Varias tierras de labranza, sobre una colina se levanta un
modesto castillo, dentro un pequeño salón. Una mujer ligeramente entrada en
carnes, el pelo cano y aún conservando cierta belleza de su juventud, hace
calceta junto a una chimenea, mira a una pequeña mesa que tiene al lado, deja
la calceta y vuelve a leer una corta carta, vuelve a iluminarse su cara con una
gran sonrisa.
De pronto se abre una puerta a su espalda, entra un hombre
alto, apuesto, aunque los años han hecho mella en su fuerte físico y ha ganado
bastante peso, su antes oscuro cabello y barba ahora son canos.
- ¡Mujer! ¡Ya estoy aquí! ufff, ya no estoy acostumbrado a
cabalgar como antaño, ¿me echaste de menos? Pero...mmm...¿y esa sonrisa? ¿tanto
te alegras de verme?-
La mujer se levanta y lo abraza con ternura.
- ¡Querido, qué alegría! ¡carta de la niña! todo son buenas
noticias, ¡parece que vendrá a visitarnos pronto!-
El hombre sonríe ampliamente:
- Mmm...así que mi pequeña heroína por fin nos dedica un
poco de su tiempo, nunca quise que siguiera el camino de la espada, pero la
verdad es que cada día estoy más orgulloso, ja, ja, ja, mi pequeña Aura. Pero,
entiendo que estés contenta, pero ¿por qué no se borra esa enorme sonrisa de tu
bella cara? Hacía tiempo que no te veía así, ¿qué ocurre?-
La mujer parece dudar un instante, después habla con un
ligero esfuerzo:
- Nada, nada querido, es sólo que nuestra pequeña vendrá
acompañada con buenos amigos y esto me alegra enormemente, hace tiempo que no
tenemos visitas y más de parientes cercanos, salvo ese zoquete de Ferrus.-
- Vamos mujer, es nuestro sobrino, además es el que más nos
visita de la familia.-
- Si, es cierto, casi vive aquí, además no me gusta que te
saque tanto a cabalgar, ¿dónde habéis ido esta vez?-
- Nada, una pequeña aldea al norte, parecía que habían
perdido algunas cabezas de ganado, fuimos a echar un vistazo, pero nada, es
curioso, pensé que sería cosa de lobos, pero no encontramos ningún resto del
ganado perdido. Ferrus ha seguido con algunos hombres a ver si era cosa de
cuatreros.-
- Ay, ay, ese jovencito no puede estarse quieto, algún día
se meterá en líos.- A la mujer se le ensombrece la cara, y su tono se vuelve
más serio- ¿Le advertiste que no se acercara al valle prohibido verdad? me da
que está deseando meterse allí, y emular alguna de las hazañas de su prima
querida.-
- Si mujer, descuida, lo sabe perfectamente, ese valle está
cerrado desde hace más de tres siglos, y nadie en su sano juicio se acerca por
allí.-
- Bien, me alegra, el caso es que estoy contenta con la
visita de nuestra hija, MUY CONTENTA, así que en cuanto llegue haz el favor de
comportarte como un buen padre y no la avergüences ante sus amigos...-
La mujer mira con seriedad al hombre como esperando la
respuesta adecuada.
- Vale, vale, vaaaleee, mujer, descuida, Lord Stronghand
todavía no está chocho, pero desde luego ¡abrazaré a mi pequeña aunque sea ante
el mismísimo Lord Piergeron y toda su corte!-
- Bueno eso es comprensible, ¿quién sabe?, quizás esta vez
nos presente a algún hombre bueno que haya logrado acercarse a su corazón...-
La mujer hace este comentario con cierta esperanza, aunque
como si fuera una frase hecha habitualmente.
- JA, JA, JA,...JA, JA, JA. ¡Mujer! Tu siempre tan
optimista, ¡Qué Tyr te oiga esta vez! Ya me gustaría conocer algún nieto antes
de que me entierren, pero me parece que no será por parte de tu hija Aura, JA,
JA, JA, ¡qué bueno! voy a comer algo ¿me acompañas?, JA, JA, JA...-
Ambos dejan el pequeño salón con andares suaves, la mujer se
agarra al brazo de su marido cariñosamente, el hombre no para de reír haciendo
comentarios mordaces sobre su hija. Su mujer sonríe ampliamente y se limita a
escucharle...
- Si querido, si querido, claro querido, pero te digo que
nunca se sabe..., nunca se sabe...-
1 comentario:
Jajaja. Me ha encantado el campechano papi de Aura. Va a ser gracioso ver a la familia reunida.
Eso si, a ver en que lío nos mete el primito Ferrus, que ya le veo venir...
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