miércoles, 6 de febrero de 2013

DESTRUCTOR


Una gran estancia, iluminada por varios grandes fuegos sobre braseros de metal. Una figura imponente, ataviada con una enorme armadura, con carneros como hombreras, se inclina sobre una gran mesa llena de pergaminos. Una pesada puerta chirría, entra una enorme figura.

- Cheñó, ¿Puedo pachar?-

La imponente figura se yergue, alza la vista, es un humano de tez ligeramente morena, anchos hombros, rapado y con una cuidada perilla. Su mirada es una mezcla de desprecio e ira:

- Ah, eres tu, ¿Cómo va todo? ¿Cómo están los prisioneros? Recuerda que los quiero enteros...y vivos.-

- Cheñó, loch, prichioneroch echtán bien atendidoch y con lach cadenach etnterach, mich choldadoch chiguen vuechtrach órdenech chin problemach...-

- Bien criatura...¿Tondur era tu nombre no? Bueno, no importa, seguid como os he dicho, atacad, saquead y destruid, el Señor de la Tormenta está contento con vuestra labor, y por ello la recompensa que os prometí seguirá aumentando, además de todo lo que obtengáis con el saqueo claro.-

La enorme criatura sonríe, mostrando una hilera de dientes desordenados y amarillentos:

- Bien, Cheñor, cherá como decich, mich choldadoch echtán contentoch con el trabajo y la paga, pero...¿Qué ocurrirá cuándo la gran guerrera humana llegue a echtach tierrach?, mich choldadoch la temen mi cheñor.-

- No te preocupes, simplemente explícales que yo me encargaré de ella, esa perra pagará por su intromisión..., vosotros continuad haciendo daños, acércate, quiero mostrarte algo.-

La enorme figura se acerca al humano con temor en sus grandes ojos:

- Mira, ¿ves este mapa? ¿lo entiendes?-

- Mmmm...Chi cheñó, ech la zona.-

- Bien, veo que tu enorme cabeza sirve para algo más que para llevar yelmos.-

El humano extiende un gran mapa y comienza a señalar lugares con un dedo:

- Aquí, aquí y aquí patrullaréis, cualquier caravana que se acerque, destruidla. Aquí y aquí, arrasad con todo lo que veáis. Aquí, talad o quemad ese bosque, aquí contaminad las aguas (tirad unos cadáveres), aquí...-

Las explicaciones continúan un buen rato.

- Bien cheñó, che hará como decích. ¿Puedo preguntar algo?-

- Habla.-

- ¿Chi la guerrera humana viene con chuch famochoch aliadoch, cómo loch parareich?-

El humano mira a la enorme silueta con desprecio, pero se da cuenta que debe tranquilizarlo.

- Ven.-

Ambas figuras bajan una gran escala de madera, recientemente construida hasta una enorme sala, hay un gran altar y varias velas negras iluminan toda la sala. Sobre el altar hay restos de objetos destruidos, y varias criaturas sacrificadas, pequeños rayos eléctricos crepitan aquí y allá por toda la sala. Al fondo, tras el altar, una enorme estatua de color negro parece proteger toda la sala.

- ¿Cheñó?, loado chea el amo de la Tormenta, ¿y?-

- Mucha cabeza, poca sesera. ¿Ves la estatua? Te presento a Destructor, una antigua construcción mágica de gran poder, nadie ni nada lo ha parado jamás, lo construí hace años con la ayuda de poderosos chamanes, observa...¡¡¡Destructor, abre un hueco en esa pared!!!

La enorme estatua parece cobrar vida, se encienden dos óvalos con una potente luz azul clara donde deberían estar sus ojos y rayos eléctricos crepitan alrededor de sus brazos, da un lento paso y toda la estancia tiembla, tras lo cual comienza a dar fuertes golpes con sus puños contra la pared señalada, en breves instantes abre un túnel, sus puños están intactos.

- ¡Para!-

La enorme estatua vuelve a su posición inicial.

-¡Cheñó, ech imprechionante! Hablaré a la tribu del gran arma chamánica que tenemoch de nuechtro lado, no habrá dudach. Con Dechtructor con nochotroch, no habrá miedoch.-

- Bien, ahora lárgate, reúne a los guerreros, y trae algunos aquí para que vean el poder de Destructor. Después haréis lo que te he dicho.-

La enorme figura se retira obedientemente de la estancia más tranquilo. El humano se arrodilla ante el altar y comienza a hablar:

- ¡Mi Señor del Trueno! honraré vuestro nombre pronto y vengaré la afrenta que os hicieron. No dejaré piedra sobre piedra ni vida a mi paso. Confiad en mi, aquellos que os ofendieron, pagarán por ello.-

El altar brilla, se electriza, un gran rayo eléctrico parte de él y azota al humano, que ríe como un niño travieso.

3 comentarios:

Titoki dijo...

Diosss. Es que siempre vienen por mis pjs los mas psicopatas del lugar?
No, si tendre que hacer lo que siempre me aconsejaba mi abuelita: no dejar un enemigo vivo detras...

Jota dijo...

Un personaje entrañable, tu abuelita :-D

Mancanta Talos, es tan... electrizante.

DSR dijo...

No era tu abuelita era Jhaelryna!!!