viernes, 16 de agosto de 2024

OSCURAS CONSPIRACIONES II

Un estrecho y oscuro valle, flanqueado por altas y nevadas montañas, por los laterales de escarpadas paredes caen varias cataratas de diferentes tamaños que se unen en un río estrecho pero caudaloso en el fondo, está cubierto de densos bosques, al fondo del valle, junto a una enorme pared vertical se levanta una antigua fortaleza con altas torres, algunas de ellas algo destartaladas, rodeado de un antiguo muro, todas las paredes están tiznadas de negro como si hubieran sido quemadas hace siglos, partes de la fortaleza parecen haber sido reconstruidas hace mucho tiempo, plantas trepadoras de gran tamaño crecen por algunas paredes. La visión se adentra en la fortaleza, hasta un gran salón, iluminado por varios braseros con grandes fuegos, en unas antiguas gradas en circulo, se sientan varias figuras femeninas, son humanas de diferentes edades auque la mayoría son de edades avanzadas, hablan pausadamente entre ellas con un ligero murmullo, todas ellas llevan tatuajes geométricos y adornos hechos de huesos, hasta que unas grandes puertas se abren y entra una mujer alta, con dos grandes trenzas, multitud de tatuajes geométricos recorren su vieja piel, y cicatrices de diferente tamaño, muchas de ellas cosidas con hilos plateados, aunque parecen haber sanado hace tiempo, los hilos que las cosen siguen en ellas. Se hace un incómodo silencio, y la mujer avanza con autoridad hasta el centro de la gran sala.

- Hermanas, me alegro de veros de nuevo, ya sabéis que tuve que hacer un viaje tras las noticias de la joven Cartimandra y hoy os traigo algunas noticias, para vuestra tranquilidad.-

Una de las ancianas golpea con su bastón en el suelo.

- Gran Madre Luna, deseamos conocer más detalles...-

La anciana se calla, al quedarse fijos en ella los fríos ojos verdes de la que hablaba.

- Como iba diciendo, los planes marchan acorde a lo que habíamos ideado, con ciertos altibajos, nada preocupante, las legiones de esas miserables criaturas están a punto de ponerse en marcha, y pronto crearán una gran devastación en esas tierras que los sureños llaman Symira.-

Deja un silencio intencionado para crear espectación entre las ancianas y continúa.

- Cuando las bestias arrasen esas tierras, en pleno invierno, seguro que habrá escasez, y desesperación.-

Algunas sonrisas en el grupo, otras permanecen impasibles.

- Dejaremos actuar a las bestias, y en el momento adecuado, las traicionaremos como ya sabéis, enviaremos algunas jóvenes hermanas, que demostrarán su valía en tiempos oscuros, demostraremos que el Circulo de las Dos Lunas es de una ayuda indispensable, y obtendremos el permiso de sus miserables regentes para establecer un pequeño asentamiento en esas fértiles tierras, como sabéis será un trampolín para poder extender nuestra influencia por el sur, y ¿quién sabe? Quizás algún día podamos cruzar el gran mar y llegar a tierras más lejanas.-

Las ancianas asienten, parecen complacidas, algunas sonríen alegremente sobre todo al escuchar la palabra traición.

Otra de ellas golpea con su bastón y la Gran Madre hace un gesto para que hable.

- Gran Madre, ¿y qué pasa con los codiciosos occidentales? ¿por qué se ha mantenido contacto con ellos y cierto grado de ayuda?-

- Esos codiciosos y engreídos solo piensan en las riquezas materiales, a penas piensan más allá, siempre que el oro fluya a sus bolsillos, son simples, quieren dañar esa nación para hacerse con el control de sus aguas, o mejor dicho, para que el prospero comercio del gran puerto de Tamina se vea dañado, y así sus ganancias se incrementarán, quitando parte de los negocios a Symira, tiene cierta lógica, pero lo hacen de manera encubierta pues no desean una guerra abierta, de hecho no lo hace la nación que se hace llamar Empirea, lo hace una poderosa casa comercial de esa nación, con unos dirigentes especialmente avaros y corruptos, nos ha venido bien esa codiciosa gente, y han suministrado algo de material a esas bestias, creen que todo es un plan suyo con el que enriquecerse, dejémosles con sus ridículos planes, y que se enriquezcan cuanto quieran, cuando sus bolsas engorden, nuestra influencia hacia el sur habrá aumentado.-

Una nueva voz se alza pidiendo paso con el bastón:

- Lady Morgana, algunas de nuestras novicias pueden no estar de acuerdo con éstas desventuras y causar penurias innecesarias a tantos inocentes, imagino que habéis pensado en ello...-

- Si, por supuesto, por eso éstos planes no deben salir de aquí, el consejo cerrado tiene un sentido hermanas, las jóvenes díscolas acatarán órdenes, y desconocen la profundidad de lo que está ocurriendo, y así debe seguir.-

- Y una vez que se consiga el asentamiento  con el beneplácito de las autoridades de Symira, no se podrá actuar como aquí, eso atraería la atención indeseada de los gobernantes...-

- Obviamente hermana, distintas tierras, distintas costumbres, allí, seremos meras consejeras, y observadoras, ayudando en lo posible a la necesitada población, tras tan terribles acontecimientos.-

El pequeño consejo se disuelve entre rumores de las ancianas que abandonan la sala, todas salvo dos, que bajan de sus antiguos asientos y charlan con Lady Morgana cuando la sala ha quedado vacía.

- Morgana, todos esos planes suenan muy bien y muy convincentes, ¿estás segura que todo marchará como dices, no se levantarán sospechas sobre el Circulo de las dos Lunas?-

- Tranquila Aria, todo marcha, y ya sabes que todo ésto es una distracción para las autoridades del país, los estúpidos occidentales y gran parte de nuestras hermanas...-

La otra anciana mira a las otras dos, con gesto serio.

- La Montaña...-

- Eso es querida Neued, la maldita montaña, llevamos tiempo rondando esa montaña y sus secretos, y con todo ésto podremos investigarla en profundidad, si nuestros estudios y nuestros contactos con los espíritus son correctos, en esa montaña encontraremos una nueva fuente de poder, que hará aún más fuerte al círculo, y a nosotras claro.-

- Perfecto Lady Morgana, cuando la guerra se desate, enviaremos a algunas discípulas aventajadas a esa montaña, supongo que recordaréis que las últimas expediciones no tuvieron mucho éxito...-

- Lo recuerdo perfectamente, con esas lamentables pérdidas en la flor de la vida...-

Las tres ancianas esbozan ligeras sonrisas.

- Esa Montaña es el Mal, pero la doblegaremos, y desentrañaremos sus oscuros secretos, con toda Symira volcada en esa guerra, no notarán si ocurren extraños sucesos en su frontera norte, además no es una zona que suelan patrullar a menudo...-

- Perfecto entonces Morgana, espero que todos nuestros esfuerzos den sus frutos, arriesgamos mucho con ésto, no nos podemos permitir tener como enemiga a una nación entera.-

- Seremos poderosas aliadas para ellos, no os preocupéis, todo está atado. Y ahora vayamos a comer algo, tantos viajes me dan hambre.-

Las tres ancianas abandonan el gran salón, tranquilamente.

Morgana Cara de Plata, La Gran Madre Luna

No hay comentarios: