Un bosque húmedo por las recientes lluvias, hay una ligera niebla, dos soldados están de patrulla, con caras de pocos amigos y ojeras.
- Jimmy siempre nos toca a nosotros patrullar las lindes de este maldito bosque.-
- Ya, Johnny, qué le vamos a hacer, al menos con el paso de esa caravana de pijos hemos dormido calientes un par de noches.-
- Y que lo digas, lástima que no se hayan quedado un poco más, al menos teníamos cerca a quién vigilar..-
De pronto salta un montón de hojarasca y barro bajo sus pies, y ambos se encuentran atrapados en una fuerte red, maldiciendo, y bastante asustados. Una pequeña figura encapuchada surge de unos arbustos cercanos, y otra más grande gruñe y olisquea bajo la red.
- Pero qué…-
- Mira ‘Colmillitos’ parece que hemos atrapado un par de pececitos…-
- Grrrr…-
- No, no son para comer…-
Jimmy está boca abajo con el culo de su amigo Johnny aplastándole la cara, pero puede ver a la pequeña figura y sus dos brillantes ojos bajo la capucha.
- ¿Qué o quién eres? ¿Qué quieres de nosotros?-
La voz le sale asustada, aunque no lo pretendía.
- Ah, si, disculpen, no tengo nada contra ustedes nobles guerreros, tan sólo quiero hacerles algunas preguntas de esa caravana de pijos de los que hablaban hace unos segundos…-
La red gira ligeramente y Johnny ve a la figura, y empalidece…
- ¿Tú? Sé quién eres maldita rata, será mejor que nos bajes o nuestro señor te dará caza y te colgará de un palo.-
Con gran rapidez, la pequeña figura salta sobre la figura grande y con un palo da unos fuertes golpes sobre la red, y tras unos quejidos y maldiciones sigue hablando.
- Señores, no estamos aquí para hablar de mi y mis posibles futuros, y les rogaría un poco de educación, me molestan los insultos de los pececitos, ahora, a lo que iba, ¿en esa caravana por un casual visteis que viajara una gnomo?, creo que viste con abundancia de colores y cascabeles, y se hace llamar Sisquinanamook…-
La figura grande gruñe, y suelta una abundante meada bajo la red.
Los dos soldados titubean y Johnny habla:
- S..s…si, viajaba una gnomo con ese nombre y esas pintas, efectivamente, muy simpática nos contó un montón de historias absurdas…-
Jimmy sigue:
- Ah, si, qué graciosa con todos esos cascabeles y saltando y dando volteretas, el viejo Markus se meo de la risa, jajaja…-
Bajo la pequeña capucha se esboza una sonrisa amplia, y se ven brillar unos dientes afilados.
- Mmmm, perfecto, perfecto, y otra cosa, ¿vieron a esa pequeña hacer algún truco de magia?-
- Oh si, nos contó una histora magnífica de cómo había derrotado a unos ogros con su ingenio, y nos enseñó unas imágenes al tiempo que contaba la historia, yo diría que eran magia, pero no sé de esas cosas…-
- El viejo Markus me dijo después que muchos gnomos saben hacer poderosas magias que nublan la mente y te hacen ver cosas que no están, yo creo que esa gnomo sabía de esas cosas, nos hizo unos trucos estupendos, y sin duda hizo su magia para ello…-
- ¿Por qué tanto interés en una gnomo cuentacuentos?-
De nuevo una lluvia de palos certeros donde más duele cae sobre los dos soldados.
- Ay, ay, ay! ¿por qué?-
- Oh, disculpen, las preguntas las hago yo si no les importa. Bien ahora necesito todos los detallitos que sus pequeñas mentes guarden sobre esa caravana, así que empiecen a hablar, y no se dejen nada por favor o colmillitos tendrá que comer humano hoy y no le gusta mucho…-
- Maldita sea! No vuelvo a patrullar ese bosque por Tyr!-
- Ay mi cabeza, dijiste que conocías a ese pequeño ser, ¿quién es?-
- Ufff, la peste, una rata, se le conoce por muchos nombres por aquí le llaman ‘Perro Loco’ o algo así, pero su nombre es An-Randu, nuestro señor le contrató hace dos inviernos para buscar a un par de desertores, creímos que no los encontraría, pero al cabo de unos meses apareció con ambos atados a una mula piojosa, suplicando por ser entregados y ajusticiados, pero que les alejaran de ese An-Randu. Se dice que es como un perro de presa, se le contrata para atrapar a gente, y algunos rumores dicen que para asesinar también, y se dice también que cuando sigue el rastro de alguien no para hasta que lo atrapa. Muy peligroso, tenemos suerte de estar vivos.
-Pues lo siento por la gnomo, me cayó simpática…-
- A mi también, pero si An-Randu va tras ella, no le quedará mucho tiempo…qué Tymora la proteja…-
- ¿Qué pasa ‘Colmillitos’? ¿no han seguido el camino principal?-
- Oink, Oink, grrr-
La peluda figura levanta una pata hacia atrás y estira el morro en dirección del camino secundario.
- Bueno, bueno, pues como tu gran hocico diga, vamos…-
Toman el camino secundario con tranquilidad, y al cabo de un buen rato pasando por charcos y campos de cultivo abandonados alcanzan un lúgubre pueblo, no hay nadie por las calles, las casas están abiertas y desiertas, varias ventanas golpean con sonidos constantes por el viento. Alcanzan la pequeña plaza del pueblo, donde encuentran restos de unas improvisadas barricadas hechas con muebles, pesebres y maderos, y varios montones de huesos calcinados. En una antigua iglesia de Chauntea se ven tumbas muy recientes, y por varios sitios manchas de sangre seca.
El extraño jinete recorre con calma varias calles, a la salida del pueblo encuentra unas cabezas reptilianas clavadas en picas pudriéndose, apestan, se paran, y el pequeño jinete descabalga, mira con atención las horribles cabezas, y después mira el suelo, se detiene ante varias cagadas de caballo, se agacha y saborea un pellizco de una de ellas.
- Mmmm, yo diría que entre tres y cinco días, bien, bien ‘Colmillitos’ nos vamos acercando poco a poco, no hay prisa, pronto tendremos a esa pequeña pececito en la red…parece que van hacia el sur, mmm, ¿una caravana grande? Yo apostaría por Memnon, ahí paran muchas caravanas, a ver si hay suerte y les alcanzamos allí…-
La figura peluda está hozando con gran placer entre las mierdas de caballo, comiendo los dioses saben qué. El pequeño jinete vuelve a montar.
- Vamos pequeñín, ahora no podemos deleitarnos con placeres mundanos, ya habrá tiempo, y te compraré un montón de jugosas manzanas.-
La enorme figura levanta el hocico lleno de mierda, con los ojos muy abiertos:
- ¿Oink?-
- Si, si, un montón, ¡vamos!-
El jinete continúa siguiendo las grandes rodadas de carros, y mierdas de caballo, y se pierde en la ligera niebla que cubre los campos…
No hay comentarios:
Publicar un comentario