jueves, 8 de agosto de 2013

Johnny Hummer

Las cosas han mejorado sustancialmente en los barrios pobres de Silvery Moon.  Desde que ya no aparecen más ancianos de los que cuidar, la Capilla de los Desamparados puede encargarse mejor de la educación de los niños y del cuidado de otros enfermos.

El hermano Brinner, en calidad de encargado del presupuesto municipal, ha destinado más fondos al mantenimiento del barrio y uno de sus asistentes va camino del baluarte "El Escudo Protector" para organizar el bienestar de los refugiados y civiles que allí se aglutinan.  De hecho, una partida presupuestaria extraordinaria se ha aprobado desde el gobierno de la ciudad para reconstruir el barrio y mejorar la seguridad.  Quizás alguien ha hablado con la Exaltada Dama y se han empezado a mover las cosas.

Mientras, en la plaza de la Capilla, un nuevo colaborador hace sentir su presencia.  Johnny, un desconocido bardo, ha tomado como misión personal la educación de los pilluelos del barrio.  Siempre desde un punto de vista quizás algo menos "normativo" que la disciplina de Brinner, el hecho es que las clases que imparte están atestadas.  En ellas, Johnny insiste en que sabiendo leer y escribir tendrán más posibilidades de conseguir un trabajo decente.  De hecho, el propio bardo supervisa los contratos, verbales o escritos, que obtienen los más mayores para ganarse la vida en la zona comercial.  Gracias a este esfuerzo, los comerciantes que inicialmente se presentaban con la idea de obtener empleados a bajo coste terminan entendiendo que un salario justo implica una lealtad mayor y más empeño por parte del empleado.

Por la noche, cuando los chavales duermen y los enfermos ya no le necesitan, Johnny estudia algunos volúmenes y compone algunos versos, algo torpes quizás, recordando a los responsables de que él se encuentre allí, vivo y libre.  Al vencerle el sueño sentado en la desportillada mesa de la capilla, un rostro acude a su sueño, como cada noche:  el rostro de la semielfa cuyos cuidados tanto recordó en la época en la que estuvo preso como esclavo.  Reconfortado, sueña con encontrarse de nuevo con ella y decirle en persona todo lo que entre borrones de tinta escribe.  Tantas cosas que decir...

Johnny no sabe si se quedará mucho tiempo en Silvery Moon, pero lo que sí sabe es que en algún momento se irá.  En su mente un sólo destino se abre paso como una llama: Candelero. 

4 comentarios:

DSR dijo...

Anda lo que me he encontrado...Mooolaaa, gran aventura por cierto! Así que ya hay un fan!

Anónimo dijo...

Me encanta :_) . Que bonito! Esto se avisa hombre :)

Titoki dijo...

Buen relato desde el punto de vista de una de las desgraciadas victimas. Eso si, el responsable pago su perfidia con su miserable victima.

¡Su ira destruye al malvado!

Jota dijo...

¡Gracias!
Es que los héroes inspiran a otros héroes.