lunes, 6 de abril de 2015

Una misiva reveladora


Los avezados héroes del Ejercito Mercenario de Anhuratis de Arish, al servicio de su divinidad Faraon, encuentran tras la batalla de la Torre Roja una misteriosa pero reveladora misiva en una de las tiendas del campamento de los Cultistas de las Manos Rojas:


Salve D.A.

Confío en que tu padre, el venerable Decimus Major se encuentre mejor de esas fiebres invernales que le aquejaron. Fue un valiente soldado y se merece un buen retiro. ¿Te he contado que sirvió a las órdenes de mi abuelo en una campaña en los Montes de Samnos?  
Mi abuelo me habló de esa difícil guerra, con nieve hasta las rodillas, perdidos en ese infernal laberinto de valles y colinas, y con los malditos samnitas cazándolos como a bestias, surgiendo de entre las rocas y los bosques y asesinando a los soldados con total impunidad para luego desaparecer como fantasmas. Pero siempre dijo que tu padre mantuvo la compostura y la sangre fría, y por eso le propuso para que el senado le concediese la Corona Graminea, pero lamentablemente se tuvo que conformar con una Mentio Tripartita… El senado nunca ha sido pródigo con los auténticos héroes si no pertenecían a la clase senatorial...

Bueno, basta de divagaciones. Por tu larga tradición familiar se que eres un valiente soldado y que si te encuentras entre esa escoria de la XIII Legion Rapax es por motivos puramente circunstanciales. Así pues, como comentó mi agente, te prometo que si llevas a cabo bien la misión que te encomiendo no solo lograrás la promoción que buscas desde hace tanto tiempo, si no que te reinstauraré en tu honor y lograré que se te levante la sanción de servir en la XIII.
Pero por el momento, servir con esos carniceros de la XIII te será útil. He arreglado que tu y tu unidad seaís enviados a una larga misión de reconocimiento por los montes Taurianos, pero en realidad embarcareis en el pequeño puerto de Ligáis. He contratado un navío que te llevará a ti y a tu centuria a las lejanas tierras de Kadesh. El capitán y la tripulación son unos contrabandistas helénicos de lo mas bajo, y no saben a quien llevan, pero si donde llevaros. Cuando lleguéis a vuestro destino encargaros de que no puedan contar historias indiscretas, ya me entiendes. Otros contrabandistas con menos información comprometedora ya os irán pasando el material a través de algunos agentes que tengo en las ciudades y puertos de la zona, pero recuerda, si descubriesen algo no dudes en eliminarlos igualmente. No pueden quedar cabos sueltos: mis enemigos en el senado me crucificarían si se descubriesen estos proyectos.

Bien, en cuanto a tu misión, es bien sencilla. Mis agentes han oído acerca de un nuevo movimiento popular o religioso que clama por la independencia de esa zona de Kadesh de los Nilienses, su supremacía en la región y por limpiar de "herejes" las tierras sagradas y todas esas tonterías. 
Bueno, eso no es nada nuevo en esas tierras bárbaras, pero a mi me da una oportunidad, Decimus. Si se desestabiliza la zona lo suficiente y los Kadeshitas vuelven a las andadas de robar a mercaderes, al pirateo descontrolado y quemas masivas de extranjeros en la plaza del pueblo, nadie podrá oponerse a una misión de “pacificación” en esa región; y si logramos establecer a un rey cliente allí, las puertas a Nilia estarán abiertas. Podremos hacer una campaña por Nilia con poca excusa, o aceptar los sobornos millonarios que esos estirados decadentes nos pagarán para evitar nuestra furia.

Necesito que tu y tus corta-cuellos sirvaís de asesores a esa chusma de cabreros y bandidos para que puedan tomar las ciudades de la costa. Que maten y saqueen lo que quieran. Cuanta mas sangre mejor.
Necesito que el año que viene ya estén asolando la región costera y asesinando mercaderes, ya que para entonces confío que seré pretor y estaré en posición de garantizarme la pro-pretoria en ultramar y la sacrificada misión de cazar piratas.
De desarrollarse los planes correctamente, mi fortuna estará garantizada y mi camino hacia el consulado también. Puedes tener por seguro que no me olvidaré de los que me ayudaron, y que no solo se te devolverá tu honor y posición, si no que tu familia será rica, respetada y tú mismo podrás optar a entrar en el Senado como cliente mio.

No me falles y no te arrepentiras.


Firma A.M.A. (y un sello con un lobo con una espada en la boca)





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