan dos Perras, nada de que preocuparos, una Norteña del este y una negra inmensa, creo que son ellas las que tienen vuestro tesoro Milord.-

La esbelta y elegante figura parece estudiar a Archie unos segundos, sus ojos brillan con fuerza en el poco iluminado salón, Archie tiembla ligeramente.

- Estupendo Lord Cunningham, debo partir, hay asuntos importantes pendientes al norte, te espero allí, y tu oro también te espera allí.-

- No tardaré mi Señor.-

Archie se retira con miedo en los ojos y sin dar la espalda a su interlocutor.

- Espera. Toma esto para imprevistos, así sabrás que no hablo en vano.-

Lanza una bolsa que Archie toma en el aire y se retira. Cierra la puerta con suavidad, pensando:

- 'Qué tipo más extraño, nunca había conocido un duende como este, no me fío, pero esta bolsa es pesada y yo tengo muchos gastos, prepararemos un recibimiento a esas perras y a quién las acompañe.'-

- ¡Gastón!-

- Mi Señor.-

- Pide una buena cena, habitación, cuida que no les falte de nada a nuestras monturas, entérate si hay alguna partida interesante con nobles a ser posible, en marcha, y para más tarde entérate cuál es el mejor burdel de la ciudad, quiero compañía esta noche. Pronto cambiará mi suerte querido y eso significa que también cambiará la tuya.-

- ¡Mi Señor, inmediatamente, si!-


El joven Gastón baja las escaleras de la elegante posada con una gran sonrisa en la cara.

1 comentario:

Titoki dijo...

Maldito noble pisaverde. Ademas de traidor y ladrón frustrado, conspirador. Y encima conspirando con un elfo gris (u oscuro, espero que no).
Mal rayo le parta.
Me parece que me voy a hacer un collar con sus orejas...